El poeta César E. Bisso, corondino radicado en Buenos Aires, acaba de presentar en Rosario el libro titulado "De lluvias y regresos". Acerca de él, la profesora, escritora y actual presidenta de Sade Coronda, Belkys L. de Tejeda, expresó que "el nuevo libro de Bisso condensa, con su particular estilo conciso, definitorio y de peso conceptual, los detonantes temáticos Amor-Muerte y las ondas expansivas alrededor de ese núcleo".
"Poeta intimista, se proyecta en el recuerdo doloroso de la historia reciente del país y en el de sus propias sombras, duras circunstancias que signaron su historia personal", agrega.>
En la primera parte "Las Lluvias", el "país de la infancia" es el territorio fértil y poderoso al que regresa una y otra vez, con evocaciones engendradas por las pérdidas y por la aguda conciencia de lo efímero de la existencia.>
"El pasado parece cautivarlo desde las garras de la memoria, alimentando el fuego poético inagotable". Entre lluvias sembradoras y ausencias que entristecen, asoma "Rituales" ("es placer matinal de mi hija", aclara), "el juego de los opuestos: la ingenuidad, la inocencia frente a la perversión del mundo cotidiano, la calidez y serenidad del hogar, en antítesis con el orbe convulsionado de afuera. Se construye la esperanza, a partir de la presencia vivificadora de su hija".>
Aun con el tono elegíaco y nostálgico de las ausencias irremediables, la lluvia es vida, es mansedumbre, es transparente redención y así, el poeta ve "tenderse, rendida, la muerte".>
En la segunda parte, "Los regresos", vuelca su preocupación por la infamia que nos sacudió en los años oscuros del proceso. Brota el tema de la ciudad, con sus miserias diarias, sus mezquindades, sus abismos humanos.>
El gran Dolor plantea, en angustiadas imágenes, preguntas sin respuestas que son "escenas del despojo, ¿por qué nos pasó esto?">
En el cierre, el poema "Contra viento y marea" reafirma su idea de que la creación poética sobrevivirá a todo.>
Obra como conclusión, como corolario de lo anterior: aunque el poeta pueda desesperarse, y arder en el infierno de los días, será "el resplandor" de la Poesía, su tabla salvadora.>
