Insurgencia en Irak intensifica sus ataques

EFE

La insurgencia intensificó hoy sus ataques y mató a una veintena de personas en una serie de atentados con bombas en el norte de Irak, mientras el gobierno da los últimos retoques a un nuevo plan para reducir la violencia en Bagdad y sus alrededores.

Los atentados más sangrientos fueron cometidos con cinco coches bomba en la ciudad petrolera de Kirkuk, a 250 kilómetros al norte de Bagdad, donde conviven entre fuertes tensiones árabes, kurdos y turcomanos.

Fuentes policiales en Kirkuk habían informado en un principio de la muerte de 24 personas en las cinco explosiones, pero el director de la policía de la ciudad, el coronel Burhan Sayed Taha, cifró más tarde las víctimas mortales en dieciséis, incluidos dos suicidas.

El primer coche-bomba hizo explosión hacia las 8 hora local frente a la residencia de un coronel de la policía de Kirkuk, quien resultó herido, mientras que uno de sus guardaespaldas perdió la vida, dijo Taha.

Un segundo coche estalló al paso de una patrulla de policía, mientras que uno más explotó cuando la muchedumbre se encontraba inspeccionando los restos del vehículo afectado.

Los dos causaron diez muertos, dos de ellos policías, y una decena de heridos, añadió.

Los últimos dos ataques tuvieron como blancos el principal cuartel de la policía de Kirkuk y una sede del Partido de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), del presidente de Irak, el kurdo Jalal Jalabani, y provocaron la muerte de tres civiles y dos suicidas.

Según Taha, al menos 35 personas resultaron heridas en los cinco atentados en Kirkuk, considerada el centro de la industria petrolífera de Irak.

En Samarra, a cien kilómetros al noreste de Bagdad, una bomba estalló al paso de una patrulla de la policía y causó la muerte de cuatro personas, mientras que en la vecina provincia de Diyala un religioso suní murió tiroteado por un grupo de pistoleros, según un comunicado de la Oficina de coordinación iraquí-estadounidense.

Por otra parte, la policía iraquí informó hoy del hallazgo de diez cadáveres con impactos de bala y señales de haber sido torturados en Ramadi y en distintos barrios de Bagdad.

Desde la muerte el pasado miércoles del que era líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab Al Zarqawi, la violencia no ha cesado en el país, y en los últimos seis días han muerto al menos cien personas en todo Irak.