Por las reiteradas agresiones a inspectores de tránsito
"Necesitamos apoyo de la policía y la Justicia para hacer controles"
Para el subsecretario de Control de la Municipalidad, Norberto Berlanga, los santafesinos reaccionan cada vez con más violencia ante los controles. Los inspectores están atemorizados porque la agresión que padecen ya no es sólo verbal, sino también física.

Lía Masjoan

Que en la calle rige la ley de la selva (y del sálvese quién pueda) no es novedad. Pero las agresiones que sufren los inspectores de tránsito cada vez con más frecuencia, aun acompañados por efectivos policiales, dan cuenta de que muchos santafesinos han perdido el respeto por la autoridad.

Quienes más se resisten a ser controlados, y por consiguiente insultan y hasta pegan a los inspectores "son los jóvenes de entre 20 y 30 años y, especialmente, los cadetes", aseguró Sergio Barriera, un empleado municipal que desde hace 12 años realiza operativos en la calle.>

Que los insulten ya es habitual, incluso se han acostumbrados a recibir amenazas del tipo "...ya te voy a encontrar" y a tener que dejar de disfrutar de una tarde libre junto a la familia en la Costanera por los improperios que les grita la gente . Pero en el último año se sumó otro condimento que, como mínimo, "nos causa un poco de miedo porque nunca sabemos cómo va a reaccionar la persona", confesó Barriera: las agresiones físicas.>

El primer día de diciembre, cuatro inspectores -él incluido- recibieron serias lesiones por parte de un grupo de jóvenes mientras realizaban un operativo en avenida Freyre. Mientras uno terminó con el hombro dislocado, a otro le bajaron tres dientes y le partieron el labio, y a los otros les provocaron heridas cortantes tras golpearlos con sillas. Éste fue uno de los hechos más graves, que suma al que ocurrió a mitad de año cuando un conductor prendió fuego a su moto para evitar que sea retenida, provocando algunas quemaduras a un agente.>

Para el subsecretario de Control de la Municipalidad, Norberto Berlanga, el problema radica en que "existe cierta ambivalencia en la gente que, por un lado, demanda controles continuamente y, por otro, quiere que le toque al otro pero no a uno".>

Sanciones para quien golpee

El funcionario encuentra la causa en que en el último año se "han acentuado los operativos, incluso hay días que hay cuatro" frentes de control. Y aporta algunos datos que ilustran la situación actual: en junio de 2005, cuando asumió, el 80 % de las actas que hacía el municipio eran por mal estacionamiento. Ahora han disminuido a un 55 %. En el 2003 se labraban por mes 6 mil actas, en 2005 alrededor de 12 mil y en la actualidad rondan las 16.500. En promedio el municipio retiene por mes entre 600 y 800 vehículos, y los inspectores de tránsito (no SES) han aumentado la cantidad de actas labradas un 150 %, acentuando las infracciones por auto-riesgo, como circular sin el cinturón de seguridad o sin casco. Además se realizan con periodicidad controles de alcoholemia.

"Si bien la agresión siempre existió, la gente no está acostumbrada a ver tantos operativos en la calle", argumenta Berlanga. "Nosotros estamos más expuestos y la gente se enoja mucho", opinó el agente de tránsito.>

A pesar de que en todo operativo actúan como mínimo seis empleados municipales y dos policías, cada tanto trascienden hechos de violencia. "Necesitamos de un fuerte apoyo de la policía y de la Justicia para poder llevar adelante los controles, ya que si bien por sí solos no van a hacer cambiar la conducta en el tránsito son un aporte importante y por eso son imprescindibles y van a continuar", esgrimió el subsecretario.>

Por último, remarcó que se trabaja fuertemente para que la sociedad sepa que "quien golpee a los inspectores va a ser sancionado".>