El mundial de Alemania 2006 bajó la cortina con la final que jugaron Italia y Francia y por eso los germanos celebraron la excelente organización del certamen y ya todos se preparan para Sudáfrica 2010.

En Berlín ya se le dio la bienvenida a Sudáfrica 2010, donde los sueños de los que quedaron en el camino recobrarán vida. Un mundial alemán que más allá de lo futbolístico no tuvo puntos débiles, porque desde la organización, pasando por el público, hasta la fiesta que se armó en lo extradeportivo superaron las expectativas de todos y con creces.

Desde lo organizativo nadie tenía dudas de la perfección a la que llegarían los alemanes, pero había temor respecto de lo deportivo y también por la actitud que tomaría el pueblo germano.

En lo relacionado a la gente, todo salió mucho mejor de lo esperado. Es que en este ítem había muchas dudas, por eso en la previa del mundial, a través de los medios de comunicación, se insistió en forma permanente al pueblo alemán que tratara bien al turista y de alguna manera se les solicitaba "buena onda". Y terminaron armando una gran fiesta. El evento ganó las calles, las plazas y los demás espacios públicos, sin problemas y con mucha alegría.

Inclusive, se armaron lugares especiales para que el público que no tenía su localidad pudiera ver los partidos y en cada sede mundialista se construyeron mini estadios, llamados "fan fest", en los que se podían observar los partidos y después de los mismos participar de una fiesta, más allá del resultado.

El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, aseguró que su país organizará en 2010 el Mundial de fútbol más exitoso de la historia y afirmó que necesita la ayuda de Alemania para organizarlo.

Al hablar en Berlín ante los participantes de la ceremonia "Africa's Calling", que divulgó el emblema del torneo que se celebrará dentro de cuatro años, Mbeki aseguró que su país se dispone, una vez más, a desmentir a los escépticos, que dudan de su capacidad de organizar un evento como el Mundial de fútbol.

"Cuando los africanos dijimos que pondríamos fin al "apartheid', la gente reaccionó con escepticismo y dijo que sería difícil. Pero lo hicimos, y demostramos que estaban equivocados. Ahora, los mismos escépticos dicen que no podremos recibir el Mundial, y una vez más demostraremos que se equivocan", dijo Mbeki.

Los participantes de la ceremonia -entre ellos el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el presidente del comité organizador de Alemania 2006, Franz Beckenbauer- escucharon además de Mbeki la promesa de que el Mundial de Sudáfrica será diferente de los demás en un aspecto.

"La Copa permanecerá en África después de la competencia. Nuestro continente tiene a muchos equipos fuertes, y la Copa se quedará con uno de ellos después del torneo", expresó el presidente sudafricano.

Joseph Blatter salió al paso de los sectores que ponen en duda la capacidad de Sudáfrica de organizar el Mundial. "Al votar por realizar el Mundial en África, la FIFA dejó el mensaje de que confía en que el continente sí tiene la capacidad de recibir el más grande torneo de fútbol. No hay nada que nos haya hecho cambiar de idea", aseveró el suizo. "Será un Mundial de tambores y música, será una competencia mágica", afirmó.

El logo oficial de Sudáfrica 2010, con un diseño moderno y dinámico, tiene como trasfondo un mapa de áfrica hecho en los colores dorado, rojo, negro y verde de la bandera sudafricana, sobre el cual un futbolista negro hace una "chilena' con el balón. Ya está en marcha la próxima cita ecuménica.

Confianza ciega.

La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) confía en la capacidad de Sudáfrica para organizar el Mundial de 2010, pese a las dudas lanzadas por algunos medios sobre la infraestructura y el sistema de transporte, al que calificaron de vetusto. El australiano Michael Palmer, delegado de la FIFA en Sudáfrica, estimó que "en tanto la integridad de la competición esté garantizada, la FIFA estaría satisfecha", añadiendo que su Federación deseaba que el evento "cambie la percepción sobre África que tiene el resto del mundo".

La primera Copa del Mundo africana, que tendrá lugar en Sudáfrica en 2010, ofrecerá una oportunidad inédita a la economía del país, así como a la de todo el continente, consideraron los organizadores, llegados a Berlín para presentar el torneo.

Más de cinco millones de visitantes son esperados en el país durante las algo más de cuatro semanas de competición, y el gobierno prevé un presupuesto de 40.000 millones para acogerlos y promover su país.

"El Mundial 2006 hizo de Alemania el centro de interés público y nuestro objetivo es ofrecerle a nuestro pueblo una verdadera herencia tras el nuestro dentro de cuatro años", declaró Gwen Ramokgopa, alcalde de la ciudad de Tshwane, cercana a Pretoria.

"Realmente creemos que el evento puede ayudar a luchar contra la pobreza implicando a todas las clases de la sociedad. Esperamos entre cuatro y cinco millones de visitantes para el 2010, la mayoría llegados del continente africano", señaló por su parte Moses Chikane, embajador de Sudáfrica en Alemania, asegurando que su país va a superar con éxito este desafío mayor en materia logística.

Los aeropuertos "serán renovados (...) El de Johannesburgo no está al nivel adecuado, y no tenemos suficientes hoteles", precisó Chikane, agregando que en cada uno de los lugares ya se están haciendo los preparativos para poder respetar los plazos fijados.

Responsable de turismo de Ciudad del Cabo, Bekithemba Langalibalele dijo que su ciudad está construyendo nueve hoteles, mientras que uno de los encargados del Comité de organización municipal, Teral Cullen, adelantó que el aeropuerto será renovado.

"El Mundial nos brinda una oportunidad de crecer a largo término y ponernos en el centro del orbe. Tradicionalmente, tenemos nuestros grandes mercados en Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos, pero podemos prever un aumento del 20% del millón y medio de turistas que acogemos cada año. La Copa del mundo nos ayudará a abrir el mercado", agregó este último.