Cargar las tintas

Guillermo Villarreal (DyN)

El Episcopado volvió a irritar al gobierno de Néstor Kirchner al cargar las tintas sobre un proceso electoral que considera falto de transparencia, por sospechas de clientelismo, y al demandar una política económica que apunte al crecimiento con inclusión social.

A pesar de tratarse de un documento repetido y sin destinatario explícito, golpeó contra la Casa Rosada, que replicó de inmediato en el punto que muestra a los obispos más débiles frente a la sociedad. El ausente protagonismo de la Iglesia en la última dictadura militar.>

"En este tiempo (electoral) los obispos entienden importante sacar una declaración, pero en otro tiempo (por la dictadura) entendieron importante callarse. Es la opinión de la Iglesia y así hay que tomarla", apuntó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.>

Discursivamente más directo fue el diputado kirchnerista Carlos Kunkel, que exigió al Episcopado pronunciarse sobre "casos tremendos de violación a los derechos humanos", en alusión al juicio que se le sigue al ex capellán de la Policía bonaerense Christian Von Wernich, y vinculó al cardenal primado Jorge Bergoglio, con la derecha peronista de Guardia de Hierro.>

El nuevo cruce puso en evidencia que la relación Iglesia-gobierno sigue siendo tirante y sin miras de mejorar, y que -a pesar de que se reclama diálogo institucional- ninguna de las partes parece dispuesta a ceder su cuota de poder para encaminarlo.>

También abrió interrogantes en sectores políticos y religiosos. ¿Por qué a dos meses de las elecciones, los obispos optaron por reiterar un texto de abril, cuando hoy el contexto político-social es más efervescente e inclusive con casos de corrupción que salpican al propio entorno presidencial?>

La respuesta es una sola. No hubo consenso suficiente entre una veintena de obispos para sacar a la luz uno distinto, por eso se apeló a uno anterior aprobado por el plenario episcopal. Trascendió, sin embargo, que los obispos discutieron entre martes y jueves el borrador de una declaración distinta que finalmente se decidió no debatir ni difundir.>

El motivo fue la crisis política en la provincia de Santa Cruz, que condicionó la reunión de tres días. Es que no todos los prelados estuvieron de acuerdo en "acompañar" la gestión pacificadora de monseñor Juan Carlos Romanín, ante "la amenaza de la paz y la institucionalidad" en ese bastión kirchnerista.>

Un grupo consideró que el prelado santacruceño debía abrir canales de diálogo y hasta prestar el ámbito del obispado para hacerlo, pero estimó que Romanín se extralimitó al ponerse al frente de una marcha multisectorial, después de que el ex funcionario kirchnerista Daniel Varizat atropelló con su auto a manifestantes.>

"Todos tienen libertad de acción y no necesitan pedir autorización a nadie, pero (Romanín) fue más allá de las funciones específicas de pastor", dijo un influyente prelado. Pero ésa no es la opinión generalizada.>

Otra fuente explicó que se prefirió repetir el documento de abril para que sea releído, porque a su entender el gobierno -entre otros sectores del quehacer nacional- "hace caso omiso a lo que allí se reclama, poniendo en riesgo el ejercicio de la democracia".>

El Episcopado aboga en el pronunciamiento de este jueves por una autonomía "real y auténtica" de los poderes del Estado, reclama promover el verdadero federalismo, y exhorta a dejar atrás "prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan el profundo significado y degradan la cultura cívica".>