ARTES VISUALES
En exposición
Por Domingo Sahda

Recientemente fueron abiertas a consideración pública sendas muestras en el Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas de la ciudad de Santa Fe, cuyos autores son Pedro Sinópoli y Raúl Cottone.

El primero de los citados, artista plástico de larga y reconocida trayectoria en el espacio de las Artes, funda su colección en trabajos generados a partir de una matriz, a saber, un grabado cuya estilística responde a los cánones del realismo decimonónico, construido por la articulación de luces y sombras tramadas y cuyo autor fue el grabador Américo Panozzi.>

Esta pieza es tomada por Sinópoli, quien desde esta referencia crea una constelación de serigrafías que, emparentadas con la original, se ramifican hacia distintas preposiciones y resoluciones, con una singularidad que obliga al recorrido moroso de las mismas una y otra vez. Indirectamente, el expositor pone en entredicho la falacia, tantas veces mera excusa, que la libertad del creador se restringe cuando se marcan acciones o imágenes predeterminadas. Da palmaria muestra de que este desafío se supera con holgura cuando hay un "qué y cómo decir". El horizonte plástico es ilimitado cuando se tienen las armas para remontarlo.>

Esta singular "vuelta de tuerca": "Pedro Sinópoli desde Américo Panozzi" -como lo destaca el prólogo del catálogo de exposición- nace de la voluntad de exploración no encorsetada en recitados obstrusos y se permite señalar las posibilidades de re-creación multiplicadas al infinito.>

"Digitalizaciones con mediatramas y ploteados. Hibridación de recursos y técnicas. Ortodoxias pictóricas y sujeciones fotográficas. Formulaciones serigráficas en las que Panozzi vuelve a resurgir, gracias al vuelo técnico de las impresiones en nuevos caminos contemporáneos de la gráfica". (J.M. Taverna Irigoyen - Prólogo del Catálogo).>

Es el ojo y es la mano, es la perspicacia y el tesón, es la percepción y la acción, en suma, el potencial expresivo-creativo del autor que se desafía a sí mismo y se prueba -y nos prueba- que detrás de cada imagen impresa se esconden, como en el juego de las cajas chinas, una y otra posibilidad listas para salir a la luz cuando el autor-provocador las concrete y exhiba ante nuestros ojos. Cada una de las piezas en exposición carga su singularidad manifiesta en su arquitectura formal y cromática sin repetirse a sí misma. Colores planos de resplandeciente luminosidad, tramas visuales de parsimoniosa elaboración que se desprenden limpiamente; sin sobaduras ni manoseos expresivos definen esta colección a la vista. En observadores legos produce el impacto frente a lo insólito creado. En conocedores del oficio de grabar, la certeza de legítimas calidades. La mirada se sostiene frente a las pinturas, piezas únicas cada una que repiten el proceso de resemantización, exploración y diversificación de autor, quien prolonga hacia otros procesos la misma voluntad de desentrañamiento. En todas las obras flota la carga de silenciosa luz del grabado original.>

Silencio que se manifiesta como quietud, como ausencia del tráfago humano. Los ritmos del pincel, envolventes, remarcan los giros introspectivos señalados por tintas y trayectorias que vuelven sobre sí. Cada obra en exhibición, a despecho, es hija de otra hija de una sola obra. Sinópoli se permite libertades sin traicionarse a sí mismo ni invalidar el disparador original, que es la obra de Américo Panozzi, entronizada en el "caballete" como apertura, cita y homenaje del expositor a su mentor.>

Plasticidad neta, serena, sin violencias visuales ni argumentos de justificación forzada. El juego de crear en un "jardín donde los senderos se bifurcan". Sinópoli de-construye y re-construye un discurso visual con herramientas de inobjetable calidad, y a su manera, de una lección. A puro talento y trabajo.>

Raúl Cottone, fotógrafo, titula a su colección expuesta: "Cuerpos sin almas", y en un impecable montaje y calidad de realización visual elabora un comentario reflexivo que gira en torno a la banalidad de la "sociedad del espectáculo" en el que las cosas, las personas son, en tanto están "en escena" o "en pantalla" pues fuera de ellas no existen. Los maniquíes, bellos en su congelada, ausente presencia, exhiben aquello que se mercadea y se exhiben a sí mismas, como íconos de una sociedad que intercambia roles y funciones sin carnadura en principios de valor constante. Subrayan la ambigüedad de sentido y su calidad de descarte constante. Estos maniquíes sucedáneos y reemplazantes que en cajas de cristal miran al infinito sin ver nada devienen en prototipos que desenmascaran la ficcionalización de la vida. El des-vínculo. En las fotografías, de tamaño mayor, la luz que señala y recorta, impiadosa, es la protagonista que indica, señala y retacea perfiles. El autor explora con su cámara y la convierte en estilete. El expositor demanda una opinión que trascienda el plano, que atraviesa "los cuerpos" en busca "del alma" de la sociedad, de nosotros en suma. La belleza hiriente, esplendorosa, llama a la mirada y produce ansiedad en quien mira estos trabajos. Por cotejo, nos sentimos interpelados.Reflejo, comentario y búsqueda del expositor que explora, enfoca y dispara atrapando estos "cuerpos sin alma", y con ellos busca hacer de cada plano un espejo que nos retrate.Con personal estilo expresivo, Cottone hace de su hacer un camino de análisis visual del entorno, propone personajes, novela situaciones al final incierto. Un aura de decadentismo visual como estilo expresivo merodea en estas tensas imágenes que imitan la vida. Es vida que aúlla desde dos pantallas de menoscabado gris en lucha, en demanda de atención. Contrasta el expositor dos situaciones: la vida vivida y la vida congelada, y recorta espacios de reflexión haciendo de la fotografía un testimonio visual constante, remitiendo la praxis de la fotografía a su original escritura con la luz. Documenta y a la vez provoca con soluciones de real plasticidad visual.

Santiago Iriel - Pinturas

El plástico Santiago Iriel expone sus trabajos en dos lugares a un mismo tiempo, a saber: en el Centro Cultural Provincial, de calle Junín 2457, y en la sucursal Bica Coop. de calle Tucumán 2683. En ambos casos, se trata de instituciones locales que albergan trabajos enlazados por una misma voluntad de búsqueda temática. Iriel toma un "tema objeto" y lo reformula imaginando y proponiendo soluciones alternativas configuradas a un tiempo sobre idéntica superficie. La búsqueda de la resolución ilusoria del volumen por un lado y del diseño lineal y abstracto de los contornos son dos caminos por los que el autor intenta construir su obra. Estos procesos en sí mismos configuran antitéticas soluciones plásticas que se articulan unitariamente cuando el autor logra sortear la disyuntiva propuesta, sumando las cuestiones tendientes hacia una sola resolución. El riesgo es cierto, ya que cualquiera de los caminos en sí mismos es legítimo plásticamente hablando. La conjunción crea tensiones que provocan la alternancia de la mirada. El autor no recurre a facilismos predigeridos. Se atreve con un discurso propio, y ello es buen síntoma. La capacidad para hacer, y crecer, ampliando horizontes es un tópico que deberá asumir el expositor en tanto lo decidan, obrando en consecuencia.