En el mercado de la carne
Dificultades para acordar
El Gobierno y la cadena de la carne intentan llegar a un acuerdo. La dificultad reside en que un mercado que se desenvuelve en condiciones parecidas a la competencia perfecta es muy difícil de interferir, de acordar, por más representativos que sean los que firman y por más voluntad que pongan los representantes de cientos de miles de oferentes y demandantes.

Si se trata de un producto o servicio cuya oferta está concentrada en tres o cuatro empresas, el "acuerdo" se logra en 20 minutos y puede ser eficaz, como lo prueban todos los que el Gobierno firmó con sectores concentrados de la economía (industrias o empresas privatizadas).

No decimos que no se pueda llegar a un acuerdo; decimos sólo que es difícil, porque aunque lo acordado parezca y sea en los papeles justo, en un negocio que supera a los 23 mil millones de pesos anuales, seguramente, va a producir enormes transferencias de dinero entre sectores. Que no se hubieran registrado nunca si se hubiera dejado actuar al mercado, en el cual nadie se puede apropiar de una renta extraordinaria por demasiado tiempo.

De seguro, las cargas no van a ser parejas. Una interferencia tan grosera como prohibir las exportaciones, naturalmente, tiene éxito en dirigir el mercado en la dirección deseada. Pero acá estamos hablando de terminar con las prohibiciones y pasar a los "acuerdos", los cuales, por bien intencionados que estén, probablemente generen una menor riqueza total, y transferencias indeseadas entre los diferentes sectores. De cualquier manera, es preferible en las actuales condiciones "acordar".

Cambio real

El tipo de cambio que tenemos hoy en día equivale a 1,58 pesos por dólar, si lo ponemos en moneda de diciembre de 2001 a través de un Indice combinado de precios mayoristas y minoristas. Si se le quita el 15 por ciento de retenciones, que sufren las exportaciones de carnes, el tipo de cambio neto actual es de sólo 1,34 peso de diciembre de 2001.

Se prevé que el tipo de cambio nominal crezca en los próximos años por debajo de la inflación; entre las retenciones y la erosión inflacionaria, el tipo de cambio neto para la carne tiende a perder la fuerte mejora que logró en 2002/04. La mejora de la cual hoy "goza" el sector de la carne en el tipo de cambio es en realidad modesta, si se tiene en cuenta que el tipo de cambio real de fines de la convertibilidad experimentaba un fuertísimo retraso, sólo superado en nuestra historia contemporánea por el valor de la divisa entre 1979 y 1981 (la tablita).

Masa salarial. Según la consultora ALPHA, la masa salarial (número de personas empleadas multiplicado por el salario promedio) cayó en 2002, después de la devaluación, un 19 por ciento en términos reales, para recuperarse en 2003 un 21 por ciento y crecer 7,6 por ciento en 2004 y 10,7 por ciento en 2005.

En el primer semestre de este año, y a favor de los aumentos salariales generalizados entre la población empleada en blanco, la masa salarial crece otro 9,5 por ciento. En el segundo semestre se comenzarían a reflejar también en la demanda por carne vacuna los recientes aumentos otorgados a empleados públicos y jubilados, como así también los incrementos otorgados a trabajadores cuyos gremios negociaron subas salariales escalonados. Desde el final de la convertibilidad, el IPC creció un 83 por ciento; los salarios (promedio ponderado), 72 por ciento y el precio de la carne vacuna, 162 por ciento sin lograr una reducción alguna en el consumo de la población.

Entre marzo y julio, y a partir de la suspensión de las exportaciones, el precio de la carne al público cayó 7,7 por ciento. En esta baja, inciden dos factores: uno, el enorme volumen de carne de exportación volcada de manera desordenada al consumo interno; y dos, la fuerte recuperación del valor de recupero percibido por la industria, que ha permitido reducir el valor mayorista de la media res sin sacrificar rentabilidad. Si además el precio de la hacienda baja, mejor.

Pese a la reapertura de la exportación, la faena total sigue abajo del año pasado. El cuero, lejos de bajar, cotiza hoy en dólares 45 por ciento más que en marzo.

Nueva Resolución del Senasa para proveedores

El SENASA dictó la disposición 1325/2006, que establece que las personas físicas o jurídicas inscriptas como proveedores de caravanas para la identificación de bovinos destinados a faena para exportación, deberán presentar la certificación emitida por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) ante la Dirección de Agroquímicos, Productos Farmacológicos y Veterinarios (DAPFV).

La normativa, publicada hoy en el Boletín Oficial, regla que las presentaciones deberán realizarse dentro de los 180 días, a partir del día siguiente de su entrada en vigencia. Por lo que ese tiempo deberá contarse desde el 7 de agosto de 2006.

El incumplimiento de lo normado dará lugar a la cancelación de la inscripción en el Registro de Proveedores de Caravanas para la identificación de bovinos destinados a faena para exportación.

La nueva normativa del Senasa reconoce como antecedente la resolución 15/2003 que estableció el Sistema de Identificación de Ganado Bovino para exportación y la disposición 292/03 de la DAPFV, referida a los requisitos y especificaciones en relación al sistema.

Asimismo recuerda que el 29 de diciembre de 2005 el Senasa firmó un convenio específico de cooperación con el INTI, el cual tiene por objeto la evaluación de los materiales que se utilicen en la fabricación de los elementos de identificación para la trazabilidad animal.

El convenio propicia que las personas físicas o jurídicas inscriptas como fabricantes, importadores y/o impresores de caravanas en el Registro tienen la obligación de presentar la certificación emitida por el INTI.

Ignacio Iriarte