El viernes por la tarde, a los 90 años, falleció en Buenos Aires Boris Furman, creador de la fundación Sara María Furman, que en esta ciudad otorgó, durante la década del 80 y parte del 90, más de 1.000 kilos de pan a los vecinos de los barrios más carecientes de los barrios Santa Rosa de Lima, Villa del Parque y otros.

El consejo directivo de la Fundación Sara María Furman, la gerencia y el personal del complejo turístico Teleférico Cerro Otto manifiestan el profundo pesar por la desaparición física de "un amigo, un hombre de bien que supo ser un ejemplo de solidaridad y que ha dejado como legado grandes obras y un testimonio de vida".>

Boris Furman nació en la ciudad de Santa Fe el 21 de junio de 1916. Hijo de inmigrantes de ascendencia judía, conoció la extrema pobreza en su propio hogar, condición que, en vez de abatirlo, lo impulsó a encontrar formas de ayudar al prójimo, especialmente a los más humildes y necesitados. Tan pronto como su situación económica se lo permitió, emprendió con constante empuje sus obras solidarias:>

. La instalación del Teleférico Cerro Otto y la Confitería Giratoria en San Carlos de Bariloche, complejo turístico que importó de Austria y luego donó a la Fundación Sara María Furman, con la condición expresa de que la totalidad de las ganancias que produjera el complejo fueran donadas 50 % al Hosp. Zonal de Bariloche y el otro 50 % al Hosp. Israelita Ezrah de la ciudad de Buenos Aires.>

. La instalación en su ciudad natal de una panificadora que elaboraba y distribuía diariamente 1.200 kilos de pan, sin cargo alguno, a familias carecientes. Fue inaugurada en 1988 y debió cerrar sus puertas tras la crisis social, económica y política que vivió la Argentina en el año 2002. A partir de entonces, don Boris Furman nunca dejó de soñar con su reapertura. >

. A efectos de transmitir cultura artística universal viajó a Italia. Recorrió museos, atelieres y galerías de arte, hasta que dio con lo que buscaba: los calcos de las tres esculturas más importantes realizadas en mármol de Carrara por el gran escultor italiano Miguel Angel Buonarroti, allá por el año 1500: el Moisés, La Piedad y el David. Después de sortear decenas de problemas, las mismas están en Bariloche, en la cima del Cerro Otto, a 1.405 metros de altura snm. Las tres fueron realizadas de calcos de las esculturas originales, con 80 % de polvo de mármol y 20 % de resina, tarea realizada en la Galería de Arte de Pietro Bazzanti e Figlio, de Florencia, Italia.>