El caso Rushdie, Occidente y el mundo islámico

Las manifestaciones de integristas musulmanes en diversos puntos del planeta contra la distinción que el gobierno británico le hiciera al escritor Salman Rushdie, demuestra que el odio al autor de "Los versos satánicos" se mantiene intacto y está lejos de afectar sólo a segmentos minoritarios o marginales del mundo musulmán.

La actitud del gobierno de Irán de protestar ante las autoridades diplomáticas británicas, confirma que poco y nada ha cambiado desde los tiempos en que el ayatollah Jomeini lanzó la fatwa contra Rushdie por considerar que el libro era blasfemo. Como se recordará, la supuesta blasfemia del libro se vinculaba con algunos pasajes de la vida de Mahoma.>

Desde entonces -hace más de quince años- el escritor debió vivir prácticamente en la clandestinidad, si bien desde 1995 el gobierno de Irán habría accedido a dejar de promover su ejecución. Esa decisión tranquilizó los ánimos, aunque las medidas de seguridad se mantuvieron porque diferentes facciones del terrorismo integrista reiteraron su voluntad de asesinarlo.>

En su momento, los países democráticos -y sus principales líderes políticos y culturales- manifestaron primero su estupor y luego su condena a una decisión que en Occidente recordaba los períodos más siniestros de las persecuciones religiosas. Lo que sorprendía a la opinión pública democrática era que a fines del siglo veinte se reiteraran desde el integrismo fanático conductas que la modernidad burguesa expulsó de su seno hace por lo menos un siglo.>

Principios tales como la libertad de conciencia, pensamiento y expresión, o el derecho a la vida, quedaban así avasallados, ya no por alguna secta marginal, sino por un Estado teocrático que manifestaba sin pudores que todo aquello que significase un agravio a la religión musulmana sería sancionado.>

Conviene recordar que, en su momento, importantes autoridades religiosas musulmanas compartieron la fatwa ordenada por Jomeini. Es más, con motivo de esta reciente distinción, grupos religiosos anunciaron una recompensa de 150.000 dólares para quien asesine a Salman Rushdie.>

El otorgamiento del título de "Sir" a Rushdie no se funda en las persecuciones sufridas o en su supuesta militancia contra el Islam, sino en su obra literaria. Incluso, el gobierno británico se permitió aclarar que la iniciativa oficial no pretendía avalar sus opiniones políticas o religiosas, sino su obra artística.>

En Occidente se considera que toda obra de arte posee su autonomía, su propia densidad estética y que ella funciona con independencia de las opiniones de los artistas. Esta verdad democrática parece no ser aceptada por los clérigos musulmanes.>

Como se puede apreciar, principios básicos de la modernidad son negados por las teocracias islámicas, como lo prueba la ejecución en Holanda de un director de cine por haber filmado una película en la que ponía en evidencia la esclavitud a la que eran sometidas las mujeres del Islam, o las movilizaciones de fanáticos por oponerse a una tira cómica, o los incendios de templos de iglesias católicas y el asesinato de monjas con motivo de algunas opiniones críticas del Papa en la universidad de Ratisbona.>