Política e integración
Advierten riesgos para el Mercosur
El masivo acto de ayer en Gualeguaychú -a causa del conflicto por las pasteras- abrió una nueva etapa en la relación con Uruguay, mientras la subsistencia del bloque regional se ve jaqueada por las críticas de los socios menores. La economista Beatriz Nofal explicó a El Litoral por qué es necesario un replanteo.

De la redacción de El Litoral

"El Mercosur enfrenta problemas de tipo político, económico, comercial a institucional", afirmó la economista Beatriz Nofal, una de las gestoras del proceso de integración, allá a mediados de la década del '80. Hoy reflexiona ante la requisitoria de El Litoral y destaca que la asociación viene arrastrando problemas desde 1997/98, cuando comenzó a estancarse como proceso de integración e, incluso, a retroceder.

Pero Nofal detalla, además, en qué consisten las dificultades. "En el plano político, hay problemas de visión compartida entre los socios respecto de lo que implica profundizar el Mercosur. El Mercosur se planteó como un modelo de integración profunda al estilo de la Unión Europea y no solamente como una zona de libre comercio como puede ser el Nafta. Esto requiere armonización de políticas y armonizar políticas significa resignar cuotas de soberanía a favor de instituciones comunes. En el Mercosur, hay obstáculos para renunciar a grados de libertad en la formulación de políticas internas. También se observa insuficiente voluntad para impulsar como programa concreto la armonización. Para avanzar hacia un verdadero mercado único se necesita un programa que no está sobre la mesa".

También advierte que hay un problema económico porque, "al no haber avanzado la armonización, los beneficios, tanto en términos de comercio como de inversiones, están muy concentrados en Brasil. Hay problemas muy importantes por la desnivelación en la cancha de juego como resultado de la utilización de incentivos a las exportaciones a las ventas intramercosur, incumpliendo con lo dispuesto en 1994, y porque no se ha avanzado ni en la armonización de las políticas de inversión ni en la armonización macroeconómica. En materia de resultados comerciales, el trasfondo es la desnivelación de la cancha de juego así como la de políticas. Además, hay problemas institucionales que básicamente se traducen en la instrumentación del Mercosur y que se originan tanto por una estructura institucional débil como por problemas de internalización de las normas acordadas por los gobiernos en la legislación doméstica, incumplimiento de las normas acordadas e incluso de los fallos arbitrales del Tribunal de Controversias".

La hora del sinceramiento

A la hora de solicitar medidas para fortalecer el Mercosur, Nofal recomienda "sincerar políticamente cuán profunda e equilibrada es la integración y eso sólo se puede hacer a nivel de los máximos líderes políticos, los presidentes o los ministros. Para enfrentar los problemas, existen tres opciones: primero, mantener el statu quo de hoy; segundo, profundizar el Mercosur y tercero, convertirlo en una zona de libre comercio. La opción menos deseable es la primera, porque no sólo no corrige los problemas actuales, sino que los agrava. Es lo que está pasando ahora, y que resulta en un deterioro paulatino y la pérdida de credibilidad en la coacción del bloque". Enseguida advierte que "esta situación alienta la búsqueda de soluciones particulares de los países de menor tamaño con terceros mercados. Hoy es lo que parecería que Uruguay está buscando".

Nofal recomienda profundizar el Mercosur, completando la integración como lo mandaba el Tratado de Asunción. "Primero, haciendo un mercado único para bienes y servicios y, luego, avanzando en el mercado común que implicaba más la liberación de la mano de obra y el advenimiento de capitales. Éste es un tema más de mediano plazo". Su criterio es consolidar una integración profunda, con cancha de juego nivelada para integrarse al mundo. "Para esto es urgente acordar medidas de un programa de profundización del Mercosur. Un programa que, si Brasil no pone sobre la mesa, debería hacerlo Argentina, habiéndolo consensuado previamente con Uruguay y Paraguay. Esto se puede hacer".

