La Literatura en Latinoamérica

El escritor mexicano Carlos Fuentes sentenció que la Literatura contribuirá a lograr "una América Latina no postrada", en la que decir democracia equivalga a bienestar y en la que se superen "las vastas desigualdades que hoy destruyen nuestra convivencia y envenenan nuestras opciones.

"La Literatura es parte de ese vasto capital humano que hay en América, es la maravillosa reserva de un metal que al usarse jamás se gasta", dijo Fuentes en la primera jornada del ciclo "Lecciones y maestros", que se celebra en Santillana del Mar (Cantabria, norte de España).>

Este foro reúne a tres grandes de la Literatura iberoamericana: el propio autor de "La región más transparente", el español Juan Goytisolo y el portugués José Saramago.>

Fuentes dio hoy una lección magistral, en la que reivindicó la importancia de la Literatura en la Historia y se mostró partidario de proponer "enigmas en vez de dogmas o ideologías selladas por la absoluta certeza.>

"Dudemos para saber, sepamos para dudar", decía Carlos Fuentes en este encuentro de Literatura Iberoamericana organizado por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.>

Tras ser presentado por la escritora brasileña Nélida Piñón, que aseguró que la imaginación "es el pasaporte" de la literatura de Fuentes, el autor de "Terra nostra" habló de su propio proceso creador.>

Lo hizo en presencia de Saramago y Goytisolo, los otros dos protagonistas del ciclo, y de escritores de España y América como Sergio Ramírez, Gonzalo Celorio, Héctor Aguilar Camín, Clara Sánchez, Juan Gabriel Vásquez, Mercedes Monmany, Santiago Roncagliollo o Inma Monsó, y de la historiadora y académica Carmen Iglesia, entre otros muchos.>

"La Literatura mantiene vivos la imaginación y el lenguaje, y ésa es su servidumbre y también su gloria", señaló Fuentes, quien se considera "un escritor disciplinado", que cada noche antes de dormir prepara "los deberes del día siguiente".>

Hacia las siete y media de la mañana se sienta a escribir y hacia las doce interrumpe el trabajo, "sabiendo lo que ignoraba e ignorando lo que sabía".>

Sin embargo, lo que escribe poco tiene que ver con la lista de deberes del día anterior: "Cada día aparece algo distinto", aseguró.>

"En las horas del sueño aparecen los muertos que amamos a decirnos en secreto lo que no nos pudieron decir de viva voz", añadió el escritor, quien, en uno de los momentos más emotivos de su intervención, habló de sus familiares fallecidos y muy en especial de sus dos hijos, que entran en sus sueños también, "aunque de manera diferente".>

Su hija menor, Natacha, "murió a los 29 años de una vida impaciente, curiosa de saber, inquieta y rebelde contra las carencias de la gente y la injusticia del mundo".>

En cambio, su hijo Carlos, hemofílico de nacimiento, "intentó la armonía de su vida y su vocación de poeta, cineasta y pintor, acelerando la creatividad natural".>

Su hijo Carlos y su tío Carlos, poeta, que falleció a los 21 años de tifus, son "los protagonistas más familiares" de sus sueños, hasta el punto que, cuando se pone a escribir, ya no sabe si lo que escribe le pertenece a él o se lo dictan ellos, "sus tocayos de vidas truncas".>

El autor de "La muerte de Artemio Cruz" aludió al destinatario de la escritura y dijo que sospecha del escritor que, "de entrada, afirma que escribe para el pueblo", y detesta "al escritor que conoce la receta prefabricada del éxito.>

"Temido, odiado, amado, el escritor posee el deseo de ser a la vez un estorbo para el mundo que es y un creador del mundo que puede ser", subrayó Fuentes.>

El novelista afirmó que, si en las sociedades democráticas la imaginación o la palabra "pueden ser objeto de indiferencia o de perversión", en los regímenes totalitarios ambas "son objeto de persecución, devolviéndoles toda su importancia.>

"Cuando los libros son incendiados y los escritores, enviados a campos de concentración, es porque los dictadores quieren tener el monopolio de la palabra y desautorizan la palabra opuesta o divergente", afirmó.>

Ana Mendoza (EFE)