Terminó su visita a Valencia, España
El Papa defendió el matrimonio indisoluble entre hombre y mujer
Habló ante un millón de personas e insistió en la defensa de la familia tradicional. España es uno de los pocos países donde están reconocidos los matrimonios homosexuales.

Benedicto XVI afirmó hoy que "reconocer y ayudar" al matrimonio "indisoluble" entre un hombre y una mujer es uno de los mayores servicios que se pueden prestar al bien común y al "verdadero" desarrollo de las sociedades.

El Pontífice hizo esta manifestación durante la homilía de la misa con la que clausuró hoy la V Jornada Mundial de las Familias, celebrada en Valencia, la tercera ciudad por población de España, uno de los pocos países del mundo donde están reconocidos los matrimonios homosexuales.

En su alocución, el Papa reafirmó la "vigencia" de la familia, la institución que considera célula básica de la sociedad y que ha denunciado que está "acechada" en una sociedad cada vez más secularizada.

Con la presencia de los Reyes de España y ante un millón de personas -según la organización-, provenientes de toda España y de numerosos países, Benedicto XVI señaló que la ayuda y reconocimiento a la familia tradicional es la "mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad de la persona".

En la misma línea que los discursos que pronunció en sus 26 horas de estancia en Valencia y en la que resaltó la figura de los padres, los hijos y los abuelos, el Papa Ratzinger dijo en la homilía que de nuevo quería destacar el "papel positivo" de la familia y pidió a los cristianos que colaboren, unan sus fuerzas y con "legítima pluralidad" contribuyan a su "promoción".

Benedicto XVI denunció que en la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo, "concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él solo y se bastara a sí mismo, al margen de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos".

Se intenta organizar la vida social, añadió, sólo a partir de deseos subjetivos y mudables, "sin referencia alguna a una verdad objetiva previa como es la dignidad de cada ser humano y sus deberes y derechos inalienables a cuyo servicio debe ponerse todo el grupo social".

Ante esa situación, el Papa subrayó que la Iglesia no cesa de recordar que la verdadera libertad del ser humano proviene del haber sido creado a imagen y semejanza de Dios.

"Por ello -agregó- la educación cristiana es educación de la libertad y para la libertad".

Aunque hoy Benedicto XVI no tocó el tema, cuando el pasado día 20 de mayo recibió al nuevo embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, en la entrega de cartas credenciales, exigió al Gobierno español que la enseñanza de la religión se imparta en las escuelas "en condiciones equiparables" a las otras asignaturas, en contra de lo que sucede actualmente.

El modelo

De nuevo sobre la familia, el Papa insistió en el ejemplo de la de Nazaret y reiteró que la basada en el matrimonio tradicional expresa la dimensión filial y comunitaria donde el hombre "puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral".

El Papa insistió en que la familia es una comunidad de generaciones y garante de un patrimonio de tradiciones.

Categóricamente afirmó que los padres tienen el derecho y el deber de transmitir a los hijos esa herencia, que es educarlos en el descubrimiento de su identidad, iniciarlos en la vida social, en el ejercicio de su libertad moral y en su capacidad de amar a través de la experiencia de ser amados.

El Papa teólogo manifestó que los hijos vienen de sus padres, pero que también vienen de Dios. "Por ello -precisó- en el origen de todo ser humano no existe el azar o la casualidad, sino un proyecto del amor de Dios".

A la misa, celebrada en un gigantesco escenario de 2.700 metros cuadrados, asistieron los ministros españoles de Exteriores y Justicia, Miguel Angel Moratinos y Juan Fernando López Aguilar, en representación del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que decidió no acudir, aunque ayer mantuvo un encuentro con el Papa.

Asimismo participaron los obispos y cardenales españoles y numerosos prelados llegados de todo el mundo.

El próximo encuentro, en 2009

El papa Benedicto XVI anunció hoy en la ciudad española de Valencia que el VI Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en el año 2009 en Ciudad de México.

"Ahora -dijo el Papa- tengo el gozo de anunciar que el próximo Encuentro Mundial de las Familias se celebrará el año 2009 en la Ciudad de México".

Benedicto XVI añadió que "a la amada Iglesia que peregrina en la noble nación mexicana y en la persona del señor cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de aquella ciudad, expreso ya desde ahora mi gratitud por su disponibilidad".

Valencia ha acogido desde el pasado 1 de julio la V edición de los Encuentros Mundiales de la Familia, una iniciativa que tiene como objetivo central reforzar la institución familiar y sus lazos en los cinco continentes.

Estas reuniones se iniciaron en octubre de 1994 en Roma, coincidiendo con la celebración del Año Internacional de la Familia declarado por la ONU.

Aunque el de 1994 fue el primer Encuentro, la Santa Sede ya había convocado con anterioridad citas dedicadas a esta institución, núcleo central en la vida del hombre para la Iglesia.

El lema del I Encuentro fue "La familia, corazón de la civilización del amor" y lo clausuró Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro del Vaticano con un llamamiento a la fe en la Iglesia y en la institución familiar cristiana.

El II Encuentro tuvo lugar en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, en 1997. En 2000, Año del Jubileo, los Encuentros regresaron a Roma, donde se celebró la tercera edición. Tres años después, en 2003, las familias cristianas de todo el mundo se dieron cita en Manila. Juan Pablo II, que no estuvo físicamente en la capital filipina, pero presidió los actos vía televisión, dijo a los congregados en el Quirino Grand Stand de Manila que "la familia fundada en el matrimonio es patrimonio de la humanidad".

Al término de esa cuarta edición, el Papa anunció que la quinta sería en Valencia, lo que ha sucedido estos últimos nueve días, bajo el lema "La transmisión de la fe en la familia".

Críticas a Zapatero

Al margen de la misa celebrada por el Papa Benedicto XVI en Valencia, son numerosos los peregrinos españoles que acusaban al gobierno socialista de "echar por tierra a la familia", "perseguir a la Iglesia" y otorgan a este encuentro de familias "mucha importancia política".

Frente al gigantesco altar, familias enteras durmieron bajo el cielo valenciano, o llegaron al amanecer para ubicarse sobre en los numerosos espacios de césped habilitados para los peregrinos.

Angeles Sacristán, una abuela de 60 años, que desde Madrid vino a ver al Papa acompañada por su marido "sus siete hijos y 14 nietos", es una de ellos.

"La cabeza que nos dirige, el Papa, viene a ayudarnos en los tremendos problemas que el gobierno nos está poniendo a las familias", afirmó convencida Angeles, en referencia ejecutivo que dirige el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

"No va a oír usted gritos en contra del gobierno, pero la familia está en peligro y vamos a luchar", aseguró esta abogada, poco antes de que concluya el V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) celebrado del 1 al 9 de julio en Valencia (este).

Y por si había alguna duda, sentenció: "No somos del Opus Dei ni catecumenales, somos independientes", citando dos de los movimientos ultraconservadores e influyentes de la Iglesia católica, el primero de los cuales está muy presente en España, debido a su fundador, José María Escrivá de Balaguer.

Acompañado por 150 parroquianos de Toledo, Alejandro, un informático de 50 años, levantó en cambio la voz de "rabia", en cuanto se menciona el apellido de Zapatero.

"El gobierno actual está echando la familia por tierra", afirma, en referencia a las reformas de la legislación sobre el divorcio o a la ley que desde hace un año autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo.

EFE/AFP