La muerte del líder de Al Qaeda en Irak

Zarqawi, un "tierno"

Su madre, Um Sayel, decía que era "tierno"; para el resto del mundo, era un "terrorista sanguinario".

En abril de 2006, cuando apareció por primera vez en un video en Internet, juró "por Dios que Estados Unidos será vencido en Irak". "Lo expulsaremos del país de los Rafidain (Mesopotamia), vencido y humillado", proclamó este hombre de cara redonda y barba negra, ataviado con un pañuelo del mismo color.

Estados Unidos había ofrecido 25 millones de dólares por la cabeza de Zarqawi, de 39 años, jefe de la red terrorista Al Qaeda que a finales de 2004 fue designado como líder de esta organización en Irak.

Nació el 20 de octubre de 1966 en Zarqa, una ciudad pobre cercana a Ammán. Era sunita y pertenecía a la poderosa tribu de los Bani Hassan, en la que su padre, que murió en 1994, era respetado.

Su verdadero nombre era Fadel Nazal Al Jalayleh y se convirtió en Abu Musab Al Zarqawi en 1991 cuando se unió al grupo salafista extremista Al Tawhid wal Hejra Al Muwahadin (los unificadores).

Tras un período en el mundo de la delincuencia, Zarqawi fue seducido por los preceptos del fundador del grupo, Abu Mohamad Al Makdessi, al que conoció en Pakistán, donde trabajó principalmente como periodista entre 1988 y 1992. A Ben Laden lo conoció en 2000.

Fue condenado a muerte en rebeldía tres veces en Jordania, principalmente por su implicación en el asesinato de un diplomático norteamericano en octubre de 2002.

Zarqawi tenía dos esposas y cuatro hijos, el mayor de 15 años.

CNN contradice a marines

En el día en que EE.UU. cantó victoria por la muerte de Abu Zarqawi, los mandos militares norteamericanos continuaban preocupados por la actuación de sus marines en Irak.

Varias fotografías tomadas tras la supuesta matanza de 24 civiles iraquíes en Hadiza, en noviembre pasado, contradicen la versión de los marines estadounidenses investigados sobre el caso, según fuentes del Pentágono citadas hoy por la CNN, que asegura que tuvo acceso a las imágenes.

Un total de 30 fotos de cadáveres de hombres, mujeres y niños fueron tomadas por otro grupo de marines que llegó al lugar poco después de los hechos para "ayudar a limpiar la escena" y evidencian que en muchos casos a las víctimas murieron cuando estaban en sus casas y se les disparó a corta distancia, indican las fuentes.

Según la versión de los marines investigados, los civiles murieron por la explosión de un ataque con bomba, en el que falleció un militar estadounidense y en un tiroteo posterior con insurgentes.

La CNN asegura en su página web que las fotos, a las que sólo han tenido acceso los investigadores y un grupo reducido de altos oficiales, son una prueba que incrimina a los marines.

La cadena televisiva afirma que, aunque no dispone de copias, sí pudo examinar las imágenes, en las que se aprecian los 24 cadáveres marcados con números en rojo en diferentes partes y que, según un oficial, sirven para marcar las zonas donde se reciben los impactos de bala.

Entre las imágenes están la de una mujer y un niño en una cama, otra mujer y otro niño contra un muro, una anciana con la nariz arrancada posiblemente de un disparo y un hombre tendido boca abajo, según la emisora.

Muchas de las víctimas tenían disparos en la cabeza, añade la CNN, que indica que las imágenes no serán difundidas hasta que se complete la investigación.

Según las fuentes del Pentágono citadas por la CNN, las fotografías de Hadiza, como las del escándalo de las torturas por parte de tropas de EE.UU. a presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, podrían incitar un fuerte sentimiento anti-estadounidense y constituyen una amenaza para la seguridad nacional.

No cambiará el rumbo de la guerra

La muerte de Abu Musab Al Zarqawi fue saludada por Londres y Washington como un "golpe a Al Qaeda", pero según los expertos, esa desaparición no cambiará el rumbo de la guerra, cada vez más violenta.

"La muerte de Zarqawi no representa un giro decisivo en el rumbo de la guerra en Irak debido a la naturaleza de la insurgencia", explicó el analista James Denselow, del reputado centro de investigaciones londinense conocido como Chatham House.

"La mayoría de los grupos insurgentes está conformada por nacionalistas sunitas. La insurgencia está compuesta por iraquíes que no están satisfechos con la ocupación, y la muerte de Zarqawi no va a apaciguar ese descontento", advirtió Denselow.

El experto en Irak destacó que la imagen de "Zarqawi como líder de la insurgencia iraquí" había sido fabricada, para consumo interno, por Estados Unidos, que lideró la invasión de ese país hace más de tres años. Pero esa imagen, dijo, no corresponde a la realidad.

"Zarqawi era responsable de toda la violencia que ocurría en Irak. Pero la realidad es que este hombre no estaba en control de todo, como Estados Unidos quería hacer creer", dijo el experto, explicando que por ello su muerte no llevará a una reducción de la violencia, ni a corto ni a mediano plazo.

"La insurgencia iraquí no era dirigida ni ha estado dirigida por Zarqawi", reafirmó el experto, explicando que esa imagen de un todopoderoso líder de los insurgentes "era un mensaje destinado al público estadounidense y occidental, para hacerlos creer que todo giraba alrededor de un hombre `eje del mal"'.

Insistió en que la clave para entender Irak requiere "comprender la verdadera naturaleza de la insurgencia iraquí", que está constituida, indicó, "por varios grupos iraquíes reunidos bajo una bandera común" y cohesionados en su lucha contra la ocupación de su país.

Según Denselow, un posible efecto de la muerte del jordano podría ser, a largo plazo, una reducción en el número de combatientes extranjeros, que consideran que Irak es un buen campo de batalla para pelear contra Estados Unidos.

Pero, según han reconocido las propias autoridades iraquíes, los jihadistas extranjeros no constituyen más de un 6 % de los insurgentes, por lo que también la reducción en su número no cambiará de manera drástica la violencia en Irak.

Además, los grupos insurgentes han demostrado a lo largo de estos tres años su capacidad de cambiar de tácticas y de remplazar a los líderes, indicó.

Por eso, "eliminar a Zarqawi de la ecuación de Irak substrae un factor, pero sólo un factor en esa compleja ecuación que es Irak ahora", resumió el experto.

La analista Rosemary Hollis, experta en el Medio Oriente de Chatham House, coincidió que la muerte del jordano, a quien Estados Unidos presentó como el "enemigo numero uno" en Irak, no va alterar dramáticamente el paisaje de violencia en Irak.