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"La vida breve"

La primera publicación de "La vida breve" en una editorial porteña, en 1950, pasó prácticamente inadvertida, alimentando la imagen de su autor, el uruguayo Juan Carlos Onetti, como escritor maldito. En la biografía que escribieron María Esther Gilio y Carlos M. Domínguez ("Construcción de la noche"), se cuentan las distintas versiones que Onetti daba del origen de esta novela. A veces, decía que nació de una imagen, como una fotografía: quien después sería el personaje Larsen, en un bar, junto a un viejo, a una prostituta y a un adolescente, mientras detrás de una cortina alguien espiaba. Otras veces, decía que nació de la idea de que otro personaje, Brausen, debía entregar un guión de cine, y se servía de esa creación para despegarse de una realidad opresiva.

Importa la localización de esta novela. La nostalgia por Montevideo se había hecho pesada desde que Onetti contaba con la prohibición de viajar. "Entonces, me busqué una ciudad imparcial, digamos, a la que bauticé Santa María y tiene mucho de parecido, geográfico y físico, con la ciudad de Paraná, en Entre Ríos", contaba Onetti. Había conocido nuestras orillas partiendo de un frío Buenos Aires. "Allí sentí una sensación de felicidad, no sólo por el calor, sino por los entrerrianos, que se parecen mucho a los uruguayos y no a los porteños", decía Onetti. Vivió diversos años en Buenos Aires, "pero mucho más que Buenos Aires está presente Montevideo, la melancolía de Montevideo. Por eso fabriqué a Santa María, por nostalgia a mi ciudad". Así, pues, surge esta ciudad mítica, tan celebrada como Macondo.>

Punto de Lectura propone ahora una edición de bolsillo de esta novela clave en la bibliografía de Onetti. Como en sus mejores producciones, sobre el escenario de esta Santa María de río oscuro y colonia de labradores suizos, se despliega una galería de personajes enfrentados a un mundo áspero y angustiante.>