SOR JOSEFA
A 90 años de la muerte de la "monja artista"
La protopintora santafesina Sor Josefa Díaz y Clucellas, a través de su fructífera producción artística, se convirtió en un ejemplo de talento y estímulo.

En la por entonces tranquila ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, nació el 13 de abril de 1852, en la amplia casona que aún se conserva en la ribereña esquina de San Luis y La Rioja, cercana al puerto, Josefa Raymunda Hermenegilda Díaz y Clucellas, la futura Sor Josefa, la protopintora santafesina.

Sin formación académica, excepto algunas lecciones recibidas de Héctor Facino, desde muy temprano manifestó su inclinación por la pintura, dedicándose especialmente a retratar a sus vecinos y personajes importantes de la escena nacional, "inmortalizar" las frutas de su huerto y componer "deliciosas" escenas religiosas. Esta producción artística la llevó a que, en sus jóvenes 19 años, la provincia, en la persona del gobernador Iriondo, la distinguiera con una medalla a la "...retratista al pincel y en honra a su talento", la que consignaba, en su reverso, "al talento, gloria y estímulo".

SU HISTORIA

Nacida en el seno de una familia de arraigadas costumbres y profunda fe católica, prontamente se sintió llamada a realizar actividades de caridad, colaborando muy especialmente con la "capilla del puerto", convertida más tarde en la actual Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen, para la cual pintó, a requerimiento del Pbro. Gregorio Romero, su serie Los Reyes de Israel. Pero, sin lugar a dudas, la mejor de sus pinturas durante su permanencia en la Vera Cruz, es Santa Teresa de Jesús, que se conserva -restaurada- en el templo jesuítico.

En 1894, a los 42 años, ingresó a la orden de las Hermanas Adoratrices, obteniendo la dispensa de la Madre Superiora para que la acompañaran en el Convento su madre, dos criadas mulatas y un perro.

En este ámbito de formación religiosa y ya instalada en Córdoba, donde profesó sus votos perpetuos, la inspiración artística de "la monja pintora", se tradujo en obras de temática religiosa, exclusivamente, tales como: "Sagrada Familia" y "Jesús con los niños", que se conservan en el Instituto Inmaculado Corazón de María que la Congregación posee en "la Docta".

El 24 de setiembre de 1917, entregó su alma al Señor, en el Oratorio de la Villa del Rosario, de la misma provincia de Córdoba, logrando que, por su trayectoria artística, al ser "...la primera vocación santafecina (sic) por el arte de la pintura, a la que sirviera, con tal dedicación", la distinción otorgada por la Legislatura de su provincia fuera el primer homenaje tributado en el país a un artista plástico.

Adoratrices

Sor Josefa fue religiosa de la Congregación de las Hermanas Adoratrices; por tal motivo, el Colegio que lleva ese nombre organiza una serie de homenajes.

El lunes a las 12 en el hall central de la institución, Bv. Gálvez 1978, quedará inaugurada una exposición de obras y esculturas vivientes, realizadas por las alumnas de los diferentes niveles, luego de haberse interiorizado y trabajado las técnicas que aplicaba la pintora homenajeada.

Sor Josefa ingresó a la Congregación de las Hermanas Adoratrices cuando tenía 42 años. Tuvo en el claustro una vida apacible y llena de alegría. Dispensó un delicado trato a sus hermanas; se dedicó a la oración y a la contemplación a Jesús Eucaristía. Plasmó este gran amor en las telas, hasta la hora de su muerte en Villa del Rosario, Córdoba, en 1917.

Las obras de Sor Josefa fueron donadas al Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, donde se encuentran en este momento en proceso de restauración.

PROF. GRACIELA GONZÁLEZ - MUSEÓLOGO JORGE TERPIN