El seleccionado argentino de básquetbol se despidió anoche de su público con una holgada victoria sobre Nueva Zelanda por 85 a 72, en un partido simbólico que sirvió para que los campeones olímpicos sintieran el calor popular que les dé nuevos impulsos para conquistar el título del mundo en Japón.

El sueño del equipo nacional, que quedó trunco hace cuatro años en Indianápolis, cuando se le escapó la corona en los segundos finales del encuentro decisivo ante la ex Yugoslavia, revivió en estos días de presentaciones continuas por todo el país y anoche tuvo su broche de oro en Obras Sanitarias.

El conjunto albiceleste jugará un cuadrangular en España el próximo fin de semana (viajará hoy) y luego otro en Singapur, antes de llegar a Japón, donde el 19 del corriente estará debutando ante el poderoso seleccionado francés en el Mundial japonés.

Ese recorrido lo encontrará el sábado enfrentando a Lituania en el torneo Villa de Madrid, y de ganar el domingo jugará la final con el vencedor del partido entre España y Polonia.

El martes, la delegación partirá hacia Singapur, donde disputará la Copa Merlion: el 11 ante Serbia y Montenegro, el 12 con España y el 13 con Eslovenia. Al día siguiente volará a Japón.

Un vuelo con maletas cargadas de ilusiones como las que alberga este plantel tan ganador en la epidermis como en el corazón, que por eso quiere seguir grabando páginas de oro en la historia del básquetbol nacional.

Y cómo será de genuino el hambre de este equipo que ni siquiera ayer, cuando la fiesta que desbordó la organización en el ex estadio Obras pintaba más para el regocijo que para la competencia propiamente dicha, el equipo se plantó ante los oceánicos con el firme propósito de despedirse invicto ante su público luego del amistoso en Mar del Plata y el Súper 4.

Un torneo este último que lo había mostrado en Santa Fe esbozando algunos pasajes de su mejor momento en la final con Brasil.

Algo de eso hubo en Obras, especialmente en los dos primeros cuartos, cuando la calidad de Emanuel Ginóbili y el coraje de Andrés Nocioni hicieron el deleite de la abigarrada multitud que colmó las graderías del club de avenida del Libertador.

Y también quedó ratificado el gran momento que atraviesa el pivote Luis Scola, otro hombre que clama NBA a gritos, aunque San Antonio Spurs no termina de llevárselo, mientras que Charlotte Bobcats ya se aseguró a su compañero Walter Herrmann, de irregular tarea en estas presentaciones en suelo argentino.

El partido, presentado casi como una exhibición, no fue tal por la mencionada enjundia que le puso a cada acción el equipo argentino, con excepción de una laguna que se produjo al promediar el juego por una falla del reloj electrónico que mantuvo el partido interrumpido por ocho minutos y enfrió la vehemencia albiceleste.

Esos casi cinco minutos que el conjunto dirigido por Sergio Hernández estuvo sin anotar, fueron bien aprovechados por los neozelandeses para reducir diferencias de la mano de su efectivo pivote Craig Bradshaw.

Pero nada empañó la fiesta de la gente y del equipo campeón olímpico, que en su primera presentación en la Ciudad de Buenos Aires después de Atenas 2004, se arropó de cariño y fue despedido con tanta efusividad y calidez como un par de meses atrás le ocurriera muy cerca de allí, en River Plate, al seleccionado de fútbol. Ojalá que en Japón este equipo pueda llegar más lejos.

Obras Sanitarias.

Argentina 29-Nueva Zelanda 18, 53-40, 66-57, 85-72.

Daniel Rodrigo y Fernando Sampietro (Argentina), Andy Thackray (Nueva Zelanda).

Sánchez 0, Ginóbili 12, Nocioni 17, Scola 29, Oberto 6 (fi), Herrmann 2, Wolkowyski 4, Prigioni 4, Delfino 11, Farabello 0.

Sergio Hernández.

Henare 7, Penney 16, Jones 5, Cameron 11 y Bradshaw 16 (FI). Dickel 0, Rampton 3, Boucher 5, Frank 6, Olson 3 y Wcanan 0.

Tab Baldwin.

Walter Herrmann, que hasta mediados de año jugó en el Unicaja Málaga, anunció ayer que fichará por los Bobcats de Charlotte porque comprobó que el estilo de la NBA le cae bien a su juego.

"Tengo muchas ganas. Estoy libre y Charlotte me quiere. Hace dos años que me está siguiendo y siempre me trataron muy bien", dijo Herrmann a la prensa deportiva.

El alero, integrante de la selección argentina, planea integrarse al Charlotte tras el Mundial de baloncesto de Japón, que comienza el próximo 19 de agosto.

"Tenemos un acuerdo de palabra. Pero ellos me dicen que ya está, que cuentan conmigo, lo mismo que mis representantes aquí y en Estados Unidos, pero falta la firma", explicó.

De esta manera, Herrmann se convertirá en el quinto argentino en la NBA, junto con Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto, Carlos Delfino y Andrés Nocioni.

"El estilo (de la NBA) me encantó, todo uno contra uno, muy rápido", manifestó el alero, según publica hoy el portal del diario Olé.

Además, el jugador confesó que se ilusiona con la idea de estar con Michael Jordan, copropietario de Charlotte.

Argentina se clasificó ayer para las semifinales del XXX Campeonato Sudamericano de Básquetbol Femenino, que se disputa en Asunción, tras derrotar por 105 a 38 a una débil Bolivia en la segunda jornada del torneo.

Verónica Soberon jugó algo más pausada y sólo marcó 7 puntos frente a los 22 que anotó durante el trabajoso triunfo que obtuvo ayer sobre Colombia (78-69), lo que permitió que Cecilia Lineira y Natalia Ríos fuesen las máximas anotadoras ayer, ambas con 14.

Bolivia, que viene de una derrota ante Paraguay (86-45) empleó a todas sus jugadoras, pero sólo cinco tuvieron fortuna en la canasta y sus esfuerzos no alcanzaron al toparse con un rival de mayor envergadura técnica y física.

El encuentro amistoso entre los seleccionados de Argentina y Nueva Zelanda se vio demorado en su inicio por gruesas fallas de organización de la empresa que tuvo a cargo el espectáculo.

A cinco minutos de la hora original de inicio del partido, había aún una fila de 200 metros en la Avenida del Libertador, con gente con sus entradas pujando por entrar al polideportivo de Obras Sanitarias. La empresa organizadora, Fenix Entertainment Group, que se dedica casi exclusivamente a emprendimientos musicales, no reservó además un espacio para los periodistas especializados, que tuvieron que compartir sus lugares con los hinchas del conjunto albiceleste.