Emotivo adiós a un hombre que cambió el fútbol de Santa Fe.
Chau Italo, hasta siempre

 El adiós sabalero a Italo Giménez, en las palabras del actual presidente, el doctor Germán Lerche. A su lado, uno de los ex presidentes presentes: Taher Bude. Foto: Luis Cetraro. 

Los restos mortales de Italo Giménez pasaron ayer por la cancha de Colón y allí fueron despedidos por el presidente del club, el doctor Germán Lerche. Emoción en el adiós a un gran dirigente.

Con la presencia de muchos simpatizantes sabaleros y amigos personales, se hizo ayer un emotivo homenaje a Italo Giménez, el ex presidente de Colón que falleció el domingo, a los 81 años.

Al arribo del cortejo fúnebre al estadio del barrio Centenario, los simpatizantes rojinegros los recibieron con un cerrado aplauso y vivando su nombre. Hay quienes recordaron, a viva voz, los logros obtenidos por el ex presidente sabalero con el ascenso del "65 y el histórico partido ante el Santos de Pelé en 1964.

El padre Axel -fanático sabalero- rezó una oración en su memoria y, posteriormente, el actual presidente de Colón, el doctor Germán Lerche, exaltó las virtudes del ex presidente y despidió sus restos mortales.

Distintos miembros de comisión directiva acompañaron al actual titular rojinegro, como así también ex dirigentes. Este fue el caso de otros ex presidente, como José Néstor Vignatti y Taher Rafael Bude, además de Osvaldo Carrasco, Pablo Gigliotti, Omar Jullier y muchos que estuvieron junto a Italo en los tiempos de dura lucha.

En cuanto a los ex jugadores, se pudo observar la presencia de dos verdaderos símbolos de ese equipo de 1965: Jorge Omar Sanitá (el capitán) y Orlando Medina.

También hubo periodistas amigos del extinto, como Enrique Miguel Cruz, Ernesto Omar Patrono y Pedro "Chilín" Eusebio, entre otros.

Como se lo recibió, así también se lo despidió. En la explanada rojinegra, un caluroso y cerrado aplauso, emotivo por cierto y con muchísimas lágrimas derramadas por todos los presentes, Colón y los amigos de Italo despidieron al hombre que en vida se convirtió en un verdadero emblema de la institución, guiando al club a un camino de grandeza deportiva en una gesta en la que muy pocos creyeron, pero que Italo, con gran astucia, sagacidad y energía, logró concretar: llevar a Colón de la "C" a Primera División.