Jornada debate
Las claves para que los tambos sean más rentables

Clave. Los especialistas neozelandeses destacaron lo importante que es contar con pasturas de alta calidad. Foto: Archivo El Litoral.

En el Paraninfo de la UNL, destacados especialistas de Nueva Zelanda y expositores argentinos analizaron los criterios más importantes para mejorar la ecuación económica de los sistemas lecheros. Asistieron cerca de 500 personas.

El mexicano Nicolás López Villalobos hizo una pausa en su disertación, miró hacia al auditorio y lanzó el desafío: "¿Alguno de ustedes me puede decir cuál es la meta del mejoramiento genético de los rodeos lecheros en la Argentina?".

Primero, silencio. Después pasó lo que López-Villalobos esperaba. Alguien habló de lograr mayor fertilidad, otro de aumentar la producción de leche, un tercero agregó la necesidad de que las vacas sean más longevas, y el resto siguió: que tengan mejores patas, que sean un poco más grandes, que produzcan más sólidos y la enumeración seguía, a medida de que el auditorio ganaba confianza.

Pero era una trampa. Lo que el experto quería demostrar era que en el país no existe un verdadero programa genético para mejorar el rodeo lechero. Lo consiguió, y explicó por qué: "En cualquier planificación seria, el punto de partida es acordar el criterio de selección, es decir qué tipo de vacas queremos elegir. Los científicos y productores de Nueva Zelanda analizaron esta cuestión durante mucho tiempo y llegaron a la conclusión de que era prioritario identificar cuáles era las vacas más eficientes en convertir materia seca -sobre todo pasto- en ingreso neto, en rentabilidad. Esa es la meta que guía y orienta todo su programa de mejoramiento genético", precisó.

López Villalobos sabe de lo que habla. Hace años que vive en Nueva Zelanda y trabaja en el Instituto de Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Massey. Además asesora a productores y países de todo el mundo sobre como mejorar las cualidades genéticas de sus vacas.

La disertación de este experto fue uno de los momentos centrales de las Jornadas de Capacitación "Producción Rentable de Leche, a partir del uso eficiente de las pasturas y los suplementos" que se realizaron este último miércoles en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral. El debate fue organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, a través del Departamento de Producción Animal, y por el canal de televisión por cable Sembrando Federal.

En la apertura del evento, Pedro Weidmann (Dpto. de Producción Animal FCA), señaló que las jornadas forman parte del compromiso que asume la universidad en la compleja tarea de formar recursos humanos y generar ámbitos de análisis y debate de la industria lechera. En esta línea, el decano de Ciencias Agrarias, Luis Ristra, sostuvo que esta actividad está atravesando "un momento de quiebre. Por eso es trascendente explorar las alternativas para hacerla más rentable frente a la presión de otras explotaciones económicas, por ejemplo la agricultura".

Ristra también habló sobre la sorprendente cantidad de gente que llenó el Paraninfo."Cuando uno mira la asistencia que hay en este evento se da cuenta del interés que tiene la temática".

Y eso que no es un tema sencillo. Las casi quinientas personas que asistieron al seminario se pasaron todo el día analizando complejas ecuaciones de rentabilidad (con gráficos que comparaban la proporción de materia seca que comen las vacas, la suplementación alimentaria y la producción final de sólidos en la leche), con paciencia aprendieron sobre los criterios de selección genética y al final debatieron sobre cómo pueden adaptarse estos planteos a la realidad de nuestra cuenca lechera.

"Es la primera vez que tengo que hacer cola en el baño de hombres", bromeó un productor, mientras esperaba su turno en el primer intervalo del seminario. Exageraba un poco, pero estaba sorprendido por la cantidad de gente que se amontonaba en los pasillos de la universidad.

Los secretos de Nueva Zelanda

El experto internacional neozelandés Kevin Mcdonald fue el primer disertante. En su país, Mcdonald hace 35 años que estudia los sistemas de producción lecheros. Es un prestigioso investigador del Instituto Dexcel.

"Les voy a contar lo que hacen los productores de Nueva Zelanda para usar con eficiencia las pasturas y los suplementos", comenzó a explicar. Mcdonald describió las características del rodeo lechero de este país.

Como en la Argentina, en Nueva Zelanda hay más vacas que personas. La población es de un poco más de 4 millones de habitantes, y el rodeo lechero supera los cinco millones (el de cría es de 4,5 millones) y además hay 40 millones de ovejas. También contó que el 45% del rodeo es Holando, un 35% cruza Holando-Jersey y el resto Jersey.

