Es la única raza argentina
Bovino criollo: las vacas del país
Son descendientes de los primeros vacunos que trajeron los españoles en el siglo XV. Apuntan a incorporar sus cualidades genéticas en el rodeo convencional.

Antes de la llegada de los españoles, en América no existía el ganado bovino. Fue recién con el ingreso de los primeros animales traídos de andalucía cuando la especie ingresó en el continente y se dispersó por todos los ambientes gracias a su rusticidad y capacidad de adaptación.

De aquellos ejemplares traídos por Cristóbal Colón en su segundo viaje (1493) hoy perduran distintas descendencias que se constituyeron en las razas criollas de varios países del continente.

En la Argentina, el número de ejemplares decreció tras la introducción de las razas británicas e índicas y hoy sólo existen entre 4.000 y 5.000 vientres registrados. La selección y mejoramiento comenzó en la década de 1980, época y en la que se creó la Asociación Argentina de Criadores de Ganado Bovino Criollo, y hoy la mayoría de los esfuerzos se llevan a cabo en el INTA Leales, provincia de Tucumán.

En la reciente exposición ganadera en Palermo, la Sociedad Rural Argentina premió a los criadores de la raza nativa. El toro campeón del certamen fue "Yopará", un ejemplar nacido en octubre de 2002 de 804 kilos propiedad de la Cabaña "La República" de Luján, provincia de Buenos Aires.

Destino cruza

El ingeniero agrónomo Fernando Holgado, que trabaja en el mejoramiento de estos animales en el INTA Leales, comentó a Campolitoral que se trata de una raza fundamentalmente carnicera, que tuvo un prolongado proceso de selección natural pero muy breve en forma profesional.

Se caracteriza por tener cuernos largos y pelajes colorados, negros y blancos, en muchos casos manchados. También son longevos y resitentes a algunas enfermedades. Además poseen gran capacidad de desplazamiento y una menor frecuencia de bebida. "Son muy rústicos, de tamaño mediano. Un toro como el campeón pesa unos 800 kilos y la vaca típica entre 400 y 450 kilos", agregó el especialista.

Aunque en el norte podría ser una alternativa interesante para producción o utilización en cruzamientos, esta raza está más difundida en la pampa húmeda. Allí, explicó Holgado, encontró un espacio muy propicio para complementarse con razas británicas en cruzamientos sobre vaquillonas de 15 meses por la facilidad de parto que presenta. "Da un ternero chico, longilíneo, que no ofrece dificultades de parto; y tiene las ventajas de cualquier cruzamiento en cuanto a la generación de vigor híbrido", remarcó.

Según el especialista, hoy es difícil hallar ganado criollo en las regiones marginales por el avance de la razas sintéticas. "Creo que es mínima la cantidad que puede quedar en reservorios en el norte del país porque con la introducción de las cruzas con cebú las barreras naturales que antes frenaban el avance de otras razas se han perdido y los cruzamientos se difundieron mucho". De todos modos -agregó- aún podrían encontrarse animales en campos o zonas montañosas de condiciones duras donde no haya llegado la incorporación de otras razas.

Aporte genético

En materia genética, el trabajo que se realizó es todavía muy nuevo. Recién en 1985 los productores comenzaron a criarlo y a establecer pautas de selección. "La orientación actual es carnicera, en la búsqueda de un animal de mejor línea superior, con cuartos más destacados", precisó el profesional, quién resaltó que el proceso recién empieza.

En su estado puro, el ganado criollo se comercializa poco con destino a faena, ya que su rol principal son los cruzamientos, con los que se consiguen muy buenos resultados. Igual que con los cebuínos, la mayor hibridación se realiza con Hereford y Aberdeen Angus. "Sobre eso hay muchos estudios de calidad de carne y rendimientos que demuestran lo bien que se desempeña la raza; y como es un Bos taurus, tiene una buena calidad de carne".

A las británicas les aporta velocidad de crecimiento y mayor peso. "Un novillo de 24 meses tiene 40 o 50 kilos más; y eso hace que la velocidad de deposición de grasa sea más lenta y, por lo tanto, tiende a sacar un animal más magro. Entonces la ventaja depende de a qué mercado y a qué peso de faena estemos apuntando", precisó Holgado en medio de los mejores ejemplares que la raza mostró en Palermo.

Además de su rusticidad, entre las cualidades que más prometedoras se encuentra su variabilidad genética. Sobre todo a partir del desarrollo de la bioingeniería y la posibilidad de transferir genes de una raza a otra, con lo cual podrían aprovecharse condiciones de resistencia a enfermedades, o cualidades todavía no apreciadas en las distintas razas. "Por eso creemos que el criollo es un aporte más a la genética nacional, buscando afianzar e incrementar el rol de Argentina en la producción de carne", afirmó el especialista del INTA Leales.

Más información Asociación Argentina de Criadores de Ganado Bovino Criollo, Corrientes 655, (5220) Jesús María (Pcia. de Cba.), Tel. 0525-462-0631. En Bs.As.: Tucumán 983, 3º piso of. D, (1049) Buenos Aires; Tel. 011-4326-0144.

Nombres según la región

El ganado autóctono recibe nombres diversos, según el país en el que se desarrolló. En la Argentina es "Criollo Argentino". En México "Chinampo (México)", o "Costeño con Cuernos" si es oriundo de Colombia. En EE.UU., en tanto, recibe dos denominaciones: "Florida Cracker" o "Longhorn/Cornilargo".

Juan Manuel Fernández[email protected]