La libertad de elegir fumar
Por Carlos Candioti

¿Elige desde su libertad una persona que decide iniciarse en la conducta de fumar?

Ejercer el libre albedrío implica elegir entre diversas opciones. El sujeto es quien utiliza su capacidad de elegir; y lo hace desde su libertad y su responsabilidad (muy importante esto último, cuando de ejercer la capacidad de elegir se trata). Las opciones son los objetos sobre los cuales el sujeto aplicará su capacidad de elegir.>

Supongamos que un sujeto elige ir a un determinado lugar y llega a una bifurcación en su camino. Allí se encuentra con una flecha que apunta hacia una de las dos direcciones y un cartel en donde dice "Peligro. Precipicio". Otra flecha apunta hacia la otra dirección y en su cartel se puede leer el nombre de la ciudad a la que se dirigía. Supongamos también que alguien haya cambiado intencionadamente el sentido de ambas indicaciones y que nuestro sujeto termina cayéndose en el abismo y muriendo.>

¿Podemos decir que eligió suicidarse sólo porque él fue el que tomó la decisión de girar su volante en uno de los dos sentidos?>

Los adolescentes -porque ésa es la edad, estadísticamente hablando, en la que se comienza a fumar- también toman, desde su incipiente ejercicio de la plena libertad, la decisión de fumar sobre opciones maquiavélicamente disfrazadas. Convertir al cigarrillo en un símbolo de libertad -cuando en realidad lo es de dependencia- no es sólo un engaño, es un crimen de lesa humanidad, ya que anualmente termina con la vida de seis millones de personas. La libertad es el principal disfraz que la industria del tabaco le pone al cigarrillo para recuperar esos seis millones de consumidores que pierden por año. Y que los pierden precisamente por consumir el producto que ellos mismos venden. Además siguen fabricando innumerables disfraces -calma los nervios, integra socialmente, es parte de la cultura, de la bohemia, del tango, de la literatura, del amor, es bueno para la constipación, etc., etc.-, para que los adictos que supieron conseguir, puedan apaciguar las culpas que les genera el saberse dependientes y continúen enriqueciéndolos con su dinero.>

El espíritu de la ley

Una vez más, creo que no debemos dejar que el árbol nos tape el bosque. La Ley de Prevención del Tabaquismo de Santa Fe no es sólo ese artículo 9º que procura ambientes incontaminados y no la usurpación de libertades individuales. Recomiendo hacer una desapasionada lectura de la totalidad de la ley; seguramente se podrán descubrir ciertos aspectos de esa "letra" como buenos e inequívocos indicadores del "espíritu" de la misma; espíritu que va en un sentido muy diferente al de los argumentos del recurso de amparo.

Algunos de esos aspectos son que la ley de Santa Fe incluye dos definiciones plenas de significado: la del tabaquismo como enfermedad y la de contaminación ambiental con humo de tabaco. Ambas definiciones subyacen en ese lema que hemos construido como característica de nuestro programa: "Los fumadores son bienvenidos, el humo no".>

La primera definición se encuentra en el artículo 2º (8º objetivo específico): "Reconocer la adicción del tabaco como enfermedad para su diagnóstico, tratamiento y cobertura médica en todos los sistemas de salud, público y privado". La definición es muy clara (reconocer la adicción del tabaco como enfermedad; un trastorno mental incluido en el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales - Revisión IV) y su propósito también se expone con claridad (para su diagnóstico, tratamiento y cobertura médica en todos los sistemas de salud, público y privado). Éste es evidentemente un propósito inclusivo (que contiene, asiste, integra, ayuda a los fumadores) y no exclusivo (que discrimina, criminaliza, estigmatiza, culpabiliza a los fumadores). Por eso es que es una manera de darles la bienvenida a los fumadores, para que entren a un lugar del cual antes estaban excluidos. Pero no solamente se les da la bienvenida a "los sistemas de salud, público y privado"; también son bienvenidos en bares, restoranes, discotecas, casinos, hoteles, etc., etc., lugares de donde nunca fueron excluidos, ni lo han sido tampoco por la ley de Santa Fe.>

La segunda definición se encuentra en el artículo 4º inciso b) Defínase, a los efectos de la aplicación de esta ley: "Como contaminación tabáquica ambiental al agregado al aire de ambientes en donde existe interrelación humana, de elementos nocivos provenientes del humo de tabaco, en un espacio y tiempo determinados, efectuado por parte de personas con hábito de fumar tabaco en cualquiera de sus formas, y que provocan, de esta manera, una degradación de dicho aire ambiental, que es potencialmente generadora de consecuencias sanitarias negativas e indeseables". Por eso es que no se penaliza la acción de fumar (la enfermedad), sino a la contaminación con humo de tabaco ambiental (HTA). Esta es la razón por la cual son los dueños de esos lugares quienes tienen la responsabilidad de asegurar que sean saludables (entre muchas otras cosas, que no estén contaminados con HTA). Por eso es que no le damos la bienvenida al humo. Por eso es también que no se penaliza al fumador por encender un cigarrillo dentro de esos lugares (se sabe que, por su enfermedad, puede hacerlo automáticamente), se lo penaliza si se niega a apagarlo.>

Tanto nos preocupa y defendemos la libertad del fumador, que le ofrecemos estrategias contra su dependencia y su automatismo (dos síntomas que indican un notable deterioro en la capacidad de ejercer el libre albedrío). Sin embargo, quienes dicen defender las libertades individuales, lo que realmente están defendiendo es una deteriorada libertad (deteriorada por la misma adicción y por toda una gama de disfraces, mentiras y engaños) que sólo tiene una única opción de elección: la esclavitud (la dependencia, el automatismo).>

Los fumadores se están ahogando en su propia adicción. Les están "vendiendo" un salvavidas de plomo; nosotros les estamos ofreciendo uno de aire puro.>

¿Les quedará algo de libertad para elegir la salud en lugar de la enfermedad; la verdad en lugar del engaño; la paz en lugar de la ansiedad; y la vida en lugar de la muerte?>