El texto da un concepto equivocado en Física

Descubrió que su hijo estudiaba de un manual que tenía un error

Los manuales satisfacen necesidades básicas de enseñanza y de aprendizaje, aunque no todos defienden su uso en las escuelas. Foto: Archivo.. 

Al prestarle atención a la tarea de su hijo, detectó que el manual sostenía que la fuerza de gravedad era variable, cuando, en realidad, es una constante. Se quejó ante el Ministerio de Educación Nacional, pero no recibió una respuesta plausible. Una experimentada bibliotecaria asegura que no se debe tener fe ciega en las editoriales, aunque sean de renombre.

"Me dirijo a Uds. a fin de recibir información acerca de la forma en que los docentes eligen su bibliografía, la forma en que ellos acceden a ésta (me refiero a los manuales) y si en algún momento el Ministerio hace algún tipo de control sobre los contenidos y/o recomendaciones", comienza el e-mail del 10 de mayo que el padre de un alumno de 6° año de EGB de nuestra ciudad dirigió a las autoridades de la cartera educativa nacional.

Y explica: "Ha llegado a mis manos el Manual del Docente, Ciencias Naturales, 6° EGB, de editorial Santillana, y en él he encontrado varios errores. No solamente no aplica principios que explica en la página anterior, sino que también tiene errores de concepto muy groseros". Y concluye: "Por esta razón me dirijo a Uds. Es con viva preocupación que escribo esta carta y espero una pronta respuesta".

El pedido fue contestado recién el 20 de julio, y expresa: "Dadas la cantidad y diversidad de los materiales que producen las editoriales, los mismos no son revisados ni autorizados por el Ministerio. Donde la libertad de cátedra es un derecho, tampoco puede intervenirse en este tipo de decisiones. Entendemos que las observaciones al contenido sería importante que se hicieran públicas en los medios de comunicación masivos para evitar que se sigan comprando. Cordialmente".

El intercambio epistolar pone sobre la mesa, al menos, algunas cuestiones relevantes vinculadas a la vida escolar: la existencia cierta de errores en los textos escolares; el rol de los docentes como responsables de seleccionar, controlar y transferir los contenidos de los textos; la relación que establecen los profesores con el manual; el posible rol del Estado en la supervisión de los materiales escolares de circulación masiva; la relación de los estudiantes con ese tipo de libros de texto; el papel que juegan las editoriales en el campo de lecturas escolares, entre otros.

El error del manual

El papá de este alumno de una escuela privada (cuyo nombre prefirió mantener en reserva para "no afectar a mi hijo") relató la particular odisea que lo llevó desde el descubrimiento de un error de concepto de Física en la carpeta de su hijo, pasando por el diálogo con los docentes responsables del área, hasta la respuesta dada por el Ministerio de Educación de la Nación.

"Mi sorpresa se produjo cuando le pregunté a mi hijo un día sobre los temas que estaban dando en clase, y me contestó una cosa que no tenía ni pies ni cabeza. Se lo corregí, le pregunté de dónde lo había sacado y me dijo que de la carpeta", explicó.

"Yo pensaba que había copiado mal, pero me encontré con que era la fotocopia de un libro. Al día siguiente, fui a la escuela, pedí una entrevista con la maestra, le pregunté de dónde la había sacado y me confirmó que era del Manual Santillana hecho para el docente. Le pedí el libro prestado y, al hojearlo, me encontré con que no era solamente el error en Física, sino una serie de ambigüedades más", comentó el papá, ingeniero agrónomo.

El error que disparó todo fue que la fuerza de gravedad no es una constante en el planeta, cosa que sostiene el manual. Cuando, "en realidad, sí es una constante física", corrigió el ingeniero (Ver aparte).

"Soy consciente de que tengo elementos para detectar los errores por mi formación, pero hay otros padres que quizá no la tengan. Precisamente la escuela debería cumplir ese rol de sistematización de los conocimientos; si no, la escuela, en su faz instructiva, no cumple su función", opinó.

Una respuesta queno convence

Por esos días, llegó a la casa del progenitor un volante del Ministerio de Educación de la Nación, que proponía un diálogo con los padres a través del programa Familia y Escuela. "Yo traté de participar y le escribí al Ministerio sobre este error detectado en el manual. Para gran sorpresa mía, la respuesta fue que la libertad de cátedra es un derecho y que ellos no pueden hacer nada. Me suena más a lavado de manos...", consideró.

Enseguida, añadió que "nadie desea censura. El asunto es que alguien tiene que controlar, ejercer las veces de contralor neutral. No sé, podría ser la universidad".

Consultada sobre el tema, Carmen Depetris, directora de la Biblioteca Pedagógica de Santa Fe, dijo entender que los libros de texto son presentados al Ministerio de Educación de la Nación antes de salir a la venta. "Pero no sé hasta dónde llegan a revisar todo, porque realmente hay una explosión bibliográfica", subrayó.

En su opinión, "por suerte", el gobierno no establece qué manuales usar, es algo que lo define el maestro. "No hay en ese sentido una lista de libros malditos, como sí los hubo en épocas nefastas", destacó.

No tener confianza ciega en los editores

Depetris consignó que el problema de los errores en los libros en general no es nuevo. "Llevo 42 años en la biblioteca y he visto pasar por mis manos todo tipo de materiales. Puedo asegurar que errores ha habido siempre. En algunos casos, más groseros, que significaron retirar una edición de circulación por parte de la propia editorial", aportó.

Claro que un manual del docente es materia sensible, porque se trata de la formación de educadores de los niños. Por eso, Depetris aventuró que quizá el problema radica "en la confianza ciega que hay en los manuales y en las editoriales de primera línea. Hay un marketing armado de tal manera que el docente compra determinada marca editorial buscando garantías".

Destacó que, la mayoría de las veces, son los educadores los que advierten errores de conceptos y los salvan ante sus alumnos. "Lo que hacen muchas veces las editoriales es corregirlos mediante una fe de erratas, si se han dado cuenta antes de largarlos a circulación. Otras veces, lamentablemente llegan al consumidor con equivocaciones", cerró.

La fuerza de gravedad

El texto escolar dirigido a docentes plantea textualmente en la página 125: "A medida que ascendemos una montaña el aire pesa menos (porque la intensidad de la fuerza de gravedad con que la Tierra lo atrae es menor), por lo tanto, la presión atmosférica será menor".

El ingeniero agrónomo que notó el error, corrigió: "La fuerza de gravedad es siempre la misma y provoca una aceleración de 9,8 metros sobre segundo al cuadrado, y es una constante física, no varía".

Amplió la explicación: "Es una cuestión de altura manométrica; cuanto mayor es la capa de atmósfera que tenemos arriba nuestro, la presión atmosférica es mayor; cuando la capa es más delgada, la presión es menor. Lo que varía es la altura de la capa de la atmósfera".

"No es algo muy difícil de razonar y el planteo no es para nada ambiguo: es una cuestión de altura manométrica, no es un problema de que la gravedad aumente o disminuya; la gravedad es la misma, y se toma una cifra como constante", detalló.

De la Redacción de El Litoral