Al margen de la crónica
Un respiro a mitad de año

Hoy se despide de 2006 el último día de junio y con él se cierra el primer semestre del año. íQué rápido pasa el tiempo! Nos lleva por delante, nos atropella, nos envuelve en una maraña de actividades que cargan nuestras agendas y restan tiempo para disfrutar de lo que realmente importa.

Las obligaciones marcan el ritmo cotidiano y, aunque queramos, a veces resulta imposible transitar un camino algo más aliviado.

Aunque tradicionalmente no es tiempo de hacer balances -más apropiados a fin año-, bien vale la pena tomar un respiro, abrir la ventana, mirar el mismo paisaje con otros ojos e inhalar una bocanada de aire fresco que nos dé cuerda para seguir otros seis meses.

Para los chicos será más fácil. Las vacaciones de julio están próximas y el juego desenfrenado dejará olvidadas las mochilas durante varios días. Será tiempo de dormir hasta más tarde, disfrutar abrigaditos del aire libre, visitar a los primos, jugar y jugar. íQué épocas, aquéllas!

Sin perder de vista el calendario, para los adultos, el desafío pasa por encontrar pequeños placeres en eso que hacemos todos los días. Degustar el café de la mañana y no tomarlo de un sorbo porque llegamos tarde al trabajo puede ser un primer paso para arrancar el día más animados. Hacernos tiempo para concretar lo que postergamos por días también recarga las pilas: un almuerzo con amigos, una salida con mamá, un llamado al abuelo, un regalo por elegir, un libro para enriquecer el espíritu, una caminata a solas o acompañados...

Hay tiempo, recién transitamos la primera mitad. Faltan seis meses para que termine el año y ahí sí llegará el momento de hacer balances, o no. Por ahora, respiren profundo, inhalen, exhalen y sigan la marcha. Pero, tranquilos; sepan cuándo apretar el freno para detener la marcha: no tapen el sol con las manos.