La vuelta al mundo
El asesinato de Anna Politkovskaya

Rogelio Alaniz

La noticia llegó a la Argentina el sábado a la noche: la periodista rusa Anna Politkovseskaya había sido asesinado en la puerta de su departamento, probablemente a la salida del ascensor. El crimen pudo haber ocurrido más o menos a la una de la tarde. El asesino se comportó como un verdadero profesional: dos disparos, los dos mortales, y el segundo a la cabeza, para asegurar el trabajo. Las investigaciones hablan de un joven de estatura media, vestido con tono adolescente y adornado con una gorra de béisbol.

Politkoskaya era la periodista estrella del Novaya Gazeta, un diario que cuenta entre sus accionistas a Mikail Gorbachov, quien condenó con palabras muy duras el crimen. A Anna se la presenta como rusa, pero en realidad había nacido en Nueva York en 1958, hija de padres rusos exiliados del régimen comunista. Rusa asimilada luego de las reformas democráticas que pusieron fin al régimen totalitario, su carrera de periodista la desarrolló en la tierra de sus padres, allí se inició y allí concluyó, allí escribió sus primeros artículos y su última nota, la que debía entregar el sábado a la tarde, tarea que no pudo cumplir por el "inconveniente" ocurrido después del mediodía y que la transformó en noticia internacional.>

Anna fue asesinada seguramente por los mismos que en otros tiempos perseguían a sus padres y que ahora gobiernan en Rusia, esta vez no en nombre del comunismo sino en nombre de la propiedad privada y mafiosa. Sus trabajos eran críticas demoledoras a la política militar rusa en Chechenia. Están los que dicen que los criminales pueden haber sido los musulmanes, especulando con la posibilidad de responsabilizar a los rusos por el crimen. Todo es posible en ese clima cargado de violencia y muerte, pero a la hora de las especulaciones, lo más probable es que los disparos hayan salido de las pistolas de quienes sufrían las críticas y las denuncias de la periodista.>

Todos los periodistas que conocieron a Politkovskaya destacan su talento y su coraje moral e intelectual. También aseguran que los asesinos deben haber sido los mismos que se sentían muy molestos por sus investigaciones y denuncias acerca de la violación a los derechos humanos por parte de las tropas rusas en Chechenia.>

Anna no ignoraba los riesgos que corría; en el 2004 pudo morir intoxicada en el la escuela de Beslan, en Osetia del norte; en el 2000 debió refugiarse una temporada en Viena porque estaba amenazada de muerte. Periódicamente recibía llamados por teléfono y cartas amenazantes. Nunca les llevó el apunte a los anónimos porque en este oficio parece que hay que ser un tanto irresponsable o suponer con deliberada inconsciencia que aquello que le pasa a los otros a mí no me va a pasar.>

Pues bien, a Anna le pasó, lo que le anunciaban los enemigos y le advertían los amigos ocurrió. El asesino actuó con absoluta sangre fría y desde ese momento nada se sabe de él. El único en Rusia que hasta el momento no ha dicho una palabra es el señor Putin, ex comunista formado en los sórdidos y siniestros recovecos de la KGB.>

El crimen de Politkovskaya fue noticia, mala noticia, en el mundo. Este miércoles casualmente se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Los informes que hay sobre periodistas muertos y amenazados son estremecedores. En América latina, Cuba es considerada una cárcel de periodistas y el nivel de peligro para la libertad de prensa está a la altura de Etiopía, Irán y Rusia. Para los que consideraban que Rusia y Cuba ya no tenían nada que ver, los hechos demuestran que por otros caminos la relación se mantiene: unos y otros se han especializado en liquidar o poner en peligro la libertad de prensa. Desde el 2001 a la fecha alrededor de trescientos periodistas fueron asesinados en Rusia: ese número más o menos coincide con los periodistas encarcelados y deportados en Cuba.>

Anna no sólo publicaba en el diario Novaya Gazeta; también escribía libros cuyos títulos siguen produciendo incomodidad: "Rusia según Putin" y `Viaje al infierno. Diario de Chechenia" Por su labor profesional, el año pasado le habían entregado en España el premio Vázquez Montalban. También había sido reconocida por la Asociación Europea de Periodismo y Democracia. Y en el 2000 la Unión de Periodistas Rusos la habían premiado por sus trabajos.>

Anna se instalaba largas temporadas en Chechenia: sus investigaciones eran amplias y minuciosas. También arriesgadas, porque no debe ser fácil entrevistar guerrilleros cargados con explosivos y militares decididos a matar. Las campañas de exterminio del ejército ruso sobre los chechenos disidentes fueron en los últimos meses el blanco de sus críticas.>

La guerra de Rusia contra Chechenia no tiene posibilidades de concluir, por lo menos en un futuro inmediato. Los musulmanes chechenos resisten con uñas y dientes a lo que consideran un ejército de ocupación. Queda claro que no sólo el honor nacional o religioso aquí está en disputa. El petróleo sigue siendo el gran objetivo, pero importaría reflexionar sobre las sinuosidades de la política exterior, porque Rusia es en las Naciones Unidas el país que más defiende a Irán, que más aboga por sus derechos a disponer de energía nuclear, mientras que en su patio trasero sus tropas exterminan musulmanes con fría y meticulosa precisión.>

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