Artes Visuales
Colectiva

En fecha reciente, fue inaugurada una exposición colectiva en el Hall del Centro Cultural Provincial -sala Ricardo A. Supisiche- de calle Junín organizada con la colaboración de la Asociación de Amigos del citado organismo provincial. Esta exhibición se integra con trabajos plásticos de Raquel Minetti, Emiliano Quintana y Nilda Marsili, quienes muestran un conjunto un tanto heterogéneo de dibujos, pinturas, montajes escultóricos, esculturas de reducido tamaño y encolados agrupados y firmados por sus autores como "Series", lo que presupone un proceso anterior y posterior de obras distintas a las en esta oportunidad presentadas. La idea de continuidad se vincula, además, con las referencias presentes en los trabajos de Marsili y Minetti; la de interlocución infinita entre unos y otros en el espacio del vivir cotidiano.

Raquel Minetti presenta pequeñas esculturas y montajes encajonados en los cuales un matiz de ironía recortado por el comentario mordaz sobrevuela en cada trabajo. El humor un tanto socarrón está presente aquí y allá con dispar concretización plástica.La autora atisba críticamente el entorno en el cual actúa y lo cristaliza en piezas de clara y expresiva connotación. Elabora desde su hacer modos y modas de interrelación social sin descender a descripciones obvias, procurando la complicidad del espectador. Esto es evidente en la serie titulada "De los habladores", con direccionalidad obvia proyectada en el espacio plano y en el espacio corpóreo.La autora toma partido en cada paso, desentendiéndose de cánones ortodoxos prefijados tanto para el modelado como para el trazo sobre el papel, acomodando las imágenes a sus intenciones discursivas aquí y allá.Los encolados, que mixturan elementos tangibles con proposiciones eminentemente visuales planas, componen campos plásticos que se autorreferencian perfilando las proposiciones conceptuales en cada trabajo y lo logra con mayor riqueza expresiva en el plano; en tanto que sus volúmenes quedan a medio camino, descontándose la calidad de cada ejecución volumétrica en sí misma.Minetti, de reconocida trayectoria en el paisaje plástico local, desliza su mirada desde una actitud de corte expresivo prefiriendo la intención comunicacional por sobre el autocontrol de una estética convencional, y logra obras que se articulan entre el trazo, el contraste neto y las texturas diversas, bordeando la exageración caricaturesca al sortear la tentación discursiva con acertado gesto plástico. Nilda Marsili expone trabajos de formato mayor como hipótesis plásticas que hacen referencia a la comunicación un tanto críptica de estados y situaciones que sugieren un amplio campo interpretativo.La despojada elaboración y la restricción en los acentos cromáticos hacen de cada uno de estos trabajos a la vista, de rigurosa y atenta composición, cuasi "teoremas", que exigen del ocasional visitante a la muestra una centrada atención tendiente a decodificar la proposición visual exhibida. Una cierta aridez expresiva recortada por la intencionalidad de la proposición se rezuma en estas pinturas en las cuales la desolación, privada de acentos de cálida humanidad, oblicuamente, hace referencia a la misma remarcando su ausencia. La omnipresencia invisible se constata en los acentos taquigráficos y los trazos de nerviosa circularidad y los gestos de anotación que se proyectan como cicatrices, sobresaltando los campos inmaculados de luz cenital. En las series tituladas "Terraplenes", "Violines, puntos y botones" y "NN" sobrevuela una constante expresiva que los hermana, sin permitirse o atreverse (la autora) a los desafíos de la multiplicidad cromática a fin de sortear las seducciones de cálida afectividad del color.La escritura como grafía ("Laberinto, el universo de los que hablan" -tinta) opera como protofondo de textura visual borroneada, autonegada, y nos remite al "habla" como trama vinculante entre el ser y el vacío del entorno. Hay una referencia a la cultura social de lo cotidiano con perfiles admonitorios en estos caminos que imitan la vida sin salidas aparentes. Emiliano Quintana muestra trabajos de formato pequeño; colección ésta que titula "Serie de los Guardianes". En ella, incluye pinturas y dibujos, algunos de los cuales sobresalen del contexto por la economía de elementos plásticos ("El Gordo I y II" -tintas), y por su decidida calidad.Decir lo más con lo menos parecería ser el acento expresivo de Quintana. Sin pretensiones de "aparatosa" pintura y lejos de los discursos teóricos de sostén ajenos a la práctica del taller, estos pequeños trabajos se imponen al espectador sin avasallamientos visuales. Ocasionalmente, aparecen construidos como ilustraciones sin que ello signifique desmerecimiento alguno. Los delicados trazos y acentos de tintas contrastan con los remarcados de planos cromáticos puros.En esta ambivalencia de quien, legítimamente, procura un camino propio, transita la colección de Quintana alejada de cualquier "mercadotecnia".Al momento, sus trabajos proyectan la frescura de los primeros trazos. La vida a vivir inclinará la balanza marcando los caminos a andar. Pero esto ya es casi futurología.

Por Domingo Sahda