La columna vertebral francesa sabe de vueltas olímpicas
Un equipo acostumbrado a festejar
La mayoría de los jugadores galos tuvo una muy exitosa trayectoria en sus respectivos clubes. Además, varios de ellos salieron campeones del mundo en 1998 y de Europa en 2000. Un plantel con experiencia y mucha inteligencia dentro de la cancha.

Las críticas al entrenador Raymond Domenech y las referencias sobre la jubilación que debería haber adoptado el mediocampista Zinedine Zidane son hoy una mera mueca cuando el seleccionado de Francia se clasificó para la final de la Copa del Mundo Alemania 2006.

Pero además del genial "Zizou", hay ocho franceses de raza negra que se destacan y que impusieron su ritmo frente a una Portugal devaluada, en una de las semifinales del Mundial jugada en la ciudad de Munich.

Mientras los líderes de la derecha en Francia, Jean-Marie Le Pen y Philippe de Villiers siguen quejándose porque el entrenador Domenech llevó a Alemania 18 jugadores negros sobre 23 posibles, el pueblo francés salió a la calle a festejar la victoria que los depositó en la final.

Francia, con "la galera" de Zidane, quien no deslumbró con sombreros y caños como lo hizo contra Brasil, el despliegue enorme de Patrick Vieira y su "socio" Claude Makelele, le ganó bien a Portugal. Un párrafo aparte merecen los volantes descendientes de "esclavos" de la "África Negra": el primero es figura en la Juventus de Italia y el segundo del otro equipo londinense ganador, Chelsea, campeones en sus respectivas Ligas.

En el "cuadrado" perfecto, se debe incluir al eximio definidor Thierry Henry, célebre goleador del Arsenal -tentado por el Barcelona de España- que aparece acompañado por un sagaz Frank Ribery.

Domenech debió dar explicaciones "a media Francia" de por qué no jugaban el franco-argentino (David) Trezeguet y, asimismo, por qué no había convocado al mediapunta de Barcelona, Ludovic Giuly, pero el técnico confía en su esquema.

Atrás, el extraordinario Liliam Thuram, casi una década en Juventus de Italia, es la columna que sostiene buena parte de la estructura. Otros como Willy Sagnol (campeón con el Bayer Munich), el impasable (Williams) Gallas y el incansable (Florent) Malouda "cierran" todos los caminos.

Un pintoresco -y muchas veces silbado en el Manchester United- Fabien Barthez, arquero campeón del Mundo en 1998, completa la "carta astral" de Domenech, hombre famoso por sus conocimientos como astrólogo.

Ante Italia, este domingo en Berlín, será una final de difícil pronóstico. La escuadra "azzurra" se parece bastante a la manera de jugar de los franceses. Una de las más recordadas definiciones entre ambos tuvo lugar en el 2000, en la Eurocopa, cuando los italianos ganaban por 1-0 hasta el minuto 89 y Francia lo dio vuelta con tantos de Sylvain Wiltord y el apuntado Trezeguet.

El adiós de "Zizou"

Zinedine Zidane tendrá el retiro del fútbol como se lo merece un grande, jugando la final de un mundial, siendo el capitán de un seleccionado tan grande como el francés y ante el ruego del mundo, que más allá del resultado del partido del domingo le suplicará que no abandone el juego.

Todos los futbolistas argentinos que alguna vez se cruzaron con Zidane lo marcaron como una gran persona, porque como jugador nadie podía calificarlo de otra manera.

"Es una verdadera estrella, siempre hace algo por el partido y por el equipo, y esto no es de ahora, es desde hace diez años a esta parte", comentó el entrenador del seleccionado francés, Raymond Domenech.

Es que Zidane es un ejemplo dentro y fuera del campo, porque es solidario, colabora con sus compañeros y nunca muestra un gesto cargando o sobrando al rival. "Zidane no se ríe cuando gana ni cuando pierde, y sin embargo nadie puede negar que es feliz dentro del campo de juego", dijo hace unos días Juan Román Riquelme.

Se va el capitán de Francia, pero con Zidane se va una parte del fútbol de esta última década, porque donde estuvo dejó su huella.

En el partido de hoy ante Portugal sólo mostró destellos de su talento, suficientes para llevar a Francia a la final y para ser la gran figura de la cancha. El próximo domingo en Berlín se podrán observar las últimas bocanadas de fútbol de un grande, que se va, que el fútbol va a extrañar y ese día, todos los amantes de este juego tendrán que decir: "Gracias Zidane".

"Francia mereció la victoria"

El seleccionador brasileño de Portugal, Luiz Felipe Scolari, indicó que la diferencia entre ambas selecciones había sido la falta de efectividad de sus jugadores. "Dimos todo e intentamos todo, pero, si no se anota, no se gana. Francia mereció la victoria", comentó Felipao.

"No quedamos fuera perdiendo contra cualquiera. Lo que hizo la diferencia fue el gol que no logramos marcar. Somos un país pequeño; desde ya que era difícil llegar hasta aquí. Fue un partido muy equilibrado, con ocasiones para ambos lados y mucho juego en el mediocampo. Creo que un empate con alargue y penales habría sido lo justo. Pero existió ese penal", explicó Felipao.

"Fue más duro que contra Brasil"

El técnico francés, Raymond Domenech, afirmó ayer que "todos estamos más que felices. Llegar a la final del Mundial es algo muy especial, pero yo siempre declaré el 9 de julio como nuestro objetivo. Estamos preparados para afrontarlo", dijo Domenech.

Domenech aseguró que "la autoestima y la gran capacidad de sufrimiento fueron importantes para tener dureza y solidez, para aguantar hasta el final. Podemos atacar y, cuando hay que defender, lo hacemos. Todos se sacrifican en el campo".

Además, aseguró que "los jugadores llegaron al límite. Portugal jugó muy bien y por eso fue muy difícil. Fue un partido más duro que contra Brasil, porque los portugueses nos crearon más problemas", señaló.