Análisis
Vamos "Tata"...
Por Ricardo Porta - Especial para El Litoral desde Estados Unidos

El combate del 7 de enero, en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, trascendió el resultado del mismo. Por las características del santafesino Baldomir se transformó en un ejemplo de vida. El "patriotismo" que nos envolvió la época del mundial de fútbol jugado en Alemania, nos sirve para comparar hechos y consecuencias. Todos, o por lo menos la gran mayoría de los argentinos fuimos alimentando día a día nuestro amor por la Selección. No se lograron los objetivos planteados. Pero al final nos sentimos satisfechos por lo realizado por éste grupo de compatriotas. ¿Qué tiene que ver esto con Baldomir?, mucho. Veamos.

El "Tata" había llegado en julio de 2005 a Los Angeles para iniciar su

preparación para una pelea que habría de sufrir postergaciones. Se ponía a punto para cada encuentro, con todo el sacrificio que ello suponía, para nada. A empezar otra vez. Sin embargo él siempre pudo.

Al contrario, en lugar de ceder, de desfallecer, de deprimirse comenzaba con más ganas, con más fuerza, con más ahínco. Y la idea de no perder, lo que sería quizás su última oportunidad, la de reivindicarse con los suyos y olvidarse de tantas privaciones, se fue apoderando de su tiempo hasta constituirse en una meta

que lo persiguió hasta en sus sueños.

La imagen y récord de su rival, el entonces campeón Zab Judah, eran escollos que el "Tata" fue derrotando antes de enfrentarlo.

En el deporte como en la vida hay circunstancias que debemos aprovechar y que nos sirven de ejemplos. Nada es imposible. Es la enseñanza que nos dejó Carlos Baldomir al vencer, no sólo en la noche del 7 de enero a Judah, sino mucho antes.

En su soledad de concentración y duro trabajo. Pero respaldándose en sus afectos. Pero sobre todo para enterrar para siempre su pasado de carencias.

El "Tata" es humilde. Y ese valor ha sido preponderante para lograr el resultado final. También en esto de la sencillez nos ha dejado un verdadero ejemplo. Nunca "hay que creerse la película", y él no se la creyó.

No reaccionó jamás a las provocaciones del entonces campeón. Se mantuvo con un perfil bajo admirable y lo mantuvo aún después de la victoria.

Los argentinos hemos podido "viajar" hacia dentro de nosotros mismos junto a la Selección, y también gracias a Carlos Baldomir.