Visita a la tierra de Juan Pablo II

En Polonia, el Papa habló de los pecados del cristianismo


Remarcó que las actuales generaciones "no deben erigirse" en jueces de lo que ocurrió en el pasado, aunque reconoció los errores que se cometieron desde la Iglesia.

Pocas horas después de haber llegado a Polonia, el Papa Benedicto XVI condenó el nazismo y se refirió a los pecados cometidos por los cristianos a lo largo de los siglos, afirmando que aunque es necesaria "una humilde sinceridad para no negarlos", no se puede ignorar los diferentes momentos históricos.

"Conviene no erigirse con arrogancia en juez de las generaciones precedentes, que vivieron en otros tiempos y en otras circunstancias. Es necesaria una humildad sincera para no negar los pecados del pasado y no caer en fáciles acusaciones en ausencia de pruebas reales o ignorando las diferentes circunstancias de la época", dijo Benedicto XVI en un encuentro con el clero en la catedral de Varsovia, primer acto del viaje de cuatro días a Polonia.

Con estas palabras, el Papa Ratzinger volvió a evocar el "mea culpa" entonado en el año 2000 por Juan Pablo II, quien pidió perdón público por las culpas acumuladas durante siglos por los hijos de la Iglesia.

En aquella época el por entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, precisó que el "mea culpa" debía servir para despertar las conciencias, pero que la Iglesia "no puede convertirse en el tribunal del presente sobre los pecados del pasado, lo que tiene que hacer es confesar de manera franca y con confianza los pecados presentes y pasados".

Ello significa -precisó entonces- que no se debe negar todo el mal hecho por los hijos de la Iglesia, pero tampoco atribuirse pecados sobre los que no existe una certeza histórica.

Benedicto XVI manifestó que la Iglesia es santa, pero en ella hay pecadores, y que hay que rechazar el deseo de identificarse sólo con aquellos que no tienen pecados.

Tras animar a la penitencia, el Papa dijo que la confesión de los pecados debe estar acompañada de la confesión de las gracias, "ya que pidiendo perdón por el mal cometido en el pasado debemos también recordar el bien realizado con la ayuda de la gracia divina".

Benedicto XVI se refirió también al sacerdocio y dijo que los fieles sólo esperan del sacerdote que sea especialista en promover el encuentro del hombre con Dios.

"Al sacerdote no se le pide que sea un experto en economía o en política. Se espera que sea experto en vida espiritual y frente a las tentaciones del relativismo o del permisivismo no es necesario que conozca todas las actuales y cambiante corrientes de pensamiento, de él se espera que sea testimonio de sabiduría eterna, contenida en la palabra revelada", dijo el Papa.

Aseguró que Cristo necesita sacerdotes que sean "maduros, viriles, capaces de cultivar una auténtica espiritualidad".

Desocupación

Benedicto XVI también se refirió a la "plaga" de la desocupación que afecta a Polonia, que lleva a muchos polacos a emigrar al extranjero, y dijo que la Iglesia no puede permanecer indiferente.

"Servid a todos, sed accesibles, ayudad a las familias, a los jóvenes, a los pobres y a los abandonados", les pidió.

En estas palabras, observadores polacos vieron una velada crítica del Papa a los sacerdotes, muchos de los cuales son criticados por los fieles de ser arrogantes y no tener en cuenta las necesidades que pasan.

Además de seguir las huellas de Juan Pablo II, Benedicto XVI visitará el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.

Su presencia se considera de un gran simbolismo, ya que es alemán y fueron los nazis los que invadieron Polonia y levantaron ese complejo de la muerte, donde mataron sin piedad a más de un millón de judíos y más de 150.000 polacos.

Durante años las relaciones entre Polonia y Alemania han sido frías y así se lo expresó el presidente polaco, Lech Kaczynski, quien en el discurso de bienvenida dijo que los dos pueblos son vecinos, "pero en el pasado nos vimos muchas veces distanciados y esperamos que ese distanciamiento no vuelva a ocurrir".

"Falsificaciones" de la religión

Ante 270 mil fieles empapados por la lluvia, el Papa Benedicto XVI criticó en Varsovia las "falsificaciones" de la religión católica, en plena polémica provocada por el éxito mundial del filme "El Código Da Vinci".

"Actualmente, como en los siglos anteriores, personas o grupos quisieran falsificar la palabra de Cristo y retirar sus verdades al Evangelio", protestó Benedicto XVI.

Vestido con una sotana púrpura, el Papa alemán celebró durante casi dos horas la primera gran misa de su viaje de cuatro días, un homenaje a su predecesor polaco, Juan Pablo II.

Según la policía, 270.000 personas se congregaron en la plaza Pildsudski, donde el sumo pontífice polaco reunió a un número mucho más importante de creyentes en 1979, durante su primer regreso a su país natal.

Pero Benedicto XVI, que hizo el esfuerzo de expresarse en varias oportunidades en polaco en un lenguaje accesible a todos, supo llegar al corazón de los católicos.

Inició su homilía con un homenaje a su "bienamado predecesor" y recordó que su pontificado de 26 años estuvo marcado por profundos cambios políticos, tanto en Polonia como en el mundo entero.

Y al igual que Juan Pablo II, pidió a los polacos que "permanecieran fieles a la palabra de Cristo, aún cuando sea exigente y humanamente difícil de comprender".

Actualmente, la plaza Pildsudski está rodeada por torres de vidrio y hormigón de grandes empresas, símbolos de triunfo del liberalismo económico en este ex país comunista.

Benedicto XVI insistió en la permanencia de la fe católica, transmitida a lo largo de toda la historia "de generación en generación".

En varias veces reiteró su llamado, repetido desde el comienzo de su pontificado, a "no ceder a la tentación del relativismo y de la interpretación subjetiva y selectiva de las escrituras sagradas".

"Según estas personas, esa verdad es demasiado incómoda para el hombre moderno", estimó. "Se trata de crear la impresión de que todo es relativo, y que incluso las verdades de la fe dependería de la situación histórica y de la evaluación humana", agregó.

Cien mil personas que obtuvieron entradas distribuidas gratuitamente por las organizaciones eclesiásticas lograron llegar al centro de la plaza. Algunos esperaron durante toda la noche para conseguir los mejores lugares, frente al altar dominado por una cruz de 25 metros de alto.

Los otros, hombres, mujeres y niños, con paraguas e impermeables, permanecieron estoicamente en el espacio reservado bajo una lluvia que duró casi toda la ceremonia.

Los habitantes de Varsovia no olvidaron a "su" Papa, muerto hace poco más de un año, pero recibieron cálidamente al nuevo jefe de la Iglesia católica, sin hacer la menor alusión a su nacionalidad alemana.

En España.

Grupos hostiles a que el Estado siga financiando a la Iglesia católica recibirán al papa Benedicto XVI con el lema "Yo no te espero", durante su visita prevista en julio próximo a la ciudad española de Valencia (sudeste). Los organizadores de la campaña, grupos católicos progresistas, feministas, asociaciones de defensa de los derechos de los homosexuales, así como la Federación Internacional de Ateos, distribuirán unos 5.000 carteles con ese lema para empapelar toda la metrópoli mediterránea. El Papa pasará apenas 24 horas en Valencia entre el 8 y 9 de julio próximo, con motivo de los V Encuentros Mundiales de la Familia.

EFE/AFP