Julián Monzón
Si quienes no fueron a la cancha piensan que los dos goles de diferencia son el fiel reflejo del partido, están equivocados. También lo están si piensan que a Colón le fue sencillo ganarle a Universidad, porque por momentos el equipo superior dentro del campo de juego fue el de barrio Don Bosco.
Así fue que en el comienzo del partido, el protagonista fue el equipo de la B: orden en el fondo, buen trabajo de Ponzo y Arredondo en el medio y arriba González hizo el trabajo sucio de arrastrar marcas y Noreyra se mostró casi incontrolable para la defensa "sabalera". Ambos delanteros tuvieron sus chances. Pero no supieron cambiarlas por gol.
Peralta Pino respondió con un soberbio disparo que hizo acordar a todos que Landriel estaba en el arco universitario.
Sobre el final, González lo tuvo de cabeza pero la pelota se fue rozando el palo de Bossio. Como réplica a eso, Colón tuvo su momento de furia. El "mono" Peralta Pino tuvo la apertura y Landriel le dijo no. Pero la jugada continuó y, tras un cambio de frente y un centro al corazón del área, Troncoso capturó un rebote y estableció la ventaja "sabalera". Fue injusta por lo hecho por uno y otro equipo, ya que, de no ser por Peralta Pino, Colón no hubiese generado riesgo. Algo que sí había logrado su rival, con un mejor juego colectivo. Claro que hay un viejo mandamiento del fútbol que establece que los partidos se ganan con goles y no con merecimientos.
En el complemento, el comienzo fue un calco del primer tiempo. Con Universidad metido en campo contrario. Noreyra casi hace un verdadero golazo a los 4. Pero su tijera encontró a Bossio, para mandar la pelota al córner. Fue otra vez el ex Pucará el que tuvo el empate a los 13, esta vez de volea, pero el disparo pegó en la parte externa del número uno rojinegro.
Con el correr de los minutos, Colón sacó la chapa de equipo diferente, pero no tanto por su juego, sino por su rendimiento físico. A algunas lesiones universitarias, se sumó el cansancio de algunos de sus hombres, por lo que llegaron los cambios y el vértigo comenzó a apagarse. Dio la sensación de que ya se habían quemado todos los cartuchos.
El reloj corría y los nervios por no conseguir el empate hicieron su doble juego. Colón se agrandó, ayudado con la ventaja en el marcador, hizo correr el balón para seguir desgastando a su rival y encontró en un tiro libre el segundo, para liquidar el partido cuando faltaba poco para el final: un verdadero golazo de Gaitán, que hizo estéril cualquier intento por evitar que la pelota entre en el arco.
Con el plus de equipo mejor preparado, con la chapa de pertenecer a una categoría superior que su rival, con el oportunismo de convertir en el momento justo, Colón se llevó el primer puesto.
Con la cabeza bien alta por haber sido un digno rival, Universidad dejó en claro que para nada estuvo por debajo de su vencedor. Ahora, cada cual se pondrá a pensar en el debut de la temporada oficial: el "sabalero", el sábado próximo ante Central San Javier, mientras Universidad aguarda el sorteo del fixture del ascenso.
Por un lado, el muy buen rendimiento del elenco dirigido por Juanjo Morano, en el torneo de verano y, por el otro, los pergaminos de temporadas anteriores, suponen un peso pesado en esta temporada en el ascenso liguista.
Por eso, consultamos al entrenador de Universidad para abordar este tema. Claro que antes hubo un párrafo para la actuación ante Colón.
Colón: Bossio; Astorga, Grieco, Galli, Toresani, Gómez Bara, Peralta Pino, Hernández, Troncoso, Gaydou, Viscovich.