Agrónomo Miguel Angel Cacciamani, del INTA Pergamino.
La información es la clave para cualquier emprendedor
Hay que conocer si un microempendimiento productivo es viable o no en un momento y lugar determinado. Así, se evita tomar decisiones apresuradas e impulsivas que conduzan al fracaso.

Ivana Zilli - [email protected]

Dar riendas sueltas a un microemprendimiento productivo no es imposible; pero, tampoco tan fácil como algunos creen. Cuando se toma la decisión de generar una actividad por sí mismo y dejar de ser empleado para convertirse en empresario, hay que tener varios puntos en cuenta. El agrónomo Miguel Angel Cacciamani, del INTA Pergamino, estuvo en Santa Fe y disertó en la Jornada de Capacitación en Emprendimientos Productivos, organizada por la Dirección Provincial de Recursos Naturales y la Asociación Cooperadora de la Estación Zoológica Experimental que se realizó hoy en la Granja La Esmeralda. Dio un panorama de cuál es la realidad de los microemprendedores en nuestro país, qué posibilidades tienen y cuáles son las razones que pueden llevar al éxito o al fracaso.

- ¿Cómo surge un emprendimiento productivo?- La falta de trabajo, la necesidad de contar con una actividad complementaria para ampliar los ingresos del hogar y el interés de muchos profesionales (psicólogos, médicos, periodistas, etc.) que, por lo general, viven en grandes ciudades y se compran una quinta o un campo para hacer un cambio de vida y realizar otra actividad diferente a la que hacen habitualmente en el ámbito urbano, son algunos de los motivos que llevan a los argentinos a generar un emprendimiento productivo. Muchos de estas propuestas nacen y se desarrollan muy bien; mientras que otras, con frecuencia, nacen y se mueren. -¿ Cómo afecta al sector la incorporación de distintos actores -profesionales, etc.- que quizás nunca realizaron una actividad productiva?- Depende de cada caso. Pero, cuando el microemprendedor está interesado en hacer una actividad relacionada con la biología y/o el agro y nunca se dedicó a esto, toma más recaudo, escucha lo que le aconsejan, busca datos, invierte tiempo y hace varias consultas antes de tomar las decisiones. Mientras que, a veces, aquel emprendedor que está más cerca de la actividad productiva pregunta y se interioriza, pero después hace lo que quiere porque sostiene que conoce algo del tema. - ¿Por qué algunos emprendimientos productivos no se terminan de concretar o mueren después de un tiempo- Por lo general, porque a muchas de las personas que les interesa hacer un trabajo en contacto con la naturaleza no les gusta vender. Hay que saber que cuando se tiene un producto es un problema y recién existe el negocio cuando se cuenta con un mercado donde colocar la producción. Esto hay que decirlo para no fracasar porque los fracasos originan distintos inconvenientes que van desde lo económico hasta lo familiar. Por eso, la gente debe poseer información para que no se le vendan `espejitos de colores' cuando se promociona alguna actividad. La información es necesaria para tomar una decisión adecuada y no dejarse llevar por una acción impulsiva. Evitar un fracaso es tan importante como impulsar un emprendimiento y el broche de cualquier emprendimiento se obtiene cuando se logra producir y vender bien. - ¿Cuál es el camino ideal para que un microemprendimiento pueda sostenerse y perdurar?- Hay que intentar que los microemprendimientos puedan convertirse en una Pyme porque la Pequeña y Mediana Empresa siempre tiene más posibilidades de sobrevivir que un microemprendimiento. Además, los emprendedores deben estar dispuestos a ser empresarios y tomar decisiones a la hora de comprar, de invertir y de vender; a manejar la mano de obra y a dedicarle todo el tiempo que sea necesario a la actividad que elijan hacer. - ¿Algunas producciones son más tentadoras que otras?-- Todo depende de la zona dónde se desarrollen y del tipo de emprendedores que existan. En algún momento, la cunicultura y la lombricultura fueron muy promocionadas por distintas instituciones y/o empresas. Ahora, se habla mucho de las aromáticas y del aloe. - En la actualidad, ¿cómo está la producción de aloe?- Si bien hay varios productores que se pusieron a trabajar en esta actividad; todavía, quedan muchas cosas por hacer para que esta producción pueda desarrollarse correctamente. Por un lado, hay que imponer en el mercado el aloe saponaria (es el que se produce en nuestro país) en vez del aloe vera que hoy se compra a México, Centroamérica y EEUU. Los dos poseen las mismas propiedades. Por el otro, hay que crear plantas de procesamiento para poder vender el producto final (gel, shampú, etc.) porque nadie compra la hoja; cambiar algunas normas legislativas para que el aloe saponaria sea aceptado y realizar determinadas adaptaciones agronómicas de este cultivo a nuestra zona. - ¿Qué herramientas deben implementarse para que los emprendedores sean cada vez más y puedan crecer?- Hay que mejorar la legislación para que los emprendedores se inscriban y al momento de vender puedan dar una factura y contar con el acompañamiento de políticas activas de la Provincia y de los Municipios. A su vez, hay que apostar al asociativismo -creación de cooperativas, sociedad de hechos. etc.- porque si los grandes se juntan para hacer negocios, por qué no se van a unir los microemprendedores en el proceso de producción y/o comercialización. El asociativismo es fácil de mencionarlo, pero, muy difícil de implementarlo. - ¿Cómo se ubica este sector en el país con respecto al resto del mundo?- Hay grandes diferencias entre lo que sucede aquí y lo que pasa en otros países. Por ejemplo, en la Argentina, los emprendimientos se encaran por necesidad y en los países desarrollados se inician por oportunidad. En estos últimos, antes de comenzar con una actividad productiva existen estudios de mercado que demuestran la viabilidad o no de una actividad en particular, además de que existe una ayuda financiera para los emprendedores. Aquí, deberíamos contar con un listado de producciones y decir éstas son las oportunidades que tiene Argentina y serán acompañadas por los bancos que tengan más en cuenta las características de cada proyecto que se presente que las garantías.

Antecedentes profesionales

Desde 1970, el agrónomo Miguel Angel Cacciamani forma parte del plantel de técnicos de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA, de Pergamino. Hasta 2002 estuvo en el área de Estudios Económicos y Sociales y a partir de esa fecha se empezó a desempeñar como responsable del Grupo de Trabajo del Centro de Información Técnica y Atención al Cliente (CITAC), en la Estación Experimental de Pergamino.

Es coordinador del Proyecto Regional de INTA sobre Diversificación Productiva en la EEA Pergamino; y participa en el Proyecto Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable -Profeder- y en el Programa Cambio Rural, como responsable del Grupo de Productores de aloe saponaria de Pergamino.

Dentro del INTA, es el referente en el tema de microemprendimientos y el responsable en el dictado de los cursos que organiza esta institución, los Municipios, Cámaras, Cooperativas, entre otras.

Participó en diferentes proyectos y planes de investigación relacionados con las empresas agropecuarias y economía de la producción. Es autor de varios trabajos publicados (informes técnicos, boletines de divulgación, artículos en periódicos, revistas, etc) y participó como disertante en seminarios, charlas, jornadas y cursos en temas vinculados con la economía de la producción, el asociativismo, emprendimientos productivos, entre otros.

En 1993 tuvo a su cargo la puesta en marcha de la Agencia de Desarrollo de la Municipalidad de Pergamino, convertida hoy, en Secretaría de la Producción. A la vez, participó en la puesta en marcha del Programa Nacional Cambio Rural y fue designado como referente regional en el asociativismo.

Objetivo

Cacciamani estuvo en Santa Fe para brindar información básica a aquel que quiera hacer un microemprendimiento productivo y pueda descubrir y valorar sus fortalezas personales, reconocer sus debilidades, encontrar las oportunidades en los mercados y vislumbrar las amenazas que se deben enfrentar.