"Unión es un grande que juega
como si fuera un equipo chico"
La larga espera que acumuló tanto la gente como el equipo después de la dura suspensión tras el partido contra Godoy Cruz en el torneo pasado llegó a su fin, pero el resultado del regreso del "Indio" al elenco titular rojiblanco no pudo cambiar la realidad del pobre presente.
No tuvo, al igual que el resto de sus compañeros, un buen rendimiento el artillero, pero pudo darle a Unión el empate casi sobre el epílogo, cuando ganó de cabeza en lo alto y mandó la pelota al fondo de la red. Sin embargo, Javier Collado (el mismo que le mostró la roja en Mendoza) anuló la conquista por una supuesta y muy discutible falta del delantero a Monasterio dentro del área chica (pareció que el balón ya lo había superado al arquero y que el jugador "tatengue" ganó limpio arriba). Y encima le sacó la tarjeta amarilla, como para dejarle otra vez un recuerdo poco agradable.
El "Indio" fue uno de los últimos en salir del vestuario y también de los más esperados por la prensa, conocedora de la sinceridad de Bazán Vera, quien casi nunca rehúsa decir su verdad a los micrófonos. Y esta vez volvió a disparar sin rodeos.
-Estuvieron cerca del empate en la última jugada, Daniel.
-La realidad indica que no estamos bien y por eso suena feo para la gente decir otra vez que "hay que seguir trabajando". Volvimos a perder y eso es lo cuenta, por más que no sé si lo merecimos o no. Por lo menos, estuvo la actitud de los últimos quince, pero el partido dura noventa minutos.
-¿Tuviste que intervenir para separar a Evangelisti y Cavallo?
-Yo no separé a nadie ni soy quien para eso. Yo si separo me critican y si peleo también me critican, así que no quiero darle de comer más al periodista de Santa Fe que parece que se pone contento cuando nos va mal.
-¿Hablaron algo en especial cuando salió Craviotto?
-No, nosotros tenemos que pensar solamente en revertir futbolísticamente nuestra situación. Cuando la cosa no anda bien es obvio que haya discusiones y todo eso, pero tenemos que cambiar esta mala imagen, este presente de un equipo que parece sin alma.
Casi inmediatamente después de que los jugadores ingresaron al vestuario, el vicepresidente primero de Unión y titular de la Subcomisión de Fútbol, Jorge Molina, se sentó a hablar a solas con el director técnico del equipo, Néstor Oscar Craviotto. La charla duró aproximadamente cinco minutos y tuvo gestos adustos de preocupación como principal protagonista. El contenido de la misma es una incógnita, puesto que ninguno quiso hacer declaraciones.
Precisamente, ésa fue la constante de la gran mayoría del plantel rojiblanco: elegir el silencio cuando fueron solicitados por los periodistas de Santa Fe. Nadie salió del vestuario hasta que tuvieron la certeza de que el colectivo que los trasladaba había llegado y entonces sí, de a uno, fueron desfilando por el patio que los separaba del vehículo.
Sólo Paulo Rosales y Daniel Bazán Vera hicieron caso omiso a lo que pareció una decisión convenida de no dialogar sobre lo que había pasado. La cuestión parece clara al respecto: cuando las cosas no salen de la forma esperada, es mejor no decir nada; en cambio, cuando las sonrisas se multiplican, los micrófonos son bienvenidos. Por suerte, algunos todavía les dan explicaciones a los sufridos hinchas.
Quinta amarilla
Leandro Evangelisti recibió ayer su cartón amarillo número cinco y por lo tanto se perderá el partido del próximo viernes ante la CAI en Santa Fe. Ahora, habrá que ver si Craviotto le da la oportunidad a Michael Etulain, que ayer estuvo en el banco, o al juvenil Assef. Por otro lado, llamó la atención la elección de números en los jugadores rojiblancos: fueron de corrido, por lo que, por ejemplo, Sartori jugó con el 2, Laspada con el 3, Vera con el 4, Pagano con el 5, etc.
Marcelo Romano(Enviado Especial a San Juan)