Cuestionada suspensión de exportaciones

Carne: peligran miles de puestos de trabajo


La decisión del gobierno nacional de suspender las exportaciones de carne por seis meses mereció una enérgica reacción de la cadena cárnica. En la provincia de Santa Fe, que exporta el 50 % del total de las carnes argentinas, el impacto será muy fuerte en el sector frigorífico. Se admitió que peligran miles de puestos de trabajo, especialmente en Reconquista, Santa Fe, Nelson y el Gran Rosario. Carbap podría presentar un recurso de amparo. El gobierno nacional reconoció que si el precio baja habrá una flexibilización gradual de la medida.

La decisión del gobierno nacional, de suspender por 180 días las exportaciones de carne para contener el fuerte aumento del precio de la hacienda registrado en las últimas jornadas en el Mercado de Liniers, provocará una seria crisis para la cadena cárnica santafesina, que derivará en la pérdida de puestos de trabajo, si se tiene en cuenta que nuestra provincia aporta la mitad del tonelaje que exporta el país.

Este mediodía, en la Capital Federal, dirigentes del Sindicato de la Carne de Santa Fe mantenían reuniones con representantes de la Cámara de Frigoríficos Exportadores para evaluar el alcance de la medida anunciada anoche. Según trascendió, estarían comprometidos 600 puestos en la planta que Finexcor posee en Nelson, y cerca de 200 en Friar (Reconquista, Carcarañá y Santa Fe).

Las reacciones de los actores fueron coincidentes en señalar que la medida, que sólo exceptúa los envíos de la cuota Hilton y las ventas ya comprometidas en los convenios de país a país (caso Venezuela), puede no generar el efecto buscado.

Los productores rurales y el sector exportador salieron a criticar esta mañana la decisión del Gobierno. Por el contrario, el apoyo explícito a la medida provino de dirigentes afines al Gobierno, como el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini, y el jefe del bloque del PJ, Agustín Rossi.

Rossi recordó que "el Gobierno venía alertando sobre su compromiso de mantener el índice de inflación dentro de valores absolutamente razonables y había dicho que iba a tomar todas las medidas que considerase necesarias".

En los cálculos oficiales, unas 600.000 toneladas de carne se volcarán ahora al mercado local.

Pero además, el gobierno incrementó del 5 al 15 por ciento las retenciones a las exportaciones de productos termoprocesados y carnes con hueso.

"Cuidar el bolsillo"

Al realizar el anuncio, la ministra de Economía, Felisa Miceli, señaló que la medida "es la mejor manera de cuidar el bolsillo de la gente" y que responde a "una necesidad de contener los precios internos de un producto que no sigue las reglas generales".

Además, junto con el secretario de Agricultura, Miguel Campos, agregó que se monitoreará el desarrollo del mercado local de carnes "para conocer cómo responde a estas medidas y para definir la reapertura de las exportaciones en el plazo estipulado".

Por la tarde, el presidente Néstor Kirchner ya había declarado, en un acto en Avellaneda, que "no nos interesa exportar a costa del hambre del pueblo", y se había dirigido a los empresarios de la carne: "Exporten, ganen, pero vendan la carne a los argentinos al precio que corresponde".

El anuncio provocó el rechazo generalizado de los dirigentes agropecuarios y del sector de ganados y carnes. "Esto va a causar un gran desánimo y provocará una inmediata caída de la producción de carnes", dijo el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías. El dirigente agregó que el Presidente "sigue estando mal asesorado, porque en la Argentina es necesario producir más volumen y, mientras tanto, podrían subsidiarse los precios de los cortes de consumo masivo".

Por su parte, el presidente de Coninagro, Fernando Gioino, dijo que la suspensión de las exportaciones no solucionará el problema de la carne y abogó por la conformación de una "mesa de encuentro" que permita revertir la medida tomada por el Gobierno.

"La preocupación nuestra es muy grande. Así como nos preocupa la inflación que puede derrumbar cualquier proceso económico, esta medida tan abrupta puede causar en el corto plazo algun efecto de dilución de precios, pero en el largo plazo va a ser malo para todos", dijo Gioino.

En tanto, el director ejecutivo de la Cámara de Productores Exportadores Argentinos, Javier Martínez del Valle, dijo que la medida, sin dudas, provocará el cierre de plantas y la eliminación de puestos de trabajo.

"Por el estándar sanitario exigido por los países compradores de carnes argentinas, las plantas exportadoras tienen sectores de desposte, empaque y cámaras frigoríficas de gran tecnología, con personal capacitado que ahora no tendrá sentido mantener", agregó Del Valle.

Por su parte, el director del Centro de Consignatarios de Productos del País, Ignacio Gómez Álzaga, dijo que le llamaba la atención que el Gobierno, "que dice apoyar la producción, adopte una medida contra la producción".

El dirigente dijo que las autoridades nacionales deberían reunirse con la Mesa de Ganados y Carnes para resolver el problema, que es encontrar un equilibrio en la producción.

"Flexibilizar la situación"

Esta mañana, el presidente del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, dijo que si bajara el precio de la carne vacuna en el mercado interno se podría "flexibilizar la situación" de las exportaciones.

Rossi recordó que "desde el día en que nosotros empezamos a subir las retenciones a la exportación de carne, sabíamos que la última medida o una de las medidas más importantes, más contundentes, a tomar era la que tomamos ayer", subrayó.

"Esta medida no nos pone contentos pero sí tenemos claro cuál es el objetivo que queremos privilegiar, que es el mantenimiento de los precios internos", porque "el precio de la carne, en el consumo familiar, es muy importante", añadió.

Voces críticas de la cadena cárnica

Las opiniones de los eslabones de la cadena cárnica santafesina fueron coincidentes en alertar sobre el impacto de las medidas, las que -según dijeron- no alcanzarían el resultado buscado por el gobierno nacional.

Para Néstor Vittori, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe) la medida tomada por el gobierno es "más de lo mismo" y recordó una frase de Albert Einstein que dice que "es poco probable conseguir un resultado distinto si se hace siempre lo mismo".

"La decisión del gobierno nacional no reconoce la crisis estructural del sector ganadero, producto de 50 años de populismo, que redujo la relación cabezas de ganado habitantes a la mitad, que hizo crisis", enfatizó.

Para el dirigente agropecuario, la medida "impactará seriamente en la provincia, teniendo en cuenta que la industria frigorífica santafesina aporta el 50 % de las exportaciones nacionales e inevitablemente habrá una crisis de empleo en el sector, con consecuencias sociales que tendrá que afrontar el gobierno de la provincia".

Vittori recordó que los precios de Liniers, donde se negocia sólo el 18 % del total, "no tienen nada que ver con los precios de la hacienda de exportación sino que más bien reflejan el precio de la carne que se vende en Capital Federal y el conurbano".

Según el dirigente, para resolver la crisis estructural del sector, "el gobierno tiene que sentarse con toda la cadena de valor del sector cárnico y reconocer que el sector ganadero debe ser rentable en relación con la agricultura y la lechería, para invertir en incrementar la producción. Hoy hay 22 millones de vientres que producen entre 12 y 13 millones de terneros anuales. Si mejoramos la alimentación de las vacas, invirtiendo en pastoreo en sectores marginales del campo, podemos incrementar la producción entre un 10 y un 15 %, lo que traería una solución genuina al problema".

Por su parte, para el titular de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa), Antonio D'Angelo, la medida adoptada por el gobierno "no es la más adecuada para bajar el precio en el mercado en el mercado interno".

"El precio puede que baje o que no. Nosotros en la cámara pensamos que el aumento del precio de la carne en el mercado interno está dado por el hecho de que no hay hacienda liviana, que es el tipo de hacienda que el mercado interno quiere. Con el cierre de la exportación la oferta que se incrementará será la de carne pesada, que es el tipo de carne que se exporta. Hasta que la gente no se acostumbre a comprar el novillo pesado, el precio no va a bajar. Ayer en Liniers lo era la hacienda que se compra para abastecer el mercado interno, no los novillos de exportación. En el fondo, lo que hay que hacer es cambiar el hábito de consumo", explicó D'Angelo.

El titular de la cámara que agrupa a los frigoríficos expresó que desde el lunes estaban en conocimiento de que el gobierno iba a tomar algún tipo de medida para frenar el precio en el mercado interno "pero nunca pensamos que iba a ser de esta magnitud. Es una medida extrema que se tomó sin analizar demasiado cuáles van a ser los efectos colaterales", explicó al tiempo que dijo no tener en claro los alcances de la medida respecto de compromisos ya asumidos como la cuota Hilton, donde aún queda un remanente de 2.000 toneladas.

En tanto, Miguel Angel Romano, martillero de la Cooperativa Agrícola Ganadera Ltda. "Guillermo Lehmann", alertó que "el discurso de ayer no sirve para hoy" y destacó que "hay actualmente un stock (bovino) que no está transparentado, alto consumo y agresiva demanda externa", que conforman una ecuación difícil de resolver.

"La expectativa se mantendrá algunos días, pero no habrá problemas con los remates", apuntó.

El dirigente

de Carbap, Alberto García Llorente, anunció que su sector presentará un recurso de amparo ante la justicia, porque "creemos que es inconstitucional prohibir la exportación de carne".