Ganados y carnes
Inquieta al Gobierno un posible faltante de carne
Los frigoríficos han comenzado a recibir inspecciones y tienen demoras en la entrega de ROE. En agosto se habrían faenado 1,3 millón de cabezas y se habrían exportado 50 mil toneladas.

Con 1,3 millón de cabezas, la faena durante agosto habría rozado el récord histórico, permitiendo exportaciones de entre 45 a 50 mil toneladas y un consumo de 73 kilos, con precios al público prácticamente estables.

Esto es música para los oídos del Gobierno, que sufre alzas de precios y faltantes físicos de todos los restantes productos de la canasta familiar.

Pese al extraordinario comportamiento de los productores de carne, en un invierno donde ha faltado de todo menos carne, la posibilidad de un faltante de hacienda y de carne en pocas semanas más han puesto nerviosas a las autoridades. Se manifiesta en aprietes a la industria, con inspecciones o con reticencia a la hora de dar los ROE, pese a que el sector exportador, que provee un gran volumen de cortes a precios económicos, tiene limitadas las ventas al exterior a sólo un 50-60 por ciento de la demanda potencial.

Poder de compra

Pese a que desde mediados de 2005 el precio FOB promedio de la carne argentina (enfriada y congelada, incluyendo Hilton) subió 50 por ciento, el "poder de compra" de la industria exportadora (precios FOB por tipo de cambio neto), expresado a moneda constante, es hoy igual al de entonces. ¿Cómo se perdió ese efecto positivo para el mercado ganadero?

Primero, se elevaron las retenciones de un nivel cero, en 2005, al 15 por ciento actual.

Segundo, el efecto positivo que todavía quedaba lo neutralizó el deterioro del tipo de cambio real, al ajustarse el tipo de cambio nominal en los últimos dos años bien por debajo de la inflación. De haberse mantenido la situación del primer semestre de 2005, antes que comenzara el conflicto del Gobierno con la cadena de la carne, la mejora del 50 por ciento en los precios FOB se hubiera traducido en una mejora equivalente en el "poder de compra" de la industria exportadora, al no haber retenciones y ser la inflación muy reducida.

En la medida que el tipo de cambio que recibe la industria se ajusta por debajo de la inflación, se vuelven imprescindibles continuas mejoras en los precios FOB para compensar de esta manera la erosión del tipo de cambio real.

Brasil

Allí sucede algo similar. Si bien para la ganadería argentina el tipo de cambio neto es hoy todavía más alto que en el período 1997-98 (culminación de la convertibilidad), el precio FOB actual es inferior al de entonces, cuando la industria frigorífica vendía reducidos volúmenes, pero a precios superiores a los actuales.

Este es un análisis ultra-simplificado, porque no tiene en cuenta otros componentes del poder de compra, tales como el costo de la energía y de la mano de obra, que en los últimos dos años han crecido más que el dólar.

Tampoco tiene en cuenta la valorización (en dólares) de la gran parte de la res que los frigoríficos exportadores venden al mercado local, en algunos casos a precios controlados y en otros a precios libres, ni toma en cuenta el recupero bruto. La faena durante el mes pasado habría rozado el récord histórico.

Ignacio Iriarte. Analista del mercado ganadero y de carnes