Las bodas de niños en la India rural

Ana Cárdenes. EFE

Cientos de pequeños novios y novias que no levantan un metro del suelo acuden cada año a los templos de la India para contraer matrimonio, una tradición ilegal para los niños en este país con la que es muy difícil acabar.

Las ceremonias se multiplican en el mes de mayo, sobre todo en el medio rural, con la celebración del Akshaya Tritya o Akha Teej, en las que se considera muy auspicioso el matrimonio entre menores.

Los pequeños, muchos de sólo seis o siete años, se convierten en protagonistas de una ceremonia cuyo significado no alcanzan a comprender.

Los ponen guapos: a ellas les pintan de henna las manos y las visten con un sari rojo, como manda la tradición, y a ellos les colocan un turbante, guirnaldas de flores y ...íal templo!

En la mayoría de los casos, los menores regresan con sus padres al hogar, donde permanecerán hasta que la novia tenga su primera menstruación, alrededor de los once años, momento en el que se la considera mujer y se la envía a vivir a la casa de su marido, otro preadolescente sin madurez que deberá hacerse cargo de una esposa.

Kavita Ratna, portavoz de la organización Defensa de los Niños Trabajadores (CWC), explicó a EFE que los efectos negativos del matrimonio infantil son múltiples.

"Esta costumbre es perjudicial para su salud, ya que las niñas sufren embarazos a edad muy temprana y estrés psicológico al tenerse que hacer cargo de un hogar. Pero también les roba oportunidades de futuro y provoca problemas emocionales, pérdida temprana de los padres y abandono de la escolarización", apunta Kavita.

La ley y la tradición

Según un informe difundido por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los matrimonios infantiles se registran sobre todo en poblaciones rurales y entre trabajadores agrícolas de casta baja.

"Hay un problema importante, que es la falta de una legislación efectiva contra los matrimonios infantiles. La norma que los prohíbe es de 1929 y sólo castiga a los padres imponiéndoles una multa de unos 20 euros", afirma Kavita.

Según ella, otro de los problemas de esa ley es que, una vez que el matrimonio infantil tiene lugar, se considera válido: "¿Cómo puede ser que algo que es ilegal se convierta en legal por el mero hecho de ocurrir?", se pregunta.

El Parlamento indio debate desde hace dos años una nueva ley que aumentaría la multa hasta unos 4.300 dólares y además permitiría a los niños y niñas obligados a casarse antes de la edad legal a acudir a un tribunal para cancelar el enlace.

"Pero nosotros no queremos que tengan la posibilidad de que un juez anule el matrimonio. Es un acto ilegal y no debe hacer falta anularlo, debe ser considerado nulo", dice Kavita.

Esta cooperante explica que los padres lo hacen para proteger a sus hijos, sobre todo a las niñas, pues "consideran que hay hombres poderosos en la comunidad que las agredirán y abusarán de ellas si no las casan".

Otros motivos son abaratar el costo de una boda al casar a varias hermanas a la vez, el miedo a no conseguir marido para las hijas si se espera a que crezcan, la presión social, la ignorancia y la pobreza.

"Los padres no saben lo que un matrimonio infantil provoca en la mente y el cuerpo de los niños, así que una de nuestras tareas más importantes es educar. También estamos pidiendo que sea obligatorio registrar los matrimonios en todo el país", dice Kavita.

Pero la lucha contra la tradición es muy difícil en una India que se aferra a sus raíces.