El director argentino Fabián Bielinsky, de 47 años, autor de éxitos como "Nueve reinas" y "El aura", murió de un infarto agudo de miocardio en un hotel de la ciudad brasileña de San Pablo, informaron ayer amigos del cineasta.
El realizador, cuya muerte según las primeras pericias habría ocurrido ayer, se encontraba en el hotel Marriot de San Pablo, adonde había concurrido para realizar un "casting", y el personal del establecimiento debió derribar la puerta de su habitación, ya que estaba trabada por dentro.
En diálogo con radio Del Plata, Octavio Nadal, amigo del cineasta y elegido por la familia como vocero, dijo que Bielinsky falleció de un "infarto agudo de miocardio" y aclaró que el realizador sufría problemas de hipertensión.
La oficina de prensa de la productora de Bielinsky confirmó que el director "poseía antecedentes de hipertensión, razón por la cual había dejado de fumar hace algún tiempo, y cuidaba permanentemente su salud, dedicándose exclusivamente a su labor como director".
Sobre la hipertensión de Bielinsky, Nadal dijo que durante la realización del Festival de Mar del Plata, del cual era jurado, el cineasta sufrió un pico de 19 presión sistólica y decidió continuar con su labor en el certamen.
Ante la noticia del deceso, el secretario de Cultura de la Nación José Nun declaró día de Duelo del Cine Nacional para expresar la "profunda tristeza" que su muerte significa para todos los argentinos.
El funcionario expresó su profundo dolor y subrayó la invaluable contribución de Bielinsky a la producción cultural de la Nación.
Mientras que las autoridades y el personal del Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) emitieron un sentido comunicado en el que señalaron que "estamos dolidos y consternados y necesitamos compartir nuestro dolor con todos ustedes".
Un familiar de Bielinsky y los representantes del consulado argentino en San Pablo se están ocupando de los trámites para trasladar el cuerpo del cineasta a la Argentina, aunque aún deben esperar que se decida si se le realizará autopsia.
Por tratarse de una persona de religión judía, para realizar dicho procedimiento deberá haber orden judicial, ya que la tradición religiosa señala que no se toque el cuerpo, y además no se acepta cremación, ni colocación en nicho, sólo inhumación en tierra.
