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Cada cual atiende su juego
Para esperar el Día del Niño. Los chicos se preparan para festejar su día y los papás para agasajarlos con el regalo más esperado: un juguete. Saber qué comprar para cada niño no es tarea sencilla. Por eso, en esta nota, todo lo que hay que tener en cuenta a la hora de elegir.

Se acerca el Día del Niño y con él, la posibilidad de agasajar a los más pequeños con sus regalos favoritos. La enorme diversidad de productos que encontramos al entrar en una juguetería puede desorientarnos a la hora de elegir el juguete indicado.

Por eso, Nosotros consultamos con los encargados de algunas jugueterías santafesinas, quienes nos asesoraron acerca de la mejor opción para cada edad y para cada bolsillo.

Primeros juguetes

Para los bebés hay alternativas destinadas a todas las etapas, hasta los tres años. Marcas internacionales de primera calidad, además de líneas nacionales, ofrecen desde el clásico sonajero hasta juegos para la primera infancia y cuneros musicales. Para esta etapa del niño, son importantes los elementos didácticos que lo ayuden a percibir su entorno a través de la vista, el oído y el tacto. Los colores brillantes y los sonidos son ideales para ellos.

Otra opción, a partir de los siete meses, son los libros de materiales especiales. Ya sea de cartón duro, goma, tela o plástico; estos cuadernos para bebés con figuras simples y colores atractivos, son ideales para cuando ya desarrollaron una capacidad mínima de manipulación.

Bomberos y superhéroes

Para los niños más chiquitos, hay una amplia gama de autitos y móviles que son sus juguetes favoritos. Los juegos para encajar, armar y apilar, como ladrillos, rompecabezas y piezas de encastre para construir, despiertan el interés por las seriaciones y la visualización espacial.

Desde los tres hasta los seis años, aproximadamente, los chicos disfrutan de recrear y tienen particular interés por los juegos que le permiten imitar a los adultos. Les encanta jugar a que son bomberos, piratas, policías, etc. Por eso son buenos los elementos y disfraces que sirvan para los juegos de roles y la dramatización.

Los nenes más grandes, a partir de los seis años, están en una etapa aspiracional, donde empiezan a descubrir el mundo y querer ser como sus héroes. Aquí cobra un papel importante lo que los niños miran en la televisión, no sólo la publicidad, sino también las series y los dibujos animados como los Power Rangers o los Transformers.

Para jugar a la mamá

Las nenas más chiquitas, que tienen entre tres y cinco años, disfrutan de los juguetes más básicos. Las primeras muñecas (los clásicos bebotes que hablan) a las que pueden cambiar, acostar en sus cunitas y pasear en cochecitos; también los equipos de cocina y todos los elementos que las identifiquen con sus mamás les encantan.

Todos los juegos para ellas son de aprendizaje y hacen referencia a su contexto inmediato: su casa y su familia. Es importante que sean piezas que puedan manejar, disfrutar sin inconvenientes y sin la intervención de los papás para que puedan desarrollar su independencia. Esta es una etapa en la que descubren el mundo de la fantasía. Lo mágico, las hadas y las princesas también son una buena opción.

Cuestión de mujeres

Las nenas de seis a ocho años cuentan con un contexto social más grande, comienzan a descubrir los roles y por eso, para ellas, son ideales las muñecas doctoras, periodistas, costureras, veterinarias, etc. y los set de elementos para ejercer una profesión.

Los juegos de coquetería, como trenzadoras para el pelo, enhebradoras de perlitas, tejedoras para hacer bufandas y gorritos, o máquinas para hacer tatuajes, son las últimas novedades ideales para estas pequeñas. También los ponies y todos aquellos juguetes que requieren de cuidado y atención son indicados para ellas.

Las preadolescentes, en cambio, buscan especialmente juegos musicales para cantar y bailar. Es una edad en la que las niñas amplían su entorno y por eso cobran trascendencia los juegos sociales, algunos incluso en los que se ponen en común, algunos "secretos". También hay entretenimientos de mesa exclusivos para este segmento.

Para todos

Hay juegos que son para ambos sexos, es el caso de los de mesa, ya sean didácticos o no. Muchos de ellos ayudan a desarrollar habilidad para la lógica y las matemáticas. Pero también colaboran en el aprendizaje de la aceptación de reglas, la paciencia para respetar el turno y la competencia dentro de un marco previamente acordado.

Uno de los responsables de una reconocida juguetería santafesina explica que está cobrando fuerza una tendencia: los juegos que no requieren lectura y que, con colores e imágenes, resuelven el desarrollo del entretenimiento y lo convierten en apto para niños más pequeños.

Para los más grandecitos, hay juegos con prendas, para leer, dibujar, o hacer mímica; y vienen muchos de equilibrio (tipo yenga).

Las películas son otra opción muy elegida por los niños (y los no tan niños). Los últimos estrenos cinematográficos, como Superman, Cars, El Ratón Pérez o Patoruzito, pueden comprarse junto con muñecos de los personajes o disfraces, juegos de cartas y demás packaging, con motivos alusivos.

En definitiva, hay un amplio surtido de opciones y de precios -que van desde unos pocos pesos hasta los mil- para que cada niño tenga su juguete, el que sea más adecuado según su edad, su etapa de maduración y sus inquietudes.

Jugar, lo más importante

El juego cumple un papel fundamental en el desarrollo del niño. A través del juego, el niño elabora situaciones traumáticas, repite situaciones placenteras, imita a los adultos y así descubre distintos roles sociales.

Al respetar las reglas del juego, adquiere las primeras nociones acerca de los derechos ajenos, logra la socialización, aprende a compartir, logra el espíritu de equipo y cooperación.

Jugar es lo más importante en la vida del niño, especialmente en la primera infancia, donde aparece como su ocupación esencial. El juego en el niño equivale al trabajo en el adulto. Por este motivo es una experiencia que no debemos subestimar, ni considerarla como una distracción pasajera, ni una pérdida de tiempo.

Por lo tanto, debemos incentivarlo, ya que permitirá desarrollar individuos más sanos, al tener la posibilidad de elaborar situaciones conflictivas por las cuales atraviesa y también brindar la posibilidad de desarrollar su creatividad.

POR MARÍA ISABEL CRUZ ROSSI (*)

(*) Psicopedagoga