Una de las atracciones de la gran ciudad nipona
Subastas de atunes en Tokio: un espectáculo para el turista
La subasta de atunes en la lonja de pescado de Tsukiji, la mayor del mundo, se ha impuesto como una de las grandes atracciones de Tokio, hasta tal punto que su ritual se ve perturbado diariamente por masas de turistas.

Javier Villagarcía (EFE)

El horario de la subasta, entre las 4.00 y las 6.00 hora local, impone respeto hasta para los más madrugadores, pero no el suficiente como para evitar que se llene de visitantes extranjeros, ávidos de captarlo todo con sus cámaras fotográficas o de video.

Situada en la desembocadura del río Sumida, en la bahía de Tokio, la lonja de Tsukiji es un espectáculo en sí misma.>

Por ella pasan al día unas 2.300 toneladas de pescado, de más de 400 variedades diferentes procedentes de todos los rincones del mundo, pero curiosamente no huele a pescado por la rapidez con que entran y salen las mercancías.>

Se calcula que las transacciones alcanzan una media de alrededor de 17 millones de dólares al día.>

En uno de los laterales de este inmenso laberinto de puestos de mayoristas de pescado, convertido en un hervidero de personas y de motocarros, se hallan los hangares donde se negocia el atún, una de las joyas de la gastronomía japonesa.>

Las piezas que aquí se subastan suelen rondar los 300 kilos y se han llegado a pagar por ellas nueve millones de yenes (77.590 millones de dólares).>

Un precio que se multiplica conforme pasa por las manos de los intermediarios.>

De un ejemplar grande de atún se obtienen unas 6.000 raciones de "sushi" o "sashimi", el plato emblemático de la gastronomía japonesa que es ofrecido crudo, cortado con precisión geométrica y aderezado con salsa de soja y rábano picante.>

Yukitaka Yamaguchi, empleado de la empresa mayorista Yamayuki, se disponía a vender hoy un corte de 19 kilos de un "maguro" (atún) pescado en Aomori, norte de Japón por 600.000 yenes (5.172 dólares).>

Pero explicó a EFE que esa misma pieza en las próximas semanas tendrá un valor muy superior puesto que los atunes pescados en aguas japonesas se cotizan muy alto por la fuerte demanda de restaurantes de lujo y "sushi bars" antes de las fiestas de Año Nuevo.>

Yamaguchi explica que el 90 por ciento de los atunes que llegan a Tsukiji son importados de países como España, México, EE.UU., Italia y Turquía.>

Cada día pasan por este mercado 2.500 atunes, de los cuales 500 son frescos.>

Comienza la acción

La subasta comienza con el sonido de una campana. El maestro de ceremonias se coloca delante de una fila de atunes y comienza a actuar como si estuviera poseído, articulando palabras y números sin descanso, mientras en frente un grupo de compradores hace señales con las manos.

Cuando se trata de atunes congelados, sobre el suelo se forma una espesa neblina que hace las delicias de los fotógrafos, algunos de los cuales se convierten en un auténtico estorbo, se meten entre los compradores y vendedores, tropiezan con los colosales pescados e interrumpen la salida de los carros con las piezas vendidas.>

Todo tiene que discurrir con rapidez, de ahí las miradas de odio que dirigen algunos operarios a los turistas y la velocidad endiablada que alcanzan algunos motocarros cargados de pescado, que pasan a escasos centímetros de los visitantes.>

En los atriles donde se suben los subastadores hay carteles en los que se pide que no se utilice el flash.>

Las autoridades del mercado llegaron el año pasado a acordonar durante un tiempo la zona porque algunos visitantes resultaron incluso heridos por los afilados garfios con los que los pescadores arrastran los atunes.>

Yoshihiro Terasaki, responsable de la gestión de Tsukiji, reconoce que existe un profundo malestar en el mercado al seguir llegándole quejas de los mayoristas del pescado.>

Sin embargo, explica que las puertas seguirán abiertas a los turistas porque el recinto pertenece al Ayuntamiento de Tokio y estas subastas son uno de los mayores reclamos turísticos del país.>

Si bien el espectáculo podría tener los años contados porque en 2012 está previsto que el mercado se mude a otra área de la ciudad, a unas instalaciones más modernas donde es seguro que perderá su actual encanto.>