Incidentes en la quinta de San Vicente
La "nueva política"

Darío D'Atri (CMI)

Aunque la batalla campal que protagonizaron columnas sindicales de Uocra y camioneros de Moyano pueda adjudicarse a históricas cuitas entre ambos gremios, nada impedirá leer el escándalo de ayer en San Vicente como el hecho político más gravoso para la administración de Néstor Kirchner desde que asumió la presidencia. El papel clave de Hugo Moyano, el líder de la CGT, en la organización del acto, y la relación más que estrecha entre el presidente y el jefe de los camioneros obligan a trasladar al primer mandatario el alto costo político de lo ocurrido.

Kirchner se subió al tren del traslado del cuerpo de Juan Domingo Perón a la antigua quinta del fundador del justicialismo cuando la idea de Eduardo Duhalde ya estaba casi finalizada, y pagó caro la decisión de dejar en manos de la CGT y los gordos sindicales la organización final del mayor evento de liturgia peronista de los últimos 30 años. >

El presidente de la Nación, que ha dicho y repite que llegó al poder para cambiar la forma de hacer política -aunque en cada oportunidad de toma de decisiones entre lo viejo y lo nuevo ha elegido el cómodo camino del pragmatismo-, cayó esta vez en la trampa de lo más ponzoñoso de esa vieja lógica sindical del garrote, los tiros y la sangre como monedas de cambio de cualquier negociación. Ayer, "se discutió" qué tan lejos o cerca del ataúd de Juan Perón estarían los duros del aparato sindical, pero el costo de esa transacción lo pagará el gobierno a través del espanto de la gente, que revivió por tres horas las escenas de Ezeiza del '73, en el segundo regreso de Perón a la Argentina.>

.>

Sobre la mesa

Naturalmente, Kirchner y el grueso de los funcionarios decidieron no ponerle el rostro al papelón de violencia que se desarrollaba en el nuevo lugar de descanso de Juan Perón, pero ya era tarde. Los canales de TV transmitieron durante horas en vivo los golpes, las cabezas rotas, y una imagen destinada a perdurar como aquélla del '73, cuando levantaron de los pelos hasta el palco a un militante peronista: los tiros de un matón sindical, presuntamente chofer y guardaespaldas de Pablo Moyano, que por milagro no acabaron con la vida de nadie.

Si no faltaran doce meses para las presidenciales, el análisis del costo a pagar por el gobierno se estaría midiendo en votos de la clase media urbana huyendo a un refugio sin rastros de violencia. Ahora, en cambio, el enfrentamiento de facciones sindicales obliga a poner sobre la mesa la decisión presidencial de transformar a Hugo Moyano en el nuevo representante de lo más retrógrado de la ortodoxia sindical justicialista, pasando por encima las promesas de democratización sindical que el propio Kirchner formuló ante dirigentes como Víctor De Gennaro, de la CTA.>

Si el gobierno no logra en los próximos días generar hechos contundentes en la búsqueda de una clarificación de la barbarie de ayer, Néstor Kirchner corre el riesgo de repetir la historia de desgaste de Eduardo Duhalde tras los crímenes de Santillán y Kosteki.>

Repercusión en el exterior

Periódicos de la Unión Europea y América reflejaron hoy con mucha preocupación en sus páginas y sitios web los violentos sucesos que ayer empañaron el traslado de los restos del ex presidente Juan Perón, y hasta los compararon con los trágicos incidentes de diciembre de 2001.

El matutino El País de Uruguay publicó en la parte superior de su portada una foto del hombre que efectuó varios disparos, con el epígrafe "lealtad violenta", junto a otra ilustración que mostraba a un grupo de seguidores del desaparecido líder con banderas argentinas.

En Italia, el Corriere della sera tituló: "Argentina dividida a la mitad frente a Perón", y aseveró que "el funeral del ex presidente argentino Juan Domingo Perón, que ha sido inhumado por tercera vez desde su muerte ocurrida en 1974 a la edad de 78 años, nuevamente ha dividido al país".

El País de España, en tanto, consideró que "el pasado volvió a repetirse cuando, a las puertas de la finca, diversos sectores del justicialismo que aguardaban la llegada del ataúd se enzarzaron a tiros, pedradas y botellazos, trayendo a la memoria lo ocurrido cuando Perón regresó al país en 1973 y en el mismo aeropuerto de Ezeiza murieron a balazos 13 personas y otras 380 resultaron heridas"."El presidente, Néstor Kirchner, que tenía previsto asistir a las exequias, decidió cancelar su presencia ante las imágenes que mostraban a simpatizantes peronistas abriendo fuego contra sus propios compañeros", indicó el matutino madrileño. También desde la capital española, El Mundo informó sobre la "batalla campal en el traslado de los restos mortales de Juan Domingo Perón". "Los fantasmas del pasado sobrevolaron ayer el traslado de los restos del tres veces presidente argentino, Juan Domingo Perón, a una finca que le perteneció. Facciones del partido Justicialista, que fundó en 1946, se enfrentaron dos veces con armas de fuego, palos y piedras. Al menos 40 personas resultaron heridas", se añadió. El diario francés Le Monde destacó los incidentes en su portal de Internet: "Desbordes durante el traslado de los restos de Perón", por "enfrentamientos entre sindicalistas".En los Estados Unidos, el matutino latino de Miami "El Nuevo Herald" informó que "violentos choques con disparos y pedradas entre grupos antagónicos del gubernamental peronismo dejaron ayer heridos e impedían la ceremonia de traslado de los restos del tres veces presidente argentino Juan Perón hasta un panteón familiar a 50 kilómetros al sur de Buenos Aires".