Resultado positivo del plan de desarme

La puesta en vigencia del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas generó una positiva respuesta en la población. Sólo en la provincia de Santa Fe y en diez días fueron depositadas, en las distintas delegaciones del Renar, más de novecientas armas y más de cinco mil municiones.

Como se sabe, el programa tiene por objetivo la disminución del uso y proliferación de armas de fuego, y la reducción de accidentes, hechos de violencia y delitos ocasionados por el acceso y uso de armas.>

La entrega se realiza a cambio de un incentivo económico, tal cual plantea el programa que tiene un plazo de vigencia de seis meses con posibilidad de una prórroga por un período similar.>

Cabe señalar que, una vez entregadas, las armas son inutilizadas y luego destruidas, de acuerdo a las pautas establecidas por la misma norma que tiene alcance nacional y pretende sensibilizar a la población acerca de los riesgos de estar armado, además de promover una cultura de no tenencia y uso de estos elementos.>

En los últimos años y de acuerdo a las estadísticas que las propias organizaciones no gubernamentales desarrollan, se observa un notable aumento en el uso de armas en delitos que son, por esa misma razón, mucho más violentos. En consecuencia, se vuelve imperiosa la necesidad de concientizar a la población sobre el real significado que conlleva la decisión de adquirir una arma como forma de defensa personal. Este concepto está desalentado por especialistas en el tema, que coinciden en que son mayores los riesgos que las ventajas y enumeran, entre los primeros, la posibilidad de que se produzca un disparo accidental y derive en una tragedia -sobran ejemplos en ese sentido-, o que el arma sea robada e ingrese de esa forma al circuito ilegal, o que su exhibición motive a su vez una reacción mucho más violenta.>

A la entrega voluntaria de armas se suma, en la compleja tarea de acotar el circuito ilegal, la inscripción de aquellas que quieren ser conservadas por sus dueños pero que no cuentan con un número de registro. Es el caso de armas recibidas en herencia o adquiridas antes de que se ponga en vigencia este régimen.>

Sin embargo, cabe tener en cuenta que sólo su entrada en vigencia no alcanza para responder al complejo tema de la inseguridad y el temor que produce la reiteración de delitos de suma gravedad. Si bien los expertos coinciden en que la tenencia de una arma otorga una "sensación de seguridad", cada decisión es consecuencia de la propia experiencia y motivación. No todos los ciudadanos que se sienten inseguros o que resultan víctimas o testigos de un delito adquieren una arma. Pero sí es probable que en algunos casos su tenencia funcione como un recurso de autoprotección, cuya efectividad podrá discutirse. Como sea, la puesta en marcha del plan es un paso positivo pero no alcanza para responder a la inseguridad, sea ésta una sensación o una certeza. Para ello se requieren, en todo caso, políticas de prevención y sanción adecuadas, y un control y seguimiento del mercado ilegal.>