Así fue históricamente en Unión. El antecedente inmediato fue aquel de 1995. Era un club parecido al de ahora, en cuanto a sus problemas, pero sin dirigentes. Sólo un síndico (Ricardo Tenerello), que asumía estoicamente una situación límite. No vale la pena entrar en la discusión si aquella realidad era más o menos "terminal" que la actual. Pero el remedio, Unión lo encontró en su propia gente. En la clase dirigente, que se unió y empezó a empujar del mismo carro. Y también en el plantel profesional, que se formó con un conductor surgido de las propias entrañas y que supo demostrar su capacidad llevando al club a Primera División y generando una fuente de ingresos -con la jerarquización de los jugadores- que permitió hacer resurgir al club casi de sus propias cenizas.

Ahora hay una comisión directiva constituida y en plena capacidad de gobernabilidad, más allá de los problemas. Y hay dos fracciones opositoras que han sabido entender la situación.

Ya el año pasado, antes de irse del club, René Citroni había lanzado esa premisa -para él absolutamente necesaria- de provocar lo que en ese momento aparecía como algo imposible: la unidad.

Es el propio Citroni el que hoy renueva ese objetivo: "No solamente es bueno lo que se está haciendo, sino que, además, habría que propiciar la formación de una lista de unidad en honor a los 100 años del club", disparó el ex presidente, quien más allá de los aciertos y defectos de su gestión, trató sobre el final de la misma de que las luchas intestinas no le provoquen mayor daño a la institución.

Decía al principio de este comentario que Unión ya supo de estas cuestiones. Siempre que hubo un problema que amenazó con la estabilidad institucional, aparecieron los "popes" rojiblancos para acudir en defensa y saneamiento de la institución. Y la de ayer fue una de esas jornadas en la que muchos de los que estuvieron presentes -como el propio presidente, Angel Malvicino, con más de 50 años en la institución- recordaron esos mojones de la vida política de Unión que provocaron luego un resurgimiento institucional, cosa que se espera a partir de esta gesta en la que la comisión directiva y los dos grupos opositores, con Juan Vega y Rubén Decoud a la cabeza, supieron entender que hoy Unión necesita de todos para salir adelante.

"Si no encontramos soluciones entre todos los unionistas, y urgentes, el club terminará privatizado. Y eso no lo queremos para Unión", se animó a decir Vega en reiteradas ocasiones durante la cena. Y nadie se animó a contradecirlo. "Mañana (por hoy) tendremos que sacar conclusiones valederas para definir el futuro de Unión para los próximos tiempos. Los dirigentes nos pondremos a trabajar, cada cual desde su propio ámbito, y la gente tendrá que apoyarnos", disparó Decoud.

Es notable ver cómo un hombre de 85 años todavía se posesiona y moviliza cuando se trata de trabajar para el club. Tendrán (tendremos) que entender, que un hombre que ya fue seis veces presidente, que es el dirigente más viejo del fútbol argentino, el más antiguo de todos, es lógico que haya sufrido los desvaríos propios de un deporte como el fútbol. "Tengo dos ascensos y un descenso. A ese, al descenso, lo llevo acá (se señala el corazón)", y concluyó con la frase que ha sido la de cabecera: "sé que es hora de empezar a pensar en irme del club, pero ojalá que sea con Unión en Primera".

Tomaron compromisos los dirigentes. Aún aceptando que en el disenso también hay espacio para que se construyan cosas importantes para el club. Nadie lo niega. No es necesario que se digan a todo que sí. Ni siquiera que compartan en un ciento por ciento las opiniones. Sí es imprescindible que haya acuerdos básicos. De convivencia y de "operatividad". Y a eso llegaron, en una decisión plausible que los dirigentes oficialistas y "opositores" supieron expresar anoche en el encuentro del que fue testigo El Litoral y que hoy, a partir de las 19.30 aproximadamente, podrán compartirlo los socios y simpatizantes tatengues que concurran a la reunión informativa.

Los dirigentes rojiblancos confirmaron que virtualmente las inhibiciones están arregladas y que hoy se iban a ultimar los detalles formales para que Trullet cuente el sábado con la totalidad de los refuerzos.

Recordemos que además de las inhibiciones administrativas (las que se presentaron en Futbolistas Argentinos Agremiados) están las judiciales, que son las que preocupan por los tiempos y la operatoria legal.

De todos modos, los dirigentes confirmaron a El Litoral que virtualmente están levantadas y que no habrá problemas para el sábado.

Ardua fue la labor de Jorge Molina, el vice primero, quien logró destrabar estos temas. Los aportes llegaron a través de una gestión del propio presidente y también de una remesa de cheques que saldrán del grupo inversor que lleva adelante el proyecto "Pilar del tate", como parte del acuerdo al que arribó hace un tiempo con el club.

"Nuestra intención es que la planilla de sueldos sea de 100.000 pesos. Estamos un poco más arriba, pero el objetivo es no tener los problemas del torneo pasado", señalaron los dirigentes. Esto también será explicado hoy a los socios.

El Departamento de Prensa y Relaciones Públicas de Unión informa que se fletarán micros a la ciudad de Rafaela para el partido frente a Ben Hur el próximo sábado.

El costo del pasaje es de $ 15. Los interesados deberán anotarse a partir del jueves 3, de 9 a 13 y de 17 a 21, en oficina de socios. Debido a la demanda que ocasiona la presentación del primer equipo, se comunica que no se harán reservas.

Por otra parte, se pondrán a la venta entradas en la sede del club para todos aquellos que quieran acompañar al primer equipo en este nuevo campeonato que comienza.

Las mismas se podrán adquirir los días jueves y viernes de 10 a

20 en las boleterías de Bv. Pellegrini. De quedar algún remanente, se pondrán a la venta el día sábado a partir de las 9. El horario de salida de los micros está previsto para las 12.

Los precios son los siguientes: generales, 12 pesos; jubilados y damas, 6 pesos; menores, 3 pesos. Las plateas tendrán un valor de 25 pesos más la entrada general correspondiente.