Tras la muerte de 11 diputados en manos de las Farc
Millones de colombianos rechazaron los secuestros
Millones de colombianos ataviados de blanco coparon ayer calles, avenidas, parques y otros espacios de las principales ciudades y pueblos para protestar en una histórica jornada contra la violencia y el secuestro.

La protesta fue convocada la semana pasada, tras la muerte de once de doce diputados del departamento del Valle, suroeste, en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

Miles de gargantas en todas las capitales y pueblos exigieron la inmediata liberación de los secuestrados en poder no sólo de las Farc, sino de todos los grupos rebeldes, de la delincuencia común y de la extrema derecha, que suman actualmente en Colombia más de 3.000 personas en cautiverio.>

Los ciudadanos se sumaron al clamor y a la convocatoria del gobernador del Valle, Angelino Garzón, formulada la semana pasada cuando las Farc señalaron en un comunicado que once de los doce diputados secuestrados en abril de 2002 habían muerto en una acción de "fuego cruzado" con "un grupo militar sin identificar".>

La manifestación ciudadana, una de las más multitudinarias en la historia reciente de Colombia, fue destacada anoche por el presidente Álvaro Uribe, quien consideró que "la fortaleza" y "la determinación" de los ciudadanos para "superar el secuestro y el terrorismo (...) expresa la dignidad de la Nación".>

Uribe encabezó en Bogotá la marcha y en un mensaje difundido unas horas después señaló que "la fortaleza de los colombianos es el camino de la seguridad y la paz; el motivo más fuerte de admiración internacional a nuestro país; el más claro condicionante a las instituciones del Estado".>

"Golpe político"

También, unas horas antes, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo en Neiva, que ese clamor nacional "es el golpe político a las Farc más contundente en su historia".

A la protesta se sumaron colombianos de toda condición: artistas plásticos, obreros, partidos políticos, deportistas, amas de casa, estudiantes, actores, cantantes, periodistas y miles de funcionarios de todas las ramas del poder público.>

Y al menos 11 millones de trabajadores protestaron en las mismas fábricas mientras otros millones de operarios y obreros "salieron a las calles para exigir la liberación de las personas que se encuentran en poder de las Farc" y otros grupos terroristas y de la delincuencia.>

Así lo reveló el presidente de la Asociación Colombiana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), Juan Alfredo Pinto.>

En las calles abarrotadas, miles de personas cantaron consignas como "Basta", "No más secuestros", "Intercambio humanitario", o "Libérenlos ya".>

Llevaban las fotografías de hijos, padres, hermanos u otros familiares a quienes no ven, en muchos casos, desde hace años.>

En Bogotá, igualmente, desfilaron en medio de muchedumbres, las madres de Íngrid Betancourt y de Clara Rojas, candidatas a la presidencia y a la vicepresidencia, respectivamente, del Partido Verde Oxígeno, en poder de las Farc desde febrero de 2002.>

La madre de Clara Rojas se declaró "conmovida" con la manifestación pública e insistió en la búsqueda del acuerdo humanitario para que sean liberadas su hija y su nieto Emmanuel, de tres años, y que nació en cautiverio.>

"Minutos de silencio"

Al mediodía local, Colombia se paralizó y mientras en algunos lugares fueron ofrecidos "minutos de silencio", en otros una gran silbatina y el retumbe de pitos, tambores y las bocinas de autos, se sumaron a la protesta "para que las Farc escuchen ese clamor en las selvas y montañas", declararon algunos manifestantes.

Simultáneamente, en una carretera del departamento del Valle, suroeste, avanzaba sudoroso, con la piel curtida por el sol, sus pies llenos de ampollas, con las manos atadas con una cadena, el profesor Gustavo Moncayo, que el pasado 18 de junio salió a pie de Pasto, capital de Nariño, extremo suroeste, para concluir en Bogotá.>

El profesor inició su travesía de un poco más de 800 kilómetros para pedir por el acuerdo humanitario, por el que su hijo, el cabo Pablo Emilio Moncayo, secuestrado en diciembre de 1997, pueda regresar a casa.>

Los colombianos marcharon por el cabo Moncayo como por Emmanuel, el niño que nació con su madre secuestrada. Por Ingrid Betancourt, pero también por las decenas de soldados, policías, y por los tres estadounidenses en manos de las Farc.>

Una sociedad dividida

Los colombianos se unieron en un masivo clamor por la libertad de los secuestrados, que no consiguió sin embargo disminuir la brecha entre quienes piden un acuerdo humanitario con la guerrilla de las Farc y el gobierno, que insiste en que sólo los rebeldes son culpables.

Millones de personas se lanzaron a las calles a lo largo y ancho de Colombia, muchos de ellos enfundados en camisetas que pedían "libertad sin condiciones ya", en una escena que se repitió también entre las comunidades colombianas residentes en ciudades de Europa y América.

"El resultado de estas marchas, al menos en principio, es que sale fortalecido el presidente (Alvaro) Uribe y quedan políticamente debilitadas las Farc, pero lamentablemente al mismo tiempo se alejan las posibilidades de un intercambio humanitario vía canje", señaló el politólogo Fernando Giraldo.

Los mensajes contradictorios dejaron en claro las diferencias que el tema genera entre los colombianos. "Libertad y firmeza" decía una de las pancartas, mientras que a su lado otra señalaba "Canje, para volvernos a ver".

Otro grupo reclamaba mediante volantes que no se olvide que también los paramilitares de ultraderecha mantienen a 279 secuestrados, pese a su anunciada desmovilización que según el gobierno colombiano concluyó el año pasado, tras una polémica negociación que concedió a sus líderes una pena máxima de ocho años de cárcel.

"La sociedad está dividida entre quienes piden un intercambio humanitario, incluso si se requiere un canje, y quienes creen que esa salida no es posible", indicó Giraldo, decano de ciencias políticas en la universidad Javeriana.

"Mientras se siga insistiendo en ver el problema simplemente con el esquema de buenos y malos, y no busquemos entender qué es lo que nos está pasando, esa solución estará más lejos", apuntó Giraldo, consultado telefónicamente desde Cali (suroeste).

Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, pidió que no se politizara la manifestación y señaló que el propósito de ella no era sólo reclamar a quienes tienen los cautivos, "sino también a todos aquellos que pueden hacer algo para liberarlos".

La marcha "no puede ser contra las Farc, sino contra quienes no quieren el acuerdo humanitario", puntualizó Pulecio.

Jefe detenido

El jefe de uno de los comandos especiales de las Farc, Wilkin Lugo Ortiz, fue detenido ayer en una región del centro de Colombia, informó hoy el diario El Espectador.

Lugo Ortiz está acusado de haber asesinado a nueve concejales en febrero de 2006 y se lo buscaba por delitos de homicidio agravado, rebelión y posesión ilegal de armas.

EFE-AFP