El gobierno nacional anunciará en los próximos días, probablemente el miércoles, un programa destinado a acercar a la clase media a los créditos hipotecarios. El acuerdo se hizo ayer en el transcurso de una reunión que mantuvieron la ministra de Hacienda, Felisa Miceli, y el titular del Banco Central, Martin Redrado.

El sistema, que además incluirá el otorgamiento de beneficios fiscales a quienes construyan viviendas para alquiler como una manera de aumentar la oferta, será de leasing, es decir, un sistema de alquiler con opción a compra del inmueble, en el que una porción de lo pagado se compute como un pago a cuenta de una futura compra.

La decisión del gobierno es a consecuencia de las fuertes quejas que hicieron en los últimos días las asociaciones de inquilinos por el aumento en el precio de los alquileres.

Ante esto, el gobierno dijo que no iba a intervenir en el libre juego de la oferta y la demanda en el mercado de los alquileres, pero se comprometió a tomar medidas para incrementar la oferta de viviendas de alquiler y facilitar el acceso de la gente al crédito hipotecario.

Tomada la decisión, los técnicos de ambos organismos se juntarán a partir del lunes para definir distintos aspectos del programa a instrumentarse, como los montos de los créditos, los requisitos que se le pedirán a quienes quieran hacer uso y el porcentaje del monto de la cuota del alquiler que podrá computarse a cuenta de la futura compra de la vivienda.

Una de las medidas que el Central le pedirá a los bancos que apliquen, es la del cambio en los criterios de calificación de los solicitantes para que no sólo se tome en cuenta en el momento de otorgar el crédito el monto del salario sino otros parámetros, como el cumplimiento impositivo o del pago del alquiler.

Las gestiones para impulsar el crédito hipotecario cobraron fuerza la semana pasada, a partir de las discusiones desatadas por los alquileres y la imposibilidad del gobierno de intervenir directamente en este mercado.

A fines de julio pasado, el Banco Central flexibilizó las exigencias para que los bancos otorguen préstamos para la vivienda única hasta los 100.000 pesos, con menores requisitos para acceder al beneficio.

Sexta derrota

La inestabilidad de los mercados extranjeros volvió a golpear a los negocios en la Bolsa porteña, en momentos que tampoco el arribo de los balances logra despertar el interés de los operadores. De manera que el índice Merval despidió la semana con una baja del 0,85 por ciento, diferencia que se estira al 4,86 en las últimas cinco ruedas y recorta la ventaja desde principio de año al 4,89 por ciento. A su vez, la manifiesta prudencia de los inversores se tradujo en un volumen de apenas 21,56 millones de pesos -el más bajo de la semana-, mientras que el balance deparó 18 alzas, frente a 38 bajas y otras ocho sociedades que mantuvieron sus precios anteriores.