Una realidad en la zona
Con el repunte, llegan las grandes rayas
Un ejemplar de notable tamaño, cobrado años atrás en aguas del sistema Leyes-Setúbal. Algo que podría repetirse en estos tiempos. Foto: Archivo El Litoral.. 

El domicilio "fijo" de las grandes rayas se ha poblado de ejemplares de muy buen porte.

El normal repunte de las aguas operado en los últimos días, ha generado el ingreso a nuestros ámbitos pesqueros de grandes ejemplares de raya, particularmente la denominada raya fina o raya amarilla que se ha afincado en ámbitos que las "ruedas de carreta eligen para veranear" cuando la temperatura se eleva y las aguas suben.

Esta razón da pie a quienes sostienen que este "feo del río" es una especie de punta de creciente, por coincidir su arribo con el incremento de caudal.>

Quienes viven de la actividad pesquera, preparan sus líneas rayeras ubicadas principalmente en bocas de lagunas de moderada corriente, de la cual penden brazoladas con enormes anzuelos encarnados con sábalos enteros o viejas del agua.>

Para tener en cuenta

Debemos señalar que la denominada línea rayera es un elemento de pesca rústico, fuerte y no apto para aventureros puestos en pescadores.

Para que se tenga una idea de la peligrosidad que conlleva su captura, digamos que se recorre en frágiles canoas a lo largo de una suerte de espinel fondeado con bolsas de arena, piedras y otros lastres que evitan el desplazamiento del arte de pesca por efectos de la corriente.>

En razón de que queda debajo de las aguas, para su identificación se le atan en ambos extremos y también en partes medias, grandes bidones vacíos que hacen de boyas y permiten saber dónde se encuentra al momento de recorrerla.>

En no pocas ocasiones los grandes ejemplares que, a veces, se enganchan en forma simultánea, arrastran la línea evidenciando la fuerza de que están dotados por el movimiento de "sus alas" que; dicho sea de paso, es la parte comestible del temido pez de agua dulce.>

Testimonio

Un captor de rayas, el ya fallecido Miguel Godoy, nos decía oportunamente que el día en que cobró una de 205 kg y, curiosamente de 2,05 metros de diámetro, otro ejemplar lo arrojó a las aguas al querer afirmarse en la brazolada para izarlo a bordo de la embarcación.

Por ello, tuvo que desplazar su cuerpo de costado para esquivar la temible chuza de este verdadero "monstruo" de agua dulce.>

Por estos días, algunos deportistas se han animado, caña en mano pero con resultados negativos en cuanto a capturas. Ni la tanza del reel, ni la destreza del pescador, ni la paciencia, pudieron con los grandes ejemplares que se afirmaron en el lecho para defender su vida, generando los clásicos cortes del nylon y la desazón de los cañófilos.>

Juan Carlos Mottier