Tenía 75 años y hacía 40 años que vivía en el lugar
Murió el vecino de Santa Marta que fuera baleado el domingo
 El local que atendía Julio César Nuñez cuando inexplicablemente fue atacado a balazos el domingo a la noche. Foto: Danilo Chiapello. 

Los esfuerzos médicos por salvar la vida de Julio César Nuñez fueron vanos. Los dos balazos que dieron en su cuerpo el último domingo habrían de resultar mortales.

José Luis Pagés

En el hospital José María Cullen donde era asistido dejó de existir esta mañana el vecino de Santa Marta que la noche del último domingo resultó herido en pecho y abdomen cuando atendía su negocio de pool ubicado en Ex Combatientes de Malvinas, a escasos cincuenta metros de avenida Blas Parera.

Julio César Nuñez, víctima fatal del cobarde atentado, tenía 75 años y había vivido pacíficamente en ese vecindario junto a su esposa Luisa Rojas, por más de cuarenta años.

Tal como informamos en nuestra edición de ayer Julio César Nuñez estaba tras el mostrador cuando al local ingresaron dos desconocidos. De estos, uno se habría acercado a la mesa de billar mientras otro se presentó en la caja y pidió dos fichas de pool.

Entonces, cuando Nuñez abrió la caja donde guardaba fichas y dinero se escucharon dos estampidos de arma de fuego y el hombre se derrumbó arrastrando caja y mostrador en la caída.

Apenas segundos después, tras la fuga del asesino y su compinche, Nuñez se incorporó por su propios medios y con paso vacilante llegó hasta su esposa que se encontraba en el dormitorio ubicado en la parte posterior de la casa.

Luisa Rojas llamó a la policía y una ambulancia llevó al herido en dirección al hospital público donde habría de fallecer hoy. Los médicos habían dicho desde un primer momento a la angustiada esposa de Nuñez que las posibilidades de salvar la vida del herido eran pocas, por cuanto uno de los proyectiles le había destrozado el hígado.

Así como hay quienes presumen que Nuñez fue ejecutado por un individuo que reaccionó violentamente cuando no recibió, como pretendía, una par de fichas gratis, otras versiones permiten imaginar que la suerte de la víctima quedó sellada cuando días atrás negó asilo a un individuo que parecía escapar de alguien que lo buscaba con intención de darle muerte.

Al incidente que involucró a Nuñez con ese desconocido atribuyen algunas fuentes el inexplicable ataque del domingo.

Aquel hombre que por nada del mundo quería salir a la calle esa noche habría de volver minutos después a la casa de Nuñez para pedir a los gritos que lo dejaran entrar nuevamente porque -decía-, lo habían atacado y se estaba desangrando.

Nunca supieron los Nuñez quién era aquel desconocido, tampoco supieron qué fue de él, ni nada acerca de quién lo atacó en medio de la noche, apenas abandonó el local de calle Combatientes de Malvinas.