Más adelante, López Villalobos completó la radiografía: "El sistema de producción está basado en el pastoreo. Y a pesar de ser un país pequeño en esos tambos se obtiene el 2% de la producción mundial de leche", apuntó.

Mcdonald resumió los tres pilares del sistema lechero neozelandés."Pasturas de alta calidad, suplementación de primera línea y animales con un desarrollo genético significativo".

En Nueva Zelanda, los productores, las universidades y los centros de investigación y el Gobierno trabajan en equipo, aseguró el especialista. "En los tambos saben que tienen que medir con precisión las pasturas, planificar cuidadosamente la rotación de las vacas en los potreros (más tiempo en primavera y verano, y mucho menos en invierno), asegurarse la provisión de suplementos de calidad, y estar muy atentos al estado corporal de las vacas, especialmente en los períodos de parición", destacó Mcdonald.

"En realidad es un sistema simple, pero muy intensivo y sincronizado", amplió López Villalobos; "y con una fuerte y constante educación de los productores".

Los expositores

En las jornadas, José Luis Rossi (Facultad de Agronomía de la UBA) desarrolló -con gráficos y ecuaciones- un complejo dilema: "Producir más o ganar más".

Más adelante, Eduardo Comerón (INTA Rafaela) habló sobre la eficiencia productiva de los sistemas lecheros argentinos, Rubén Giorgis (asesor de CREA) analizó los resultados productivos y económicos de los tambos comerciales y Javier Baudracco y Francisco Candiotti (Facultad de Ciencias Agrarias UNL) disertaron sobre la intensificación de la producción de leche a partir de la suplementación y la carga animal.

El seminario terminó con una mesa redonda de debate, coordinada por Pedro Weidmann, en la que los expositores -y el público- intercambiaron opiniones sobre las estrategias de competitividad de la lechería Argentina y respecto de las tecnologías prioritarias para la producción rentable y sostenible.

Tambos rentables, en la Argentina

A Roberto Gagliardi, de la Cooperativa Nueva Alpina (COTANA), le tocó hablar después de la prolija descripción del sistema lechero neozelandés. De entrada fue sincero: "Cuesta mucho hacer una radiografía de la producción de leche en la Argentina", admitió.

"En nuestra cooperativa investigamos mucho tiempo para encontrar datos claves. Por ejemplo, el porcentaje de inseminación que aquí es muy bajo (cerca del 14%, entre vacas y vaquillonas", señaló Gagliardi.

El especialista retomó el ejemplo de López Villalobos."En la Argentina no hay un plan serio para los rodeos lecheros, y no tenerlo es el peor de los planes", afirmó.

A la falta de una estrategia centralizada y consensuada, Gagliardi sumó otros problemas: "La ausencia de un sistema unificado de tipificación y la regulación estatal de las exportaciones, una política que es insólita en otros países del mundo, que por el contrario subsidian a sus productores", comentó.

A pesar de este contexto, la Cooperativa Nueva Alpina, que produce 55.000 litros de leche por día, logró desarrollar un programa de mejoramiento genético en los 22 tambos que coordina en el Departamento Rivadavia (Santiago del Estero).

"Queremos encontrar alternativas frente a la pérdida de rentabilidad de la actividad respecto de la agriculturalización, una tendencia cada vez más fuerte. Es decir, buscar una forma de competir contra el aluvión agrícola", explicó.

Gagliardi insistió en que los tambos generan más trabajo que los esquemas agrícolas intensivos. "Cinco tambos pueden sostener a 20 familias de la zona", apuntó.

Para lograr este objetivo, COTANA importó semen de Nueva Zelanda -hasta que la devaluación lo hizo imposible-, educó a sus productores y ahora trabaja con una programa de selección genética.

La meta de esta planificación es que "las vacas sean más eficientes en la conversión de los recursos forrajeros en leche. Especialmente, en sólidos: proteínas y grasas, que es lo que utiliza el 75% de la industria lechera en el país". Este programa fue elaborado con el asesoramiento de López Villalobos.

Los suplementos de maíz más caros

Muchos productores de Nueva Zelanda utilizan silo de maíz para suplementar la alimentación de sus rodeos lecheros. "Pero los costos de estos suplementos han crecido en los últimos cinco años y creemos que van a subir todavía más", advirtió Mcdonald. El especialista contó que su país debió importarlo en los últimos años, sobre todo de los países asiáticos. El problema es que con el aumento mundial de la demanda -fundamentalmente para hacer etanol- calculan que Estados Unidos va a necesitar más maíz y este insumo de la industria lechera va a incrementar su precio.

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