Más calor, más presión
Hay que controlarse. Las altas temperaturas aumentan la presión sanguínea. Recomiendan ajustar los tratamientos teniendo en cuenta tanto la edad del paciente como el factor climático. fotos de El Litoral

por Pro Salud News

Cada año, el verano se siente con más fuerza en nuestra zona. Las altas temperaturas que se registran día a día durante los largos meses estivales acarrean diversos inconvenientes a la salud, entre los que se destacan -por ejemplo- los cambios en los niveles de la presión sanguínea.

En este sentido, un estudio realizado recientemente por un equipo de investigadores de la Universidad de Medicina Interna de Florencia (Italia), determinó que en los días excesivamente calurosos en los cuales la temperatura llega a ser sofocante, los niveles de presión sanguínea aumentan en las personas mayores de 65 años y disminuyen en aquellos que no alcanzan esa edad.

"Aunque puede haber excepciones, en general el calor se acompaña del descenso de la presión arterial, especialmente en el caso de las personas mayores, pues no presentan un muy buen control de la transpiración y pueden desencadenarse cuadros de deshidratación, a menudo sin percepción de sed", explicó el doctor Osvaldo Masoli, médico cardiólogo, director de Cardiología Nuclear del Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, de Capital Federal.

Al respecto, el doctor Pietro Amedeo Modesti, uno de los responsables del estudio citado -cuyas conclusiones forman parte de la reciente edición de la publicación especializada Hypertensión-, señaló que "la investigación pretende orientar acerca de la necesidad de ajustar los medicamentos para el tratamiento de la presión sanguínea según la edad del paciente, pero también de acuerdo al clima".

Datos del estudio

Durante la investigación, que se extendió entre octubre del año 1999 y diciembre de 2003, el equipo encabezado por Amedeo Modesti examinó la presión sanguínea de 6.404 personas, cuya edad promedio era 59 años, las 24 horas de todos los días.

Los datos obtenidos fueron analizados en relación con los informes del clima tanto para el día como para la noche, siempre teniendo en cuenta las temperaturas al aire libre, pues la investigación no abarcó el estudio de los datos médicos a la luz de las marcas "indoor" (o puertas adentro), que pueden lograrse a través de la utilización de equipos de aire acondicionado.

A través de esa comparación, los especialistas pudieron determinar que en las personas mayores de 65 años, cuando la temperatura durante el día oscilaba entre los 26 y los 32 grados, la presión sistólica era significativamente más elevada que durante los días más frescos.

El término "sistólica" hace referencia a la primera de las dos cifras que constituyen la medida de la presión y corresponde a la presión máxima que se alcanza en la sístole. Depende, entre otros factores, de la distensibilidad de las grandes arterias.

"El factor climático es importante a la hora de analizar el nivel de presión. Por eso siempre se recomienda que las personas mayores adapten la medicación a la época del año que se vive. Por ejemplo, durante la temporada estival se pueden disminuir o reemplazar los diuréticos para evitar la eliminación excesiva de líquido. También es recomendable realizar un seguimiento médico más exhaustivo", puntualizó Masoli.

¿Qué pasa con los más jóvenes?

Analizando las marcas a la luz de los informes climáticos, los especialistas determinaron que durante las noches más calurosas, el nivel de presión para los mayores de 65 años tendió a aumentar, mientras que en el caso de las personas menores de esa edad, se presentó un cuadro inverso.

Consultado acerca de la necesidad de que las personas más jóvenes también incrementen los controles durante el verano, el doctor Masoli expresó que "en ese caso no hay necesidad -siempre que la persona sea sana- de realizar un seguimiento específico, pues puede desencadenarse un cuadro de hipotensión, pero en forma aleatoria".

La investigación, que fue calificada como "de observación", pues no se tuvieron en cuenta para la misma factores externos que pueden influir en el incremento o descenso del nivel de presión, determinó que la cantidad de fármacos para el tratamiento de la hipertensión que los participantes mayores de 65 años tomaron, fue significativamente menor durante los días de verano, en comparación con los más fríos. En el caso de las personas más jóvenes, no se estableció tal relación.

Para mayor información: Hypertension: http://hyper.ahajournals.org