Señores directores: Trato de entender algunos hechos que suceden en nuestra ciudad pero me cuesta bastante, quizás nunca los entienda, de todos modos prevalece siempre la intención. Como ciudadano, sé que vivo y convivo dentro de una sociedad muy compleja, producto de infinitos factores culturales e históricos, que son también difíciles de entender aunque trato, a la vez.
Días atrás recibí la noticia, como muchos otros ciudadanos, que un grupo de 15 médicos de jerarquía profesional y agudeza científica presentaban sus respectivas renuncias a las autoridades del actual Hospital de Niños debido a falta de materiales indispensables para el trabajo y otros enseres. Admiro el compromiso, la coherencia, la entereza como personas, la estatura moral -digna de todo elogio- de estos profesionales de la salud, atributos propios de personas con una mentalidad y formación del primer mundo. Como ciudadano apoyo a estos médicos pediatras. Deseo verdaderamente otra realidad, en primer lugar para mi hijo y por ende para los otros niños, para mis familiares y para mí.>
Sé que con este pensamiento no voy a cambiar la realidad de mi país. De todos modos quiero mostrar mi total desacuerdo con la pésima y patética realidad que vivo en mi ciudad y en mi país, en todos los ámbitos y áreas.>
Como ciudadano de corazón, elijo el bien común, la responsabilidad moral, el compromiso profesional, la honradez y la trascendencia de los valores del trabajo y del estudio. Me pregunto: ¿qué clase de país pretendemos? A nosotros, ciudadanos, ¿nos interesan la salud, la educación, la seguridad, la cultura, el respeto? ¿Queremos vivir los santafesinos en una ciudad de crecimiento o de decrepitud permanente hasta, podemos decirlo, irreversible? ¿Qué queremos para nuestros hijos? ¿Deseamos los santafesinos salir de esta horrible, pedante y perturbadora mediocridad que nos aplasta? Rubén Belenguer. DNI: 25.126.965.>
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