Un fenómeno que preocupa
Una niña que adelanta los destetes
Los cambios presentados en la producción agropecuaria durante la última década, y particularmente luego de la salida de la convertibilidad, determinaron un desplazamiento de la superficie ocupada por la ganadería para ser utilizada por la agricultura. La falta de lluvias, además, aumenta los desafíos para el productor ganadero.

En las explotaciones mixtas, la superficie ganadera se concentró en los suelos de poca o nula aptitud agrícola, produciéndose además una transferencia de animales hacia zonas típicamente ganaderas. A esto se suma que, en estas zonas tradicionalmente criadoras (sistemas extensivos basados en la utilización del campo natural), se tiende a una recría y/o engorde de la propia producción, lo que ocasiona un mayor aumento de la carga, donde los mejores potreros se destinan a la recría e invernada y los índices de reproducción tienden a caer. El stock vacuno no se ha reducido y sí lo ha hecho la superficie destinada a la actividad cría, lo que determinó una alta concentración de vientres. La consecuencia esperable de persistir esta situación, es la caída de la productividad de los rodeos, resultado de una carga excesiva que privilegia la tenencia y no la producción.

Una sequía que va para largo

Toda esta situación actualmente se ve fuertemente agravada por el efecto de la sequía que se viene presentando en los últimos años: un 2003 con un leve déficit hídrico de otoño y primavera que prosiguió a lo largo del 2004 con un marcado déficit de otoño, primavera y verano. Este evento climático, "La Niña", se afianzó estos dos últimos años y complicó el 2005 que presentó un acentuado déficit de otoño e invierno y en lo que va del 2006 las lluvias siguen un patrón de comportamiento sumamente pobre e irregular; que es causado por el enfriamiento de los mares que rodean al cono sur.

Este fenómeno, que constituye el opuesto a "El Niño", se encuentra asociado a la ocurrencia de lluvias muy por debajo de lo normal en el área agrícola del norte, centro y este de la Argentina, Paraguay, gran parte del Brasil y el Uruguay. Así la región Amazónica del Brasil recibió en promedio 50% de las precipitaciones normales para la época, poniendo en marcha un mecanismo de sequía de dimensiones continentales, ya que gran parte de la humedad que produce lluvias en Sudamérica proviene de la evaporación que tiene lugar en esta importante región.

Impacto severo

En la Argentina el impacto más severo se ve en el Noroeste argentino, la región del Chaco, en el centro y norte de la Mesopotamia y en el norte, este y sur de la región pampeana, provocando un descenso de las reservas hídricas y causando un fuerte impacto sobre la actividad agropecuaria.

Este escenario determina que los sistemas de cría vacuna se encuentren con una situación forrajera caracterizada por una muy baja disponibilidad, de mala calidad, con muchas malezas y poca posibilidad de rebrotes, a lo que se agrega la poca cantidad de reservas forrajeras en mano de los productores.

Las alternativas para paliar esta situación se deben analizar en cada sistema en particular, teniendo en cuenta la situación sanitaria, el manejo y la alimentación. Ante la limitación de poder sacar a pastoreo, dada la escasez de la oferta de campos, las opciones pasan por el manejo de la carga del rodeo, el manejo de los escasos recursos forrajeros y el manejo de los requerimientos nutricionales de los vientres.

Si bien algo se puede lograr por la reducción del rodeo (eliminando las categorías improductivas), el mayor impacto pasa por el mantenimiento de la receptividad, para lo cual se puede recurrir a distintas alternativas de suplementación, como pueden ser la utilización de silos, rastrojos, subproductos, henos y granos.

Costos de suplementación

Cuando evaluamos el costo de diferentes alternativas de suplementación de los vientres para mitigar el efecto de la sequía se observa que los granos son algo más convenientes que los forrajes, pero desde el punto de vista económico el impacto sobre el sistema de la suplementación demuestra que solo tiene impacto en mantener la receptividad de los establecimientos ganaderos.

El ganadero sabe que la medida de mayor impacto sobre la receptividad de los campos, el desempeño reproductivo y por ende sobre la rentabilidad de los establecimientos de cría, es la utilización de la Técnica Destete Precoz como herramienta para aliviar a los vientres y disminuir los requerimientos de estos; por eso este año adelanta los destetes.

Sabe muy bien además que el Destete Precoz que le permite manejar vacas sin terneros al pie, llevada a cabo en conjunto con otras medidas de manejo, como la intensificación del control sanitario, el reordenamiento del rodeo (descartando los vientres viejos, vacíos y enfermos), el atraso del entore de vaquillonas, adoptando el pastoreo por horas, dejando las pasturas en descanso, utilizando los rastrojos y/o bajos de campo natural; marca la diferencia entre tomar la decisión de esperar a que llueva o afrontar la crisis actual asumiendo los mayores costos y superar la contingencia, no dejando que se afecte al sistema y por sobre todas las cosas obteniendo una rentabilidad adicional.

Gepsa/Campolitoral