El diagnóstico es muy simple, y los síntomas son perfectamente visibles: el cine realizado en los últimos tiempos en la Argentina -o por argentinos- presenta un buen pasar, con producciones de calidad en cartelera, propuestas premiadas en todo el mundo, y la presentación de algunas películas que buscan y consiguen modificar la realidad.
El reciente estreno de "Los suicidas", de Juan Villegas, con los roles protagónicos a cargo de Daniel Hendler y Leonora Balcarce -filme que tuvo una presentación en Santa Fe meses atrás en el marco del Santa Fe Muestra- pone de manifiesto el valor y la creatividad de la joven camada de realizadores argentinos.>
Mientras tanto, el premio del Jurado del Festival de Cannes para Carlos Sorín por su filme "El camino de San Diego", y los efusivos elogios obtenidos por "Crónica de una fuga" de Adrián Caetano en el mismo evento internacional, son argumento irrefutable del reconocimiento internacional que tiene el cine producido en estas latitudes. Y en relación a este tema, cabe recordar la llegada de Alejandro Agresti -creador de "Buenos Aires viceversa" o "El viento se llevó lo que"- a Hollywood, oportunidad que pocos cuentan entre sus antecedentes.>
Otro fenómeno, poco frecuente pero definitivamente notable, es la capacidad de algunas de las nuevas propuestas del cine nacional para presentar denuncias y movilizar cambios en la sociedad. Es el caso de "Fuerza Aérea SA" del otrora piloto y actual cineasta Enrique Piñeyro, que sigue la línea de "Whisky, Romeo, Zulú".>
Hasta aquí, varias características que configuran el buen pasar del cine argentino de hoy día, que incluyen talento, ganas y compromiso de parte de los realizadores. Todos ingredientes necesarios para dedicarse a esta disciplina en países como el nuestro.>