En cuanto a los alcances del programa, precisa que debe contemplar tres o cuatro pilares. "Un programa para construir un mercado único que contemple la eliminación de barreras no arancelarias entre los países; la disciplina sobre el uso de los incentivos a las exportaciones en la intrazona, porque esto termina desplazando producción doméstica; la armonización de incentivos tanto a la inversión como de impuestos indirectos. El objetivo es eliminar las aduanas en frontera en el comercio de los países miembro. Además, se debe avanzar en un programa de coordinación macroeconómica, comenzando por una coordinación más estrecha. Los países tenemos hoy una situación macroeconómica y una moneda más estable con superávit externo, superávit fiscal primario, cotizaciones estables de la moneda. ¿Qué pasa si esto cambia? Necesitamos la coordinación para evitar problemas como los hubo cuando Brasil devaluó su moneda en 1999. En tercer lugar, hay que fortalecer la institucionalidad del Mercosur. No creo necesario replicar la institucionalidad de la Unión Europea, pero sí tiene que funcionar bien el Tribunal Arbitral para que sus decisiones sean cumplidas, porque no hay penalidades para quien no cumple un fallo arbitral; no hay seguimiento del tema. Hay que tener un órgano para gestionar el mercado ampliado que piense por la región y no como hace cada gobierno, en función de sus propios intereses".

Los terceros en discordia

La consulta también se refirió a si la decisión de Estados Unidos de avanzar en eventuales tratados de libre comercio con Uruguay o Paraguay es incompatible con la continuidad del Mercosur, o pueden darse procesos paralelos como en el caso de Chile. Para Nofal, "si el Mercosur continúa siendo una unión aduanera, en ella los países resignan el manejo de la política comercial, que pasa a ser común, tanto en materia arancelaria como en cuanto a negociaciones con terceros países. En las zonas de libre comercio, cada país retiene el manejo de su política comercial independiente. Chile ha firmado acuerdo de libre comercio con varios países, porque nunca firmó ser miembro pleno de una unión aduanera, nunca resignó el manejo de su política comercial. Si Uruguay o Paraguay firmaran un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, en la práctica estarían saliéndose del Mercosur. Si éste les otorgara un permiso para actuar de esa manera, estaría consintiendo que, por lo menos, respecto de esos dos países, el statu cambie, porque no habría arancel externo común desde el momento en que ellos negocien con un tercer país y le den una preferencia. Ya el arancel dejaría de ser común. En la práctica, si Uruguay o Paraguay firmaran un acuerdo de libre comercio con terceros países, el Mercosur ya no sería una unión aduanera, sino que se estaría transformando en una zona de libre comercio".

Integración energética

"Mientras yo decía que era necesario darse un programa para profundizar el Mercosur, la estrategia de Brasil era ampliar el Mercosur con Venezuela por razones de abastecimiento energético". Para evitar o desalentar las iniciativas de acuerdos bilaterales o comerciales que terminen el libre comercio de los países menores y si queremos una distribución más equitativa de los beneficios, Nofal sugiere que la prioridad sea la profundización del Mercosur con un programa sobre la mesa. Ello no obsta seguir avanzando con Venezuela para el tema de abastecimiento de gas, o con Bolivia. Son temas de integración energética, pero no de integración comercial".

La economista considera una "cuestión de tiempos" la integración del Mercosur.

"Uno tiene que establecer prioridades y me parece que hoy la prioridad no es ampliar el Mercosur al resto de América latina, sino mejorarlo y completarlo en el proceso de mercado único. Lógicamente, habrá negociaciones en paralelo sobre temas energéticos u otros, pero la prioridad es profundizarlo."

Las diferencias con Uruguay

Para Nofal, la construcción de dos pasteras en Fray Bentos no rompió la relación política interna del Mercosur. "Hay problemas que están sucediendo en la región, que muchas veces atribuimos al Mercosur y no son de él porque, en principio, es un tratado para liberar el comercio de bienes; luego, de servicios y, en el futuro, el movimiento de personas y de capitales". En cambio, califica al diferendo con Uruguay como "un problema ambiental que, en la medida en que hubiera existido una legislación ambiental común, podría haberse resuelto. Como no existe, se trata de un problema ambiental que atañe a un tratado preexistente, que establece el uso bilateral sobre el río Uruguay".

No obstante, reconoce que el tema "ha afectado la relación bilateral y, como ambos son miembros del Mercosur, tiende a asociarse como de él, pero, en realidad, es un problema de Argentina y Uruguay que ha tensionado la relación de estos dos países".

Consultora

Beatriz Nofal es economista, dirige ahora la consultora Eco Axis y fue una de las principales negociadoras del acuerdo que dio origen al Mercosur durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

En la primera etapa del gobierno democrático fue subsecretaria de Industria y Comercio y también ocupó una banca de diputada nacional por Capital Federal.