Maestra desaparecida
Fiscal se trasladó a El Cadillal para presenciar inspecciones
El traslado de la fiscal se debió a un informe policial dando cuenta del hallazgo de pelos y tierra que serán sometidos a peritajes. Foto: Agencia Télam. 

Todo apunta a un conflicto laboral y a envidias personales. La docente estaba a punto de ser nombrada directora en el establecimiento donde trabajan las dos detenidas.

Tucumán, (Télam).- La fiscal que interviene en la pesquisa por la desaparición de la maestra tucumana supervisaba personalmente una inspección que se realizaba hoy en la zona vecina al dique El Cadillal, cercano a la capital provincial, en busca de rastros de Ángela Argañaraz, informaron fuentes policiales.

El traslado de la fiscal de Instrucción Adriana Giannoni a esa zona llamada El Embudo, ubicada a unos 25 kilómetros de la ciudad de Tucumán, se debió a reportes policiales sobre el hallazgo de una bolsa plástica que contenía tierra y aparentemente pelos, que será sometida ahora a peritajes.

La inspección de hoy en esa zona vecina al dique se suma a otras realizadas también allí durante el fin de semana, que no arrojaron resultados.

Dos mujeres

Pese a la cantidad de operativos llevados a cabo, los pesquisas no lograron aún dar con la maestra, por cuya desaparición fueron detenidas dos mujeres que ayer se negaron a declarar en el marco de la causa, una de las cuales fue luego beneficiada con un arresto domiciliario.

Se trata de Nélida del Valle Fernández y Susana Acosta, quienes para la fiscal pudieron haber secuestrado a Argañaraz por motivos vinculados con lo laboral.

La pista sobre la que avanza la fiscal Gianonni apunta a alguna diferencia laboral entre las aprehendidas y Argañaraz, quien estaba a punto de ser nombrada directora del establecimiento escolar en la que trabaja junto con Acosta, quien a su vez vive con Fernández.

El último día

Argañaraz vive en El Manantial, en la periferia de la capital provincial, de donde salió el lunes pasado a las 6 para tomar un ómnibus de la línea 103 que la llevaría a su trabajo en el colegio San Francisco, situado en Marcos Paz al 600, en pleno centro de Tucumán.

La docente jamás llegó a su trabajo y sus compañeros alertaron sobre su desaparición.

Algunos testigos aseguran que la docente abordó un colectivo de la línea 103 y se bajó en la esquina de La Madrid y Alem, donde habría subido a un auto Duna blanco, aunque se desconoce si era remís o un vehículo particular.

Días después, los pesquisas establecieron que antes de desaparecer, Argañaraz había intercambiado algunos mensajes de texto vía celular con una de las ahora detenidas.

Similar

El caso tiene algunas similitudes con el de Paulina Lebbos, la hija de un ex funcionario del gobierno tucumano que desapareció tras abordar un remís y días después fue hallada asesinada en las afueras de la capital tucumana.

La existencia en ambos casos de un vehículo de similares características que podría ser remís llevó a los pesquisas a encontrar rápidamente parecidos entre ambos casos, ya que, al igual que Argañaraz, Paulina Lebbos fue vista por última vez al abordar un Fiat Duna.

Esta mañana, el abogado de la familia Lebbos, Emilio Mrad, destacó las semejanzas que existen entre los casos y consideró que en ambos hechos "el primer punto de contacto es la total falta de seguridad que existe en la provincia y que prueba el fracaso del Ministerio de Seguridad, que no le presta atención al reclamo de la población sobre estos hechos terribles".

Mujeres en silencio y con moretones

Las mujeres que fueron detenidas ayer por la desaparición de la docente Beatriz Argañaraz, se negaron a declarar ante la justicia, mientras que el abogado de las mujeres recusará a la fiscal Adriana Gianonni y pedirá que sea separada de la causa. En tanto, una jueza tucumana beneficio anoche con la prisión domiciliaria a una de las apresadas y envió a la otra a una celda del Departamento de Seguridad Personal, al tiempo que efectivos de la policía local realizaron cuatro excavaciones en una casa ubicada en El Cadillal en busca de la maestra, pero los resultados fueron negativos.

Un examen médico realizado ayer fue suficiente para la fiscal para que sospechara de que las ex religiosas podían tener vinculación con el hecho, por lo que ordenó sus detenciones.

Según las fuentes, ambas mujeres tenían moretones en los brazos y Fernández, además, marcas en un costado de la caja torácica.

Estos signos, según los especialistas, son característicos de personas que se defendieron de una agresión.

Después de leer el informe, Gianonni le pidió al jefe de Policía, Hugo Sánchez, que las aprehendiera, bajo la imputación de privación ilegítima de la libertad.