-Binner planteó que habrá modificaciones en materia tributaria. ¿Por dónde pasarán estos cambios?-Lo primero que vamos a hacer es tratar de mejorar la recaudación, haciendo pagar a los que eluden y a los que evaden. Y vamos a intentar a corto plazo realizar algunos ajustes en materia recaudatoria con la posible descentralización de la recaudación en los municipios. Hoy la provincia recibe de otras jurisdicciones el 60 por ciento de los ingresos y el 40 por ciento proviene de recursos propios. Creo que esta ecuación tiene que ser a la inversa, porque la idea es jerarquizar el papel de los municipios -con los que no tiene que haber relaciones antagónicas.Por otro lado, a mediano plazo estamos analizando innovar la estructura impositiva para que cumpla con ciertos principios de equidad contributiva. Los impuestos deben ser pagados en función de la capacidad contributiva de los ciudadanos. En base a una estructura diferente de sistema tributario provincial reacomodaremos el Inmobiliario Rural y Urbano e Ingresos Brutos. No se debe seguir castigando al consumo con Ingresos Brutos aplicado al comercio. Debe haber un cambio paulatino en materia de equidad tributaria. Además, pensemos que hoy la provincia tiene cierta vulnerabilidad por el carácter procíclico de estos tributos dominantes. Esta estructura impositiva funciona en tiempos de bonanza. Por esa razón Jorge Obeid no aumentó los impuestos. Mantuvo la estructura de la convertibilidad, pero la economía cambió. Y se sigue exceptuando del pago de impuestos a un sector importante de la economía (N. de la R: se refiere a Ingresos Brutos en la producción), que durante la convertibilidad no tenía el pasar que tiene ahora. -¿El Frente Progresista va a tener incidencia en el armado del presupuesto 2008?-Estamos en condiciones de tener una apreciación del presupuesto 2008, y vemos que hay ciertas vulnerabilidades de las finanzas públicas. Se puede apreciar: baja de superávit porque los ingresos se van a estabilizar y porque los gastos son inerciales y van a seguir aumentando. Si a esto le agregamos todos los compromisos que ha asumido el gobierno actual recientemente, como el blanqueo, el aumento a los jubilados, el plus a los empleados públicos, todas las licitaciones que están en marcha y se van a comenzar a ejecutar, más los aportes que se le van a tener que hacer a la EPE y a Assa para financiarle su déficit operativo, no sé qué es lo que nos va a quedar como ejecutado en el 2007. Lo presupuestado es un superávit de 300 millones. Pero no creo que quede esa cifra. Por otro lado, queremos que en el presupuesto que se enviará los próximos días a la Legislatura se incluyan algunas de las partidas que van a ser necesarias para poder operar el plan de gobierno en 2008. Si Binner se compromete a arreglar las escuelas y tenerlas funcionando como deben en marzo, no podemos no tener esos fondos en el presupuesto. Por eso, consideramos importante participar de esta transición. Tengo que reconocer la apertura y consideración del actual ministro Walter Agosto, que se ha mostrado dispuesto a brindarnos su apoyo en la transición. -¿Qué perfil tendrá ese presupuesto?-En la provincia nos vamos a encontrar con una estructura normativa, que hay que respetar dentro de nuestra mirada conceptual. Hay una Ley de Responsabilidad Fiscal a la que la provincia adhiere. Pero seguramente habrá que revisarlo de acuerdo a los cambios en la economía. El superávit consolidado de la economía nacional más las provincias está siendo horadado. El superávit de la administración nacional tiene sentido en tanto es el referente para contener la amortización de su deuda. Pero qué sentido tiene para la provincia fuera de las cuestiones legales. Si es una provincia que no tiene deuda. Hay que reencontrarle el sentido al superávit y al fondo anticíclico, que para mí no tienen razón de ser. Para qué voy a tener guardada esa plata para esperar que llegue la crisis. Si yo la podría haber previsto. Y mientras tanto tengo recursos ociosos en una provincia que tiene muchas necesidades. No me parece lo mejor. Como tampoco coincido en no haber recurrido a recursos externos. Hay cosas que no se pueden hacer nunca sin financiamiento. Ninguna ciudad o provincia hacen obras de infraestructura económica y social con los recursos corrientes, ni con los ahorros. -¿Por qué no se usó el financiamiento externo?-La provincia no utilizó totalmente estos mecanismos, porque hubo una falta de previsibilidad en el manejo de la formulación e identificación de proyectos. Si no hay proyectos es muy complicado conseguir financiamiento. La gestión en Rosario se basó en haber aceitado el financiamiento externo. Y ahora hay fuentes de financiamiento de bancos y organismos multilaterales que están dispuestos a apoyar esta gestión en la provincia. Pero hay que trabajar muy duro en repensar todo. -¿Piensan que el superávit de este año va a ser menor?-Esto se nota en las cifras que publica la provincia que muestran que hay una expansión de ingresos y gastos, y un superávit que primero sube y después cae abruptamente. Esta tendencia es la que intuimos que se va a mantener. Y esto tiene que ver con el funcionamiento de la actual estructura impositiva y una economía nacional que -según avizoran algunos analistas- está llegando a un punto de inflexión, que va a llevar a un ritmo decreciente de la economía. Nosotros vemos la vulnerabilidad de un superávit fiscal que se va perdiendo. Pero en lo personal no soy dogmático. Hay otras cosas que me preocupan mucho más que el superávit. En una provincia que no está endeudada como ésta, el superávit no cumpliría el sentido de ser la contraprestación de la deuda, como sí ocurre en la Nación. No conozco una sola empresa que especule invertir o no en base al superávit de la provincia. Es de una ingenuidad muy grande.

Germán de los Santos

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