El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy trastocó la agenda de una reunión de ministros europeos, celebrada hoy en Madrid, al proponer una reforma radical de la inmigración en Europa, mientras que el canciller español instó a la "solidaridad" y "coherencia" sobre la cuestión.

En la apertura de las conversaciones, Miguel Angel Moratinos consideró que la UE debía adoptar "una posición más solidaria y coherente" frente al desembarco creciente de clandestinos en el sur de Europa.

Pero Sarkozy, probable candidato de la derecha en las elecciones francesas del 2007, cambió el programa consensuado de esta reunión al proponer ayer un "pacto europeo" que prohíba "toda medida de regularización masiva".

Sarkozy acusó a principios de septiembre al gobierno de Rodríguez Zapatero de ser en parte responsable de la marea de clandestinos sobre las costas del archipiélago de las Canarias tras haber provocado, según él, un efecto llamada regularizando en el 2005 a unos 600.000 extranjeros sin papeles.

Este análisis, vivamente rechazado por las autoridades de Madrid, es compartido por algunos países europeos, como Alemania; pero también por los conservadores españoles del Partido Popular (PP), que ayer presentaron una moción al parlamento para exigir a Rodríguez Zapatero que anuncie formalmente que España no hará más ninguna regularización masiva.

Partidario de una inmigración legal controlada, Rodríguez Zapatero respondió el miércoles a Sarkozy que no tenía que recibir lecciones de nadie sobre la política de inmigración y de integración francesa tras los amotinamientos vividos en los suburbios franceses de inmensa mayoría de población inmigrante, registrados en el otoño (boreal) del 2005.

Fuentes diplomáticas españolas citadas hoy por el diario El País dijeron que la propuesta de Sarkozy sería discutida en Madrid, si bien no figura en la agenda oficial de la reunión.

En Madrid, diez ministros o secretarios de Estado de ocho países de la ribera meridional de la UE -España, Francia, Italia, Portugal, Grecia, Malta, Chipre, Eslovenia- deben adoptar un documento que será presentado en la próxima cumbre europea informal del 20 de octubre en Lahti (Finlandia).

Madrid quiere fortalecer los argumentos del bloque meridional de la UE para que sean incluidos a los controles de las fronteras marítimas del sur europeo parte sustancial de los 1.800 millones de euros destinados para 2007-2013 al nuevo Fondo europeo para el control de las fronteras exteriores.

Los jefes de Estado de los ocho países representados en Madrid dirigieron el lunes una carta a la presidencia de turno finlandesa de la UE y pidieron una "fuerte movilización" comunitaria para hacer frente a los flujos clandestinos en el "Mediterráneo y el sur de Europa".

La reunión de Madrid deberá proponer un refuerzo sustancial de los medios de la Agencia para la coordinación de las fronteras exteriores de la UE (Frontex), cuando el dispositivo de patrullaje de las costas africanas destinado a impedir la salida de clandestinos hacia Canarias está dando resultados muy poco satisfactorios.

Entre sus propuestas para poner en marcha "una frontera exterior europea fiable y eficaz", Sarkozy sugirió ampliar los poderes de Frontex, permitiéndole requisar "medios militares (incluidos navales) o policías nacionales (...) en el caso de flujos masivos".

La presidencia finlandesa de la UE estaba representada por la secretaria de Estado de Interior, Ritva Viljanen, y la UE por su diplomático en jefe, Javier Solana, así como por el comisario europeo de Justicia y Seguridad, Franco Frattini y la comisaria encargada de las relaciones exteriores, Benita Ferrero-Waldner